William Shakespeare (c. 23/4/1564- 23/4/1616) fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Entre sus más famosas obras, escribió en 1601 Hamlet, Príncipe de Dinamarca donde el dicho príncipe pronuncia un soliloquio cuya primera frase es una de las citas más frecuentes de la literatura ("to be or not to be, that is the question"). Además de frecuente, bastante abusada también.
Allí dice Hamlet
To be or not to be, that is the question;
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing, end them. To die, to sleep;
No more; and by a sleep to say we end
The heart-ache and the thousand natural shocks
That flesh is heir to — 'tis a consummation
Devoutly to be wish'd....
y sigue así por bastante rato más. Dado que ni Ernst Lubitsch ni Mel Brooks tuvieