--¡Idiota! --dijo la Reina, agitando la cabeza con impaciencia, y, volviéndose hacia Alicia, le preguntó--: ¿Cómo te llamas, niña?
--Me llamo Alicia, para servir a Su Majestad --contestó Alicia en un tono de lo más cortés, pero añadió para sus adentros: «Bueno, a fin de cuentas, no son más que una baraja de cartas. ¡No tengo por qué sentirme asustada!»
--¿Y quiénes son éstos? --siguió preguntando la Reina, mientras señalaba a los tres jardineros que yacian en torno al rosal. Porque, claro, al estar de bruces sólo se les veía la parte de atrás, que era igual en todas las cartas de la baraja, y la Reina no podía saber si eran jardineros, o soldados, o cortesanos, o tres de sus propios hijos.
--¿Cómo voy a saberlo yo? --replicó Alicia, asombrada de su propia audacia--. ¡No es asunto mio!
La Reina se puso roja de furia, y, tras dirigirle una mirada fulminante y feroz, empezó a gritar:
--¡Que le corten la cabeza! ¡Que le corten...!
--¡Tonterías! --cxclamó Alicia, en voz muy alta y decidida. Y la Reina se calló.
Por supuesto que todos han reconocido ese trozo de Alicia en el País de las Maravillas en que la Reina de Corazones pretende cortarle la cabeza a sus jardineros barajas. Me pareció que Alice in Wonderland era un libro apropiado para reflexionar sobre las "evidencias" científicas de contaminación por Botnia, presentadas por Argentina, y el pedido de la Dra. Ruiz Cerrutti hecho al finalizar las audiencias que, sin citarlo palabra por palabra, es que la situación jurídica y factual se retrotraiga a la anterior a la comisión por Uruguay de los hechos ilícitos que se le imputan. En buen romance, que se remueva la fábrica de Botnia de su ubicación actual... ¡que le corten la cabeza!
Resulta muy interesante ver cual fue la argumentación argentina. La semana pasada, el abogado por la parte uruguaya, Paul Reichler, había vapuleado malamente al Prof. Philippe Sands sobre los temas científicos presentados por Argentina en la primera semana. Quienes lean la presentación, verán que continuamente le dice a Sands que, lamentablemente, la parte argentina no conoce la evidencia que ellos mismos presentan. Así que no es de extrañar que el Prof. Philippe Sands se tome cumplida venganza -o intente hacerlo- en esta oportunidad de replicar. Curiosamente, Sands no se centra en el tema fundamental de los parámetros que internacionalmente se emplean para medir la contaminación eventual de las plantas de celulosa.
En efecto, Uds. han leido en Informe Ambiental Botnia 2009 en este mismo blog, que la performance de Botnia ha sido excelente. Pero no nos quedemos en eso. Los últimos tiempos nos han mostrado repetidas veces cómo muchos políticos toman a Nueva Zelanda como ejemplo a imitar en el área agrotecnológica. Nueva Zelanda está muy orgullosa de sus pasteras. De hecho, en una publicación del año 2001 Tonny Johnson, principal de Beca Simons en Nueva Zelanda, decía que la industria de pasta y papel en Nueva Zelanda es de clase mundial. Y ¿en qué se basaba para ello? Bueno, en los mismos parámetros que hemos discutido ya: BOD, COD, SST y AOX. A la derecha les muestro la tabla que usaba este señor para elogiar a Nueva Zelanda, con el agregado en azul de los datos actuales de Botnia para el año 2008 y 2009.
Obviamente que los 8 o 9 años transcurridos han hecho que los parámetros de las pasteras de los demás países mejoren también, pero de la simple inspección de los números para 2008 -o para 2009 en paréntesis- resulta claro que Botnia lo está haciendo muchísimo mejor.
