miércoles, 15 de octubre de 2008

Las inverdades del Doctor favorito del Imperio

 
Nos programamos para salir a las 12 en punto, cosa de arribar con suficiente tiempo para disponer todo nuestro material, varias cámaras de fotos, dos laptops, filmadora, los afiches de ecoUruguay, los de Uruguay de las Ideas, dos autos, cinco personas, allá arrancamos para Colonia.

Las cosas empezaron a desviarse de lo programado cuando nos detuvimos para comer, invitados graciosamente por ecoUruguay que corrió con todo los gastos (Uds. perdonarán el chivo, pero la verdad es la verdad y de algún bolsillo finalmente salen los gastos; toavía no tenemos ninguna multinacional que nos financie...). Queriendo quedar en paz con Dios y con el Diablo, pedí un churrasquito a la plancha y una omelettita de queso, pero la verdad es que los dos platazos que me sirvieron me han durado hasta hoy. Sic transit gloria dieta...

Lo cierto es que entre la parada para almorzar y que nos perdimos entre las calles de Colonia, llegamos a las 15:10 en lugar de las 15:00, ¡qué le vamos a hacer! La sala estaba repleta, con personas sentadas en el pasillo central y paradas por el fondo y los costados. Entre el mar de caras jovencitas de los estudiantes liceales, era fácil identificar productores rurales, ecologistas y algunos viejos conocidos.

El evento empezó entonces con una descripción hecha por Marcelo Daghero, el chico de camisa blanca en la foto, sobre el propósito y el significado del panel que íbamos a protagonizar. Es interesante describirlo, ya que de lo que se trataba era de la culminación del trabajo final del Secundario, para el cual habían elegido el tema Plantas de Celulosa. Habían realizado un estudio teórico sobre los temas implicados, luego una encuesta sobre la aceptación o no de las plantas entre las personas de la ciudad (80% a favor, 20% en contra) y ahora habían organizado este evento. Quiero dejar expresa constancia que Marcelo y sus compañeros organizaron esto con sus propios esfuerzos, con sólo alguna guía esporádica de Luis y mía y (presumo) de nuestros ocasionales opositores. Tras la presentación de quienes íbamos a participar, el periodista Víctor L. Banchetta por Guayubira, el productor agropecuario Oscar Díaz por la UNAMU, y el Lic. Luis Anastasía y yo mismo por ecoUruguay, entramos directamente a la mecánica del panel.

Ahí nos llevamos una pequeña sorpresa, porque lo acordado inicialmente eran presentaciones individuales de cinco minutos, pero Bachetta puso como condición para participar que tenían que ser al menos 20-25 minutos, porque si no no le servía, así que empezamos de esa manera con su ponencia inicial. Lo que Bachetta expuso fue una reformulación en forma de transparencias de las tesis contenidas en su libro de reciente aparición, El Fraude de la Celulosa, que es a su vez un refrito de varios artículos periodísticos igualmente desinformados. Para ahorrarles a Uds. oblar los $ 250 que cuesta el librarraco, y que yo sí invertí para aumentar mi conocimiento de la naturaleza humana, les resumo acá dichas tesis de acuerdo a lo que Bachetta presentó en la conferencia. De paso les reproduzco un par de páginas del libro para que aprecien el contexto general.

Básicamente lo que dice Bachetta -eso expuso- es que el hilo conductor del proceso de instalación de las plantas es una sucesión de fraudes. Fraude es según Bachetta la propia ley Forestal (curiosamente porque según él la ley establece algo que no se hizo). Fraude es que no se haya asumido que se estaba introduciendo un nuevo modelo productivo en el campo uruguayo. Fraude son las evaluaciones de impacto ambiental. Fraude es el que cometen las autoridades ambientales uruguayas. Fraude son las evaluaciones del BID y el Bco. Mundial. Fraude político del gobierno de Tabaré Vázquez y fraude al desviar la atención exaltando el nacionalismo, además de otros fraudecitos demasiado numerosos como para destacar acá. En fin, mucho fraude. Tan exaltado se puso Banchetta al describir tanto fraude inicuo en la parte de la tecnología de las plantas y los controles que se quedó sin tiempo para ingresar en la parte de la salud (2da pregunta) y la forestación (3ra pregunta) ya que Marcelo, muy educadamente, le recordó: "Sr. Periodista, se le ha acabado el tiempo".

La respuesta inicial corrió a cargo de Luis, quien refutó fundamentalmente todos los "fraudes" referidos al control que se ejerce en Uruguay. Cuando el periodista retóricamente preguntó si esas cosas que se hacían en Europa eran "igualitas" a las que se hacían en Uruguay, la respuesta de Luis fue justamente "si" y además describió lo del convenio con el Syke que Uds. ya conocen por leer este blog (Bachetta no lo hace y por lo tanto lo ignoraba). Mientras tanto, Alejandro filmaba todas las escenas para la posteridad. Este primer round era observado con regocijo por Daniel y Jorge de ecoUruguay (y Jorge ya iba anotando todo lo que quería descargar, cosa que consiguió dos horas más tarde).

A continuación fue mi turno, y no les voy a describir todas las gráficas que presenté, porque Uds. las pueden enontrar en otra parte de este blog. Si me quiero concentrar en el inicio del tema, puesto que lo primero que dijo Bachetta fue que se consume mucho papel en usos superfluos y que debido a esos abusos de los países del norte es que nosotros nos vemos obligados ("por ignorancia, por desinterés o por conveniencia económica", léase coima) a tener fábricas de pasta.

Por lo tanto me centré en explicar acerca del papel y su uso, para lo que me vino muy bien el libro de Bachetta (que, he de confesar, compré a esos puros efectos). Mostrándolo página por página, hice que la audiencia apreciara el excelente papel blanquísimo, satinado, no reciclable, mostrando la contradicción de quien publica en el papel menos ecológico posible en defensa, supuestamente, de la ecología. Hay que admitir que esa vez lo tomó relativamente bien, con una sonrisita forzada, pero bien (vean la foto).

Creo que las gráficas que muestro más arriba son suficientemente elocuentes acerca del rol que el consumo de papel juega en el mundo (hasta Delia Villalba siguió atentamente mis explicaciones sobre el papel higiénico y los pañales bien blancos). El mensaje de que somos los países emergentes los que estamos liderando el aumento en el consumo de papel no pareció ser muy del agrado de los ambientalistas. La respuesta de Bachetta llegó en la forma de decir que no era cierto que él estuviera en contra del papel (cosa que yo no había dicho), que no era cierto que su libro fuera inútil (cosa que yo no había dicho) y que los países desarrollados desperdiciaban una cantidad de papel y que eso era el gasto superfluo (cosa totalmente refutada por los datos que yo había dado y que olímpicamente ignoró). No tuve pues más remedio que señalarle en mi contrarréplica que no había desmentido ni un sólo dato mío y que su libro (que volví a pasar página por página) era un ejemplo de por qué las empresas producían papel blanco, ya que ni los ecologistas publicaban en reciclado. No gustó mucho, he de decir... Delia inclinaba la cabeza como diciendo "oh cielos, ¡qué horror!". Y en uno de los momentos más deliciosos de la tarde, un Bachetta indignado me proporcionó la primera mitad del título de este artículo:

Bachetta (exaltado): "Eso es una inverdad..."

Yo (sorprendido): "Bachetta, yo conozco verdades y falsedades, pero no sé lo que es una inverdad..."

Bachetta (en marcha atrás): "Eso, eso... una falsedad..."

Delicioso. Pasamos entonces ahora a la segunda pregunta, que nosotros creíamos iba a ser sobre salud. Bachetta sin embargo se embarcó directamente en los -según él- perjuicios de la forestación. Luis y yo, como dos duques, prestamos profunda atención a las lección magistral que nos impartió Bachetta, escuchando verdades irrefutables como que no existe una planta de pasta de celulosa de un millón de toneladas anuales que no tenga cerca una plantación de 250.000 hectáreas de eucaliptus. Yo anoté eso cuidadosamente para luego transmitírselo a Botnia, ya que estos inconscientes de Botnia declaran que sólo tienen 160.000 hectáreas disponibles. ¡En cualquier momento se quedan sin madera! (por las dudas, porque a veces dudo de la comprensión lectora de algunas personas, eso es una ironía). Mención especial para los concurrentes que estoicamente aguantaban a pie firme, o sentados hasta en el piso. Le dieron un marco magnífico a la discusión. Y mención aparte para Alejandro, con su paciencia homérica, que iba registrando internamente todo lo que tenía ganas de decirles y se aguantó estoicamente también hasta el final del panel. Ya llegaremos ahí.

Les contaba entonces que nosotros escuchábamos esas cosas de Bachetta hasta que en un momento llegó al meollo de su presentación: las fotos. Debo confesar que aquí tuve que recurrir además al libro para entender bien los argumentos, porque en la presentación algunos de ellos me resultaron sumamente confusos. Quizá el más claro fue el de la sedienta avidez de los eucaliptus, algo que ya está harto discutido, pero que se repite sin cesar. Las fotos mostradas por Bachetta corresponden a un pozo de agua seco en un pueblo abandonado (Las Flores, Paysandú, Julio 2004) y a la tapera derruida por el paso del tiempo. Más allá de que uno aspira a que los uruguayos no vivan en taperas, el punto es si realmente la gente debe emigrar porque se muere de sed debido a que los árboles le chupan el agua. Salió a relucir, por supuesto, el caso de Washington Lockhart y los chacreros de Pense a los que, según Guayubira, se le secaron los pozos por la forestación.

Por supuesto que hay algunos datos que dejan de lado. Uno, que Lockhart es productor de quesos, tiene vacas que dan leche, y triplicó su producción. A 140-150 litros de agua por vaca por día, hay que tener mucha agua, con o sin árboles. Segundo, que si Lockhart sigue produciendo será porque de algún lado saca el agua, lo que se explica porque tiene un cuarto pozo, suficientemente profundo, que no se le secó (a lo que Oscar Díaz acotó que el problema son los pobres que no tienen dinero para que le hagan un pozo). Tercero, que ya desde Abril de este año se sabe que OSE culminó los trabajos para que todos esos chacreros tengan agua potable por cañería (Bachetta me gritaba "mentira, mentira"). Por supuesto, todas estas cuestiones son sistemáticamente ignoradas por los ambientalistas.

Bueno, pero ese, aunque equivocado, aún así luce como un argumento racional. A partir de allí rápidamente evolucionamos hacia lo surrealista y lo desagradable. La foto de la vaca con el ternero, más arriba, se describe así en el libro (misma cosa en la charla de Bachetta)

No hay ejemplos significativos de convivencia de la ganadería con la forestación

Y lo ilustran con una vaca amamantando un ternero en medio de una plantación. Algunas sugerencias para otras fotos convincentes:

No hay ejemplos significativos de raperos blancos. Y lo ilustran con una foto de Eminem.

No hay ejemplos significativos de tenistas negras exitosas. Y lo ilustran con una foto de Serena Williams.

No hay ejemplos significativos de que el piquete de Arroyo Verde perjudique a Fray Bentos. Y lo ilustran con una foto de Las Cañas desierto.

Genial. Más surrealista es el argumento por el cual la segunda foto es la de un desastre natural. Textualmente "Miren esa foto. ¡No parece Uruguay, parece Suiza! ¿Dónde está el horizonte? ¿a Uds. les parece que eso puede atraer a los turistas?" Sé que no me van a creer, pero que lo dijeron lo dijeron.

Y finalmente, la guinda de la torta. La comparación de la situación de pueblos de Brasil en las cercanías de la planta de Veracel con la que ineluctablemente (según él) acaecerá en Uruguay. Se agravia Bachetta porque Veracel donó los alojamientos de los trabajadores que construyeron la planta al pueblo de Barrolandia para servir de escuela con el nombre de la Reina Silvia de Suecia. Y, dice Bachetta, ¡miren lo que es el pueblo! Lo que al final no se entiende es si lo que le molesta es que un pueblo muy pobre tenga una escuela decente o que se llame Reina Silvia en lugar de Presidente Lula. No sabe, no contesta, no se entiende mucho. El colmo llega con la presentación de fotos de huérfanos cuidados por una hermana Terezinha en una casa de recuperación nutricional. ¿Es culpa de Veracel la desnutrición? No lo explica Bachetta, nada que ver. ¿Y entonces? Pregúntenle a Bachetta. Quien, si bien no al séptimo día, finalmente descansó.

Uno, que es medio estructurado, y una persona como medio cuadradonga, recordando que tenía que hablar de salud, expuso sobre el tema de las dioxinas y no sobre forestación o niños desnutridos que, aunque no tenga que ver con la forestación, es un tema que vende mucho. Cosa importante, a la que ya se había referido de pasada Bachetta, pero que ahora abordaríamos a full. Las gráficas podrán reconocerlas los asiduos al blog, porque las hemos discutido en otras ocasiones, no hay necesidad de repetir. Lo interesante, que no conocíamos hasta ahora, fue la respuesta, que corrió a cargo de Oscar Díaz. De entrada él admitió que estaba como productor y no como técnico, por lo que no podía hablar mucho de las dioxinas. Pero, dijo, deben tener mal sabor (no sé, digo) porque tengo un mail de unos productores chilenos a los que les devolvieron de Europa las exportaciones porque tenían dioxinas. Curiosamente, Oscar Díaz se había olvidado ese día de llevar el mail, cosa que también le había pasado en Conchillas, donde también discutió con nosotros. Ya ahí tenía otro mail bomba, pero desgraciadamente también se olvidó. Olvidadizo el señor...

Y, claro, las caras de asombro de nuestros anfitriones sólo tenían cabal correlato en las risitas nerviosas de los concurrentes. Obviamente a nadie le extrañará que en el turno de repreguntas y respuestas, entre Luis y Daniel Jaso hayan destrozado la argumentación de Bachetta y Díaz. No sólo porque el bosque natural aumentó en lugar de disminuir, no sólo porque Eufores (Ence) tiene un convenio con la Sociedad de Productores de Leche y 90.000 cabezas de ganado pastan en los terrenos de la empresa, no sólo porque Forestal Oriental tiene 112 productores con 39.000 cabezas de ganado y 42 apicultores con 13.865 colmenas en terrenos de la empresa, sino porque la forestación da más trabajo por hectárea que la ganadería y es un hecho demostrable que la aparición de la forestación está invirtiendo el flujo de migración campo ciudad.

La etapa final de preguntas y respuestas fue bien interesante y llevó a un contrapunto entre Luis y Oscar Díaz. Enfureció a los ambientalistas el hecho de que Luis dijera que no existe emergencia alimentaria, sino un problema simple de distribución. Un ambientalista no identificado (otro si, Oscar Vidal) poco menos que dijo que los números de la FAO no eran confiables. Hoy mismo se supo que Latinoamérica ha retrocedido a los niveles de desnutrición de principios de siglo. ¿Y qué señala la FAO? Dice:

Según la oficina de la FAO para América Latina y el Caribe, la crisis de los dos últimos años ha elevado a 51 millones el número de personas que viven en la miseria.

"La región tiene un superávit de alimentos; sin embargo, la desigualdad en la distribución del ingreso dificulta el acceso de muchas familias a los alimentos"

Esto no lo v
en los ambientalistas, que creen que el problema es de producción. Oscar Díaz se encargó de dejar clara la base política de todo el movimiento: firmar para que la tierra esté toda en manos de uruguayos exclusivamente, para que en torno a las ciudades haya un cerco inexpugnable de huertas orgánicas y para que las personas recurran a la tierra para el autoconsumo.

Luego de la intervención final de Oscar Díaz, le tocó el turno nada menos que a Delia Villalba. Voy a copiar acá parte de lo que Jorge García Ramón escribió en ecoUruguay.

