La sociedad moderna funciona –o debería hacerlo, al menos– en base a las decisiones tomadas por la mayoría de sus ciudadanos. Ellas pueden ser casi totalmente libres, fruto de elaboración intelectual informada y mayormente objetiva, o estar condicionadas por factores tales como la propaganda, la manipulación, las creencias, los valores personales, los prejuicios, la presión social, la educación y la mayor o menor posibilidad de recibir información completa y no sesgada sobre los temas en que los ciudadanos tienen que comprometer su opinión.
Esta serie de artículos, escritos por los integrantes de un equipo de ciudadanos de distinta extracción y preparación, busca abordar temas de actualidad que involucran problemas difíciles y que pocas veces se reportan con propiedad en la prensa escrita o televisiva, fuente general de información y conocimiento para la mayor parte de la sociedad.
Los temas son diversos, pero el leit motiv es siempre el desarrollo sustentable o, como más adelante propondremos llamarlo, el desarrollo inteligente responsable. El concepto de desarrollo sustentable fue introducido en 1987 en un reporte de la así llamada Comisión Brundland [1] que se resume en la frase:
“Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”
Eso implica conservar los recursos naturales no renovables o, mejor dicho, conservar el equilibrio que permite que esos recursos sigan siendo aprovechables una y otra vez, para las generaciones futuras. Implica también el empleo responsable de esos recursos para el avance de nuestra propia generación, nuestro progreso económico y social y el aumento de nuestra calidad de vida, sin comprometer la viabilidad del futuro de nuestros hijos y sin expoliar los ecosistemas.
Contrariamente a la postura ecologista –que no debe confundirse con la ecológica– que es en definitiva una postura conservadora, inmovilista e incapaz de permitir el desarrollo y una buena calidad de vida para miles de millones de personas, que postula el no uso de los recursos naturales, mantener el ambiente en una condición prístina que en realidad nunca tuvo y que es una definición voluntarista de los proponentes, la corriente de pensamiento por un desarrollo sustentable o sostenible aboga por el empleo de la naturaleza para servir al hombre de hoy, pero permitiendo que las modificaciones necesarias para ello sean asimilables por el ambiente, de forma que el nuevo equilibrio que se alcance sea armónico y beneficioso para la Humanidad presente y futura.
Lamentablemente, el término “desarrollo sustentable” (DS) ha sido bastardeado al asociárselo casi exclusivamente con la posición ecologista. Para este punto de vista, DS involucra crecimiento cero y aplicación literal del principio de precaución, que implica no realizar ninguna actividad productiva mientras no se demuestre fehacientemente que ésta no es dañina, en lugar de realizarlas mientras no existan dudas razonables de que lo sean.
En otras palabras, desde el punto de vista ecologista el DS (llamémosle DSE) no implica desarrollo y sólo es sustentable en la medida que se crea que el equilibrio existente al momento cero en que se lo empieza a aplicar es un equilibrio estable. De hecho, el DSE es una contradicción en los términos, dado que busca una involución desde la sociedad tecnológica actual hacia una más primitiva en que la mayoría de los procesos industriales que sustentan nuestro confort y nuestra salud no podrían realizarse. Y donde, consecuentemente, sólo una fracción del total actual de seres humanos podría vivir.
Es sin duda totalmente cierto que la civilización desde tiempos primitivos, y con mayor énfasis nuestra civilización tecnológica, ha expoliado el ambiente antes de reaccionar y convencerse de que estamos todos en el mismo barco, sin posibilidad de abandonarlo y tomar otro el día en que éste esté ya demasiado estropeado para navegar. Pero no debemos olvidar que la calidad de vida de nuestros días es infinitamente superior a la de no tantos años atrás. No por la calidad de los electrodomésticos o la posibilidad de adquirir frutas exóticas en el supermercado en cualquier época del año, sino por logros básicos para el bienestar social que se dieron en el siglo pasado. En un breve racconto señalemos los siguientes aspectos

La mortalidad infantil disminuyó a la mitad entre 1960 y 1990 [4].