Dado entonces que por ese lado la cosa resulta difícilmente atacable, Argentina optó por centrarse en dos aspectos macro que Sands se encargó de presentar con gran oficio: por un lado el de la carencia de oxígeno y el exceso de fósforo en el río -ambos supuestamente responsabilidad de Botnia y causantes de la floración algal según Sands- y en la presencia incrementada de fenoles y, en particular, nonilfenoles etoxilados (NPE) en el río, también supuestamente causado por Botnia. Vamos a considerar estos temas acá, a ver si podemos adelantarnos un poco a lo que mañana dirán los abogados por la parte uruguaya.
Carencia de oxígeno y exceso de fósforo
Bueno, empecemos por la carencia de oxígeno. A partir de la pág. 28, item 30, de la presentación del martes, Sands dice más o menos (resumo para no hacerlo más largo, ustedes pueden leerlo in extenso en la referencia) que se va a dedicar a probar con datos de Uruguay que sí se han violado los parámetros de la CARU y que para ello analizará el oxígeno disuelto que, dice con toda razón, es esencial para la vida en el río. Pero, dice, no vamos a usar los datos de la Dinama, que Argentina considera selectivos e inconducentes, sino los de la agencia Obras Sanitarias del Estado del propio Uruguay.
En el 31 Sands dice que Uruguay presentó algunos de esos datos, pero no todos y, claro, duda de la pureza de los motivos uruguayos para hacerlo. Y, dice, Argentina se siente feliz de poner todos los datos a consideración. Lo hace mal, acoto yo, porque la referencia a los datos está mal en la nota al pie, los verdaderos datos se encuentran aquí. Si se fijan al pie de esta página web hay cuatro archivos excel, dos de ellos correspondientes al agua bruta tomada del río para el consumo de Fray Bentos antes de la operación de la planta y otros dos que corresponden a lo mismo después de la puesta en funcionamiento de la planta. El Prof. Sands primero muestra el estándar de la CARU para oxígeno disuelto (no menos de 5,6 miligramos de oxígeno disuelto por cada litro de agua). Y luego procede a decir que
In the pre-operational period, you can see that already the average value was below that level - 4.9 milligrammes, already some 12 per cent below CARU standards. What happens during the operational period? We see that the average has fallen to 3.8 milligrammes, now more than 30 per cent below CARU standards. And a drop is also shown in Professor Colombo’s measurements, at levels that also violate CARU standards33. Botnia’s chemical and biological discharges are taking oxygen out of the water, they are causing the levels of oxygen to drop.
Y acá es donde el Prof. Sands mete la pata en forma indigna de un caballero inglés, pero comprensible porque se trata de un abogado que se pasó la noche buscando datos en tablas (y quiero creer que lo hizo él, no los "expertos" argentinos, porque si no sería mucho peor). Veamos las tablas excel y encontremos los promedios 4.9 mg/l y 3.8 mg/l en la fase preoperacional y en la fase postoperacional. Para que no tengan que ir a las tablas excel necesariamente, les pongo un resumen al lado.
Como ven en el recuadro azul y los datos al costado, efectivamente antes de la operación de Botnia habían 4.9 mg O2/L y luego de la operación 3.8 mg O2/L. Sands tiene razón, leyó bien los números de las tablas.
Pero Sands se equivoca en forma por demás chapucera al decir que eso es oxígeno disuelto. Eso es oxidabilidad, bien claro lo dice en la tabla. Y la oxidabilidad, u oxidabilidad al permanganato, es un parámetro comúnmente medido en análisis de aguas, expresado sí en mg O2/L, pero que no sólo no es oxígeno disuelto --claramente puede verse acá que ambos índices, oxidabilidad y oxígeno disuelto, se consideran por separado en esta ecuación para monitorear la calidad del agua-- sino que su medida está indicada corrientemente en el plan de monitoreo de Botnia, como se puede ver consultando este documento público de la Dinama. En la transparencia 8 aparecen claramente identificados la oxidabilidad y el oxígeno disuelto como parámetros diferentes a medir.
La oxidabilidad en sí misma no tiene un límite establecido en el decreto uruguayo (por lo menos por lo que sé) pero si lo tuviera sería un límite máximo y no un límite mínimo. En efecto, el límite máximo en el análisis que les citaba antes es 5 mg O2/L, por lo que si fuéramos a emplear un parámetro internacional podríamos usar ese. Si nos fijamos en los valores de OSE, ambos están por debajo de 5 mg/L. Pero hagamos algo más, fijémonos en los dos parámetros, oxígeno disuelto y oxidabilidad en el último análisis públicamente disponible del LATU. En la siguiente figura compuse una imagen donde ambos parámetros están listados para distintos sitios en el área, a partir de tablas diferentes del mismo análisis.
Claramente se ve allí que oxidabilidad y oxígeno disuelto, ambos medidos, son parámetros diferentes y que mientras que la oxidabilidad está bien por debajo del límite máximo internacional, el oxígeno disuelto está bien por encima del límite mínimo de la CARU.
Para más inri, lo que el Prof. Sands demostró con su lógica legal al usar el documento de OSE fue que Botnia le hizo bien al río. En efecto, la cantidad de materia orgánica presente es menor luego de la operación que antes de la operaciòn. Esto se demuestra porque la oxidabilidad al permanganato (oxidabilidad), el carbono orgánico total (TOC) y la demanda química de oxígeno (DOC en el documento de OSE) son todas menores luego de la operación que antes.
Punto para Uruguay y estimo que un mal rato para el Prof. Sands mañana jueves, cuando los abogados de Uruguay repliquen a este argumento.
El argumento del Prof, Sands respecto al fósforo es igual de engañoso. Nuevamente emplea las tablas de OSE y concluye que Boyle "admitió" que los valores en el río superan a los límites permitidos por Uruguay (omitiendo el pequeño detalle de decir quién tiene la culpa de que ello sea así) y que los 0.09 mg/l medidos para fósforo total como promedio luego de la operación son significativamente mayores que los 0.08 mg/l medidos antes de la operación, así como que los valores máximos previo (0.1 mg/L) y posterior (0.5 mg/L) a la operación demuestran que Botnia adicionó fósforo al río. ¿Es eso verdad?
Bueno, Sands nuevamente se equivoca, simplemente porque omite considerar otro período previo que el que va del 18/04 al 06/11 de 2007, que es lo que cubre el informe de la OSE. Por supuesto, pueden mirarse los valores anteriores, de hecho en la gráfica adjunta se muestra que sí, que los datos prima facie muestran que Botnia pudo haber sido responsable de agregar fósforo al río en el momento que comenzó a operar (los nutrientes eran imprescindibles para que crecieran las bacterias que hacen el tratamiento de los efluentes) pero que luego del mes de Noviembre de 2007, los regstros en el río son concordantes con los registros históricos y no superan al máximo de Setiembre de 2005. Y, por supuesto, en última instancia el tema es si ese incremento de fósforo en el río es o no debido exclusivamente a Botnia (ya que el exceso observado sigue existiendo) y si es o no responsable de los floramientos algales.
Fenoles y nonilfenoles
Si bien lo titulo así, no le voy a dar importancia al primer punto porque es simplemente una chantada. De nuevo se basan en el informe de la OSE, ignorando completamente los análisis del LATU, mensuales y en varios sitios, que muestran valores de fenoles superiores a 1 ug/L en varios momentos previos a la operaciòn de Botnia, en distintos lugares del río, y pràcticamente siempre no detectable en la etapa de postoperación. No hay necesidad de insistir en ello.
Sí me voy a detener en la principal acusación contra Uruguay, la de ignorar que Botnia usó y posiblemente usa todavía nonilfenol etoxilado (NPE por su nombre en Inglés) y que lo larga indiscriminadamente al río. El NPE, cuya fórmula se muestra al lado no es exactamente una bomba nuclear. Cualquiera puede ir a la India por ejemplo (hablando metafóricamente; también se puede comprar por internet) y comprar este producto o varios que contienen la dichosa sustancia que fue muy usada en el pasado en desengrasantes y limpiadores domésticos e industriales de diverso tipo. En varios países subdesarrollados (incluyendo Argentina) se sigue usando, ya veremos cómo.
El uso en los países más adelantados, por ejemplo en Suecia, ha venido decreciendo continuamente, tanto en toneladas de productos como en número de los mismos, como se ve en la gráfica adjunta. Ya en 2004 se introducía legislaciòn para prohibirlos en Alemania, y en 2007 se pedía la prohibición de este producto, contenido en varios detergentes en USA, basándose en su actividad como estimulador de la producción de estrógeno, lo que resulta en la alteración sexual de poblaciones de peces. Son sustancias que se conocen con el nombre de disruptores endócrinos. De acuerdo a una directiva diseñada en 2003 y finalmente implementada completamente en 2005, el NPE está prohibido en la Unión Europea.
A Argentina el tema no le preocupa demasiado. Nada menos que un shampoo lo contiene, como se ve en la figura de al lado, así que probablemente miles de argentinos se lavan todos los días el cabello con ese tóxico desalmado descubierto por los expertos argentinos en el río. Si uno busca lo suficiente, se encuentra con que la Asociación Argentina de Protección Animal y Ambiental lista más de 50 compañías en Argentina que lo importan o lo producen para uso agrícola. La respuesta al por qué es muy sencilla. Los NPE, producidos comercialmente entre otros por Dow Chemicals, son surfactantes no iónicos. Estos compuestos aumentan la "mojabilidad" de una superficie, por lo que se utilizan, asociados a otras sustancias, para facilitar la penetración. Y llegamos así a la omnipresente soja. Los NPE se agregan a las fumigaciones de soja para mejorar la acción del glifosato concretamente en el control de malezas en el tratamiento de presiembra de los cultivos de soja. También puede verse algo similar aquí y en este capítulo sobre el glifosato.
Williams y Candal de la UNSAM y la UBA de Buenos Aires, en 2004 decían (NPE-10 degradation by heterogeneous photocatalytic oxidation, Fernando Williams, Roberto J. Candal, Encuentro sobre uso y resultados de la aplicación de tecnologías económicas para la purificación de aguas en América Latina, CNEA, Bs.As., Nov. 2004) que se usaban 4500 toneladas por año en Argentina. En un artículo muy reciente (P. A. Babay et al, J. Environ. Monit, 2008, 10, 443-452) estos investigadores argentinos concluyen que la distribuciòn de metabolitos de los nonilfenoles es congruente con el uso irrestricto del surfactante en Argentina.
Bueno, eso liquida el punto de qué pasa con el dichoso compuesto en Argentina. Lo usan y muchísimo. ¿Cuál es el resultado? Bueno, uno podría decir que son los 0,388 μg/L máximo (promedio 0,02 μg/L) encontrados en el río Uruguay por Colombo, y que figuran en los estudios presentados por Argentina en la Haya. También, claro, podría decirse que son los 5.5, 13.0 and 22.4 μg/L de NP2EO, NP1EO and NP encontrados en el Arroyo Morón en plena Provincia de Buenos Aires (Paola A. Babay, Emiliano E. Romero Ale, Elena T. Becquart, Raúl F. Itria, Raquel T. Gettar, Björn Thiele, Eduardo A. Gautier, Daniel A. Batistoni, Determination of lipophilic nonylphenol ethoxylate metabolites in aqueous samples: method development and application in environmental waters of Argentina, 12th International Symposium on Separation Sciences, Lipica, Slovenia, S 232 eptember 27-29, 2006, pág 249). Es decir, una concentración como mínimo 58 veces mayor respecto al máximo y 1.120 veces mayor que el promedio.
Hasta acá la conclusión es que el tan terrible tóxico que según los abogados del lado Argentino Botnia vierte al río, (1) es de uso irrestricto en Argentina, con decenas de productores e importadores, (2) se fumiga en grandes cantidades acompañando el glifosato para plantar soja, y (3) está en concentraciones mil veces superiores en los cursos de agua internos de Argentina que en el río Uruguay. Pero hay más noticias para este boletín.
La Directora de la Dinama, Ing. Alicia Torres, presentó un affidavit certificando que Botnia no usa NP en sus procesos de fabricaciòn o de limpieza. Pero podríamos elegir, como hacen los abogados de Argentina, no creerle, aún cuando ella tiene buenas razones para saberlo, dado que en las “Normas reglamentarias para prevenir la contaminación ambiental mediante el control de las aguas” consolidado a Dic. 2008 --que es un proyecto para sustituir la reglamentación antigua sobre calidad de aguas-- está incluido al final de la Tabla 1, Objetivos de Calidad. Veamos de cualquier manera a qué nos conduce una investigación independiente.
Resulta que en tiempos lejanos sí se usaba NPE. Cuando culmina el proceso Kraft y sale la pasta del digestor, esta se lava, para sacar todos los componentes solubles que terminan en el licor negro. Dependiendo del contenido graso de algunos tipos de madera, se puede formar una especie de pegotes en los equipos y en la pasta (en la jerga pasteras le llaman pitch). Algo sobre este tema se puede ver aquí y ahí explica la necesidad de dispersantes (como el NPE) para el tratamiento de ese pitch. El pequeño detalle de Botnia es que la madera de eucaliptus justamente no es grasa y no forma pitch. Y ello puede comprobarse recorriendo en detalle este artículo publicado antes de que surgiera todo este asunto del NPE. Ahí se explican numerosos detalles referidos al proceso y es verificable la ausencia de cualquier referencia a pitch grasiento, lo que hubiera requerido tensoactivos no iónicos. Es decir, refuerza la idea de que Botnia no usa NPE simplemente porque no hay necesidad de él. Desde un punto de vista personal, cuando visité la fábrica me dijeron --y les creo-- que todos los químicos específicos venían de Finlandia y que son los mismos que se usan allá y que cumplen las BAT y las BAT prohíben los NPE.
En efecto, miremos lo que las BAT dicen acerca de NPE. Mirando el documento específico vemos que en la página 450 dice específicamente que se sospcha que los nonilfenoles son disruptores endócrinos y debe evitarse el uso de NPE incluso como emulsificadores en aditivos. Más claro... echarle un tensoactivo.
Conclusiones
Recopilando las conclusiones que hemos ido extrayendo podemos referirnos a las palabras de M. Pellet
...ciertos límites establecidos por CARU y otros límites aplicables han sido traspasados, notablemente los que refieren a la disoluciòn de oxígeno y a la presencia de nonilfenoles tóxicos.
Después de este análisis sabemos que
(a) los abogados argentinos confundieron oxidabilidad con oxígeno disuelto, error garrafal que termina demostrando lo opuesto a lo que quieren demostrar,
(b) el nonilfenol no se usa en Botnia, tanto por estar prohibido por las BAT, como porque así lo certifica el organismo de control ambiental de Uruguay, y porque es innecesario debido al tipo de madera y proceso que emplea, estando además regulado en la próxima normativa de aguas,
(c) el nonilfenol es, en cambio, de uso irrestricto en Argentina, se fumiga junto con el glifosato para el cultivo de soja --además de estar presente hasta en un shampoo-- y la concentración en ríos interiores de Argentina es mil veces superior que en el río Uruguay.
Tuve que dejar mis actividades lúdicas de después de la cena para escribir este artículo, pero creo que valió la pena. No quería que Uds. leyeran mañana que los abogados dicen lo mismo que yo y pensaran que les había copiado. No. Uds. lo leyeron aquí primero. De hecho, se lo contaba a un colega y nos causaba muchísima gracia.
The defense rests.