Presentada como “una vecina de Fray Bentos que sufre las consecuencias de Botnia”, repitió, por ejemplo, lo que había afirmado el 1 de octubre pasado, pocas horas de la “megamanifestación binacional” contra el vertedero de residuos de Cañada Grande. En relación a la exhaustiva búsqueda en todo Fray Bentos de la fuente del mal olor que castigó a la ciudad, Villalba afirmó que “quisieron acusar” a un frigorífico. En realidad, quien haya seguido la información sabe que la búsqueda comenzó por Botnia (que fue inspeccionada reiteradas veces), siguió por el frigorífico, por el vertedero municipal de residuos, por las instalaciones de OSE, por las cañadas cercanas, por la aplicación de plaguicidas, y que equipos de la Dinama y de la Intendencia de Río Negro recorrieron una y otra vez toda la ciudad y sus alrededores. En honor a la verdad, esta vez no se quejó de la falta de dignidad de sus vecinos (en alguna otra oportunidad lamentó que los uruguayos en general y los fraybentinos en particular actuaran con una sumisión digna de los paraguayos).

Dijo, en cambio, algo que llama la atención respecto a su prédica reciente. Recordó que en los años 90 Río Negro era el departamento con mayor desocupación del país. Es llamativo que lo diga ahora, cuando la prédica anti celulosa insiste en comparar la desocupación una vez finalizada la construcción de Botnia con la casi nula desocupación durante los últimos años. Fue entonces, durante aquellas instancias de consulta pública (que su antecesor en el uso de la palabra dijo que no se habían producido) cuando “nos ofrecieron la instalación de plantas de celulosa” para industrializar la gran masa forestal ya existente. Y, afirmó Delia Villalba, ellos (no está claro quiénes) entendieron en aquellas instancias de consulta que se revertiría esa desocupación histórica, que todos en Fray Bentos tendrían trabajo: “que íbamos a nadar en la abundancia”, sintetizó. En cambio, repitió, en Botnia “dicen que trabajan 30 fraybentinos”, y el resto son finlandeses (Ver Los 33 orientales que eran 868). Y, contrariamente a lo que se les reclama, ni el Movitdes que ella co-dirige ni quienes repiten sus afirmaciones comparan la desocupación actual con la anterior a la instalación de Botnia.

Después supimos que los chicos que organizaron esto nunca habían invitado a Delia ni sabían quien era ella, y por eso la presentaron como una "vecina afectada" sin saber que era la connotada ambientalista. Y debo confesar que Delia me saca cuando me llama mentiroso. Como dice ecoUruguay,

“En este tema se han dicho muchas mentiras”, comenzó su intervención Delia Villalba.

Y claro, como lo tomé de forma personal (no creo que se refiriera a las mentiras de Bachetta) no tuve más remedio que decir quien era Delia. Y, por supuesto, cuando uno habla sin meditar, mete la pata. Dije que Delia era la "ambientalista favorita de los piqueteros de Gualeguaychú" lo que inmediatamente desencadenó un furibundo ataque de los otros ambientalistas, uno de los cuales me dió la segunda parte del título

.- "Y Ud. es el doctor favorito del Imperio... "
.- "Si, claro, me paga Botnia..."
.- "Ud. no respeta nada, porque mientras ella hablaba Ud. se reía..."
.- "Yo la respeto como persona, pero no respeto sus opiniones..."
.- "Eso lo pinta a Ud. de cuerpo entero, todas las opiniones son respetables..."
.- "No lo creo, no creo que el nazismo por ejemplo sea una idea respetable..."
.- "Por supuesto que sí..."

Tumulto general, interviene el moderador, telón. Estuvo entretenido. Por lo menos ahora saben de donde sale el título.

La culminación fue apoteósica. Entrevistas para la televisión, subgrupos con cada uno de nosotros (Luis, Daniel, Jorge, Alejandro, yo mismo) interaccionando con productores, con estudiantes, con profesores. Delia y Bachetta desapareciendo sigilosamente, y muchas fotos para el recuerdo de que una vez al menos la racionalidad se impuso. De ahí a la casa de Marcelo, donde los padres nos atendieron de primera y tuvimos una conversación agradabilísima. Y donde me dejaron sentir como Dave Weckl y sacarme la foto que encabeza este artículo.

Y sobre la medianoche, cerrando el Mercado del Puerto en torno a unas Pilsen bien heladas y unas mollejitas bien crocantes.

Mi dieta sufrió un duro revés, pero fue un lunes bien empleado.

11 comentarios:

Diego dijo...

Felicitaciones por el exitoso encuentro!
Me hizo reir mucho este articulo, jeje.
Que fachero que estas viejo! Muy buna chaqueta.

Diego

Enrique Pereira dijo...

Y yo especulando ingenuamente con algún amague de “inrebuzno” por alguna notita disfrazada que le leí al tipo por ahí… Bachetta actúa de modo “incientífico, invirtuoso, inconfiable e inhonesto”. O mejor, con “in” y sin neologismos caprichosos para asombrar giles: inescrupuloso, infame, inverosímil e inmoral.

Y además debe tener el “síndrome de Zellig”. Si de veras alguien lo puede soportar como compañero (cosa que me permito dudar al menos) tendría que decirles clarito en lo que está de acuerdo y en lo que no con ellos. Dejar la cosa en ambiguedades lo pinta bastante fulero. Ni pa´ aguantar la puerta, mire.

Si son esos criterios los que utilizan estos muchachos para otorgar sus “premios”, no me molestaría ser nominado a, por ejemplo, el “comentarista favorito” del objeto de su ira.

Lo único que les reconozco es haber comparecido finalmente en algún lado. El 99,9% de lo que pernicioso que generan proviene de andar murmurando sin contrapunto posible por la sombra, o escuchándose la propia voz en el eco de alcahuetes y oportunistas.

Unknown dijo...

Es lo que hay Enrique. Me hicieron reir tus "in"-neologismos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Y nosotros siempre in-portunando con incisivos comentarios ante las incoherencias inútilmente introducidas por los incomprendidos in-bientalistas.

Sucede que objetivamente nosotros siempre estamos y estaremos en desventaja.

Imaginen que no saben nada en profundidad de este tema, sino que están empapados hasta en forma inconciente por los mensajes que en forma continuada les ha llegado por cualquiera sea el medio de divulgación.

Imaginen que están viendo a cuatro personas en una mesa. Una de ellas es un veterano flaco, con aspecto débil, con voz entrecortada, que tose continuamente. El otro es un productor rural de barba tupida y desprolija, vestido más o menos. Ellos dos claman por defender el país, a la gente, a la producción, a la juventud, a los recursos.

Los otros dos, bueno... dos tipos de apariencia normal, medianamente bien vestidos, con formación universitaria, presentando números y datos de la realidad.

Además los dos primeros entrecruzan continuamente sus argumentos ambientalistas con apelaciones de corte netamente ideológico, mientras que los dos últimos tratan de no caer en la trampa e intentan, a veces vanamente, en permanecer en la línea del debate.

Este escenario y sus protagonistas no lo pinto con aire derrotista (eso jamás) sino para darles una idea a quienes no estuvieron del esfuerzo centuplicado que tenemos que hacer para contrarrestar los efectos de la declamación llorosa.

Cuando Oscar Díaz comentó en pleno debate, a viva voz y golpeando la mesa, que estaban juntando firmas para llegar a las 250.000 así hacían una ley para que la tierra fuera de los uruguayos, realmente sentí hervir la sangre. Pero tuve el suficiente dominio para no contestarle ese tema. Si hasta un muchacho de la asistencia comentó en voz alta que no se olvidara de los "peludos", un movimiento que está en esa acción de juntar firmas y que al final repartieron volantes y el cuaderno para firmar.

Anécdotas sobre lo que dijeron hay y muchas. Pero refrendando lo que dijo Enrique, aún cuando se reconoce el hecho que asistieran, igualmente no cejaron en su táctica de insinuar, sugerir, mostrar imágenes casuales, no causales, pero muy efectistas como las que mostró Néstor.

Ayer estuve en una conferencia de Rama sobre la situación actual de la educación básica y secundaria del país. En un momento casi me caigo de la silla cuando dice que hay que volver a reabrir y adecuar centros educativos en zonas rurales por el aumento de la población provocado por la forestación y la agricultura intensiva! Ja, si estuviera el que acuñó la frase de doctor favorito del imperio me lo imaginaba apuntando su dedo acusador diciéndole "Usted es el consultor favorito de los países imperialistas de Europa!" Y seguramente iba a terminar con: y hay crisis alimentaria y planetaria!!!!

En fin... sigamos en el camino.
Saludos

Anónimo dijo...

Hay gente que lo ven distinto, fijensen acá: http://coloniatotal.com.uy/cultura/2506-charla-debate-qimpacto-ambiental-que-originara-la-fabrica-de-celulosa-ence-en-nuestro-departamentoq#comments

Anónimo dijo...

Magela:
muchas gracias por el link. Realmente muy agradecido.
Esto es parte de lo que escribí anteriormente cuando en pleno debate, bastante distorsionado por múltiples razones, el mismo Oscar Díaz apelaba a la búsqueda de firmas para que toda la tierra fuera de los uruguayos.

En un determinado momento, Díaz decía que el tenía algo así como 80 100 vacas y cada año tenía 80- 100 terneros. Casi me levanto a aplaudirlo pues tenía entonces un 100% de eficiencia en la reproducción, cosa que no se logra en el país. Es más, hasta se me ocurrió proponerlo para ministro del MGAP pues obviamente el sabía, entonces, algo que todos los demás ignoramos.

Ni te cuento cuando empezó a explicar su visión de la situación económica internacional y cuantos rollos de papel higiénico podemos comprar con un dólar.

Mi pobre cerebro no fue capaz de entenderlo, básicamente porque estaba diciendo exactamente al revés de lo que es la realidad.

Así son las cosas.

Saludos

Anónimo dijo...

Ampliando el comentario anterior...

Como lo comenté anteriormente fue muy difícil para nosotros, Néstor y yo, tratar de seguir el debate por los carriles que originalmente se habían planteado, tal como Néstor narró en el artículo.

Primero estuvo la casi imposición de Bacchetta de hacer la presentación inicial, que además de una primera introducción Néstor respondió con otra exposición. Pero a cada rato todo tomaba otros carriles, especialmente los ideológicos y hasta utópicos. Como cuando Oscar Díaz, quien es ahora uno de los directivos de UNAMU, la misma ONG que firma la nota que aparece en el diario citado por Magela, promovía la creción de cinturones de huertas familiares alrededor de las ciudades y todavía decía que todos los jóvenes que estaban sentados, hasta en el piso, tenían que ir a trabajar en ellas. La idea en sí no es mala, pero el mundo ha evolucionado a producir en forma eficiente en sitios cada vez más concentrados. Yo mismo, cuando era poco más que un niño, trabajé de peon en un campo. Había mañanas, a las 4, que dolía hasta la raíz del pelo, coseché trigo a guadaña y hoz, maíz a machete, corté las ramas de las plantas de boniato y las iba enrollando para tirarlas del otro lado del alambrado de la chacra así las vacas las comían y pesaban infernalmente mucho. De madrugada, cuando iba buscar a las lecheras, descalzo en pleno invierno, pateaba las vacas para que se levantaran así me paraban donde habían estado hechadas y me calentaba los pies. Ahora el mundo cambió, y para mejor, mucho mejor. Lo que necesitamos es conocimiento para producir más y mejor con menos esfuerzo. No necesitamos que cada uno se produzca sus alimentos pues siempre resultan a un costo mayor que ir al supermercado o a la feria a comprarlos. Que lo produzcan los que lo hacen de forma eficiente y punto.

Pero lo peor, lo que realmente es reprochable, es que en pleno debate hubieran hecho referencia a la búsqueda de firmas para que la tierra fuera únicamente de los uruguayos. Eso es hacer política de forma neta en un ámbito y espacio que no les correspondía.

Saludos

Anónimo dijo...

UNA GRAN INVERDAD.
He estado dudando donde escribir este comentario. Las opciones eran seguir el comentario de Enrique en Historia de una ida y una vuelta o hacerlo en éste por el título.

Me decidí por éste, pues es una gran inverdad. Si. Se está hablando en estos dos a tres días del famoso informe de la UBA. Informe que no se ha dado a conocer en forma pública en su totalidad primero porque no lo pagaron y segundo por la cláusula de confidencialidad que figura en el contrato.

Pero lo que realmente rechina los dientes es leer los titulares y el contenido de la prensa como ha ido difundiendo la noticia.

La agencia de noticia Reuters titula en forma grandilocuente "Estudio argentino dice contaminación Botnia es normal". Error, gigantesco error o por decirlo de una forma elegante es una gran inverdad. En español lo que está diciendo claramente es que Botnia contamina. Lo de normal es algo que se puede entender como que las plantas de celulosa contaminan y Botnia, como es una planta de celulosa, pues entonces contamina. El contenido de la nota nada tiene que ver con el título pero la primera impresión es lo que vale.

El Mercurio titula "Planta de Botnia en Uruguay contamina lo permitido". Otra gran inverdad. La normativa ambiental de Uruguay trata justamente que no se contamine. Es exactamente lo contrario: no se permite contaminar.

Sucede, en mi opinión, que esto es una síntesis extraordinaria de lo que ha sucedido. Muchos hablan de mucho y saben poco de lo que hablan.

Confunden contaminación con efluentes de tal manera que lo usan como sinónimos y no tienen nada que ver. En otro comentario en este blog estuvimos desarrollando este tema. Los ecosistemas tienen lo que se define como equilibrio dinámico. Las variables que los definen se mueven dentro de cierto rango. Cualquier elemento o compuesto químico o cambios físicos, físico-químicos o dinámica poblacional que ocurra en ellos, inducidos por agentes internos o externos, que no cambia la naturaleza del ecosistema o, dicho de otro modo, no altera el rango en el cual se mantiene el equilibrio dinámico, entonces no se puede hablar de contaminación. Nunca. Los parámetros que se establecen como límites máximos admisibles de efluentes y emisiones de cualquier industria o actividad son tales que dada la dilución o inmisión, en agua y en aire respectivamente, son tales que no producen una alteración perceptible del sistema.

Ergo, no se puede decir jamás, salvo por un lego, un ignorante o un periodista o editor que quieren vender más, que la contaminación es normal o contamina lo permitido.

Si realmente existiera contaminación es porque se sobrepasó los límites permitidos por un tiempo prolongado y eso se hubiera detectado hace tiempo.

Saludos

Gus dijo...

Hola Luis.
También a mi me pegó en el ojo lo de ‘contaminar lo permitido’, debe ser que tengo cola de paja pues (shh! No digas nada) yo soy uno de los que contaminan. Dentro de lo permitido sí, pero exhalo CO2 cada vez que respiro por ejemplo. Estoy replanteando mi vida en estos momentos, espero no me expulsen de la cuenca del río Uruguay.
Qué le vas a hacer.
Saludos

Anónimo dijo...

Ja, ja... pero eres muy modesto. Te olvidaste de los mercaptanos, de los AOX, de nitrógeno, de fósforo, metano, etc.

Somos una porquería somos.

Lo que me gustó es lo de acumulación de gases, argumentando que después será peor. Habrán puesto una gigantesca campana sobre Gualechuaychú con un caño a la chimenea de Botnia?

Qué manera de seguir mintiendo cuando no tienen nada más!

Anónimo dijo...

Uno tiene siempre la curiosidad si lo que hace sirve para algo o no, o si tiene alguna mínima repercusión, si es útil para promover el pensamiento crítico.

Así que le escribí a Marcelo Daghero para conocer si hubo alguna repercusión del debate.

Pues parece que si, y mucha. Hasta ahora siguen hablando y haciendo comentarios en relación a lo que vieron y escucharon.

Ah... debo hacer una corrección. Cuando realicé una interpretación desde mi punto de vista de la empatía o no que puede asociarse a cada participante del debate, comparando a Bacchetta y Díaz, con Néstor y conmigo, pues me equivoqué. Pero los jugosos comentarios de Marcelo me los guardo ya que afectan la imagen de los opositores a nosotros en el debate.

Saludos

Saludos