La desnutrición medida por el porcentaje de niños menores de 5 años con bajo peso [5], se ha reducido globalmente de un 25% en 1995 a un 20% en 2005, excepto en Africa, donde ha aumentado. La prevalencia promedio mundial de la desnutrición crónica bajó de 38% en 1990 a 27% en 2005, con la excepción de África oriental [5].

El analfabetismo adulto se ha reducido a cerca de la mitad entre 1970 y 2005 [9] (ver Fig. 5)
Estos enormes avances han sido acompañados de reducción de la pobreza, incremento de la democracia, mejoramiento de la condición sanitaria mundial, y otras muchas mejoras en indicadores que muestran que la calidad de vida de la población en general se ha incrementado más en los últimos 50 años que en los 500 años previos. Eso es lo que permite albergar hoy en el mundo una población mucho mayor que la que podría sustentarse en ausencia de la tecnología actual, sin haber caído en una catástrofe maltusiana.
Para ello se ha pagado un costo muy alto, algunas de cuyas consecuencias son
- El uso de recursos renovables en exceso de la capacidad de regeneración natural
- El agotamiento de recursos no renovables sin creación de alternativas
- El incremento desenfrenado en el consumo y derroche de energía
- El uso irresponsable y desequilibrado de agua
- La emisión de contaminantes a la atmósfera y al medio acuático
- La producción exagerada de residuos sólidos no biodegradables o reciclables
- La disminución progresiva de áreas naturales y biodiversidad por la expansión de la agricultura y los asentamientos humanos.
- La fragilidad del ecosistema en muchos puntos del globo
Si queremos seguir gozando de una alta calidad de vida, incrementarla más aún y dejarle un mundo habitable y sano a nuestros hijos, debemos combatir esos males, pero al mismo tiempo asegurando que continúe el desarrollo, dado que es lo único que permitirá la convergencia hacia índices elevados de calidad de vida para la inmensa mayoría de la población mundial.
Referencias
[1] World Commission on Environment and Development, Our Common Future, Oxford University Press, 1987.
[2] World Bank,
http://www.worldbank.org/depweb/english/modules/social/life/index.html
[3] Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Life_expectancy. World Resources Institute. 2006. http://earthtrends.wri.org. Washington DC: World Resources Institute. Menu "Population, Health and Human Well-being", submenu "Searchable Database". Population Division of the Department of Economic and Social Affairs of the United Nations Secretariat, 2005. World Population Prospects: The 2004 Revision. New York: UN. http://www.un.org/esa/population/ordering.htm
[4] Mortalidad infantil, http://childinfo.org/areas/childmortality/
[5] The Fifth Report on the World Nutrition Situation: Nutrition for Improved Development Outcomes, March 2004. ONU, Standing Committee on Nutrition.
http://www.unsystem.org/scn/Publications/AnnualMeeting/SCN31/SCN5Report.pdf
[6] Unicef, Safe Drinking Water Report, http://www.unicef.org/specialsession/about/sgreportpdf/03_SafeDrinkingWater_D7341Insert_English.pdf
[7] FAO, http://www.fao.org/nr/water/docs/escarcity.pdf
[8] FAO, http://www.fao.org/nr/water/infores_maps.html

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1 comentario:
Brindo por el DIR. Me pareció excelente el post. Pero necesito que entiendas algo que tenés claramente equivocado como concepto: Hoy en Greenpeace se piensa así y para claridad de la fundación, todo lo recaudado es auditado y publicado sin zonas grises.
Buscamos crear conciencia y educar al hombre por venir. La desinformación a la que nos tienen acostumbrados los grupos de poder económicos no hacen más que fortalecer los argumentos radicales de ecologistas retrógrados.
Me parece que, siendo auspicioso, tu blogg será fuente permanente de consulta para mí.
Necesito corregir mis post en relación a Botnia pero no quiero dejar de recalcar, como Greenpeace manifiesta, que el tratamiento de efluentes es vital para la minimización casi total del impacto ambiental.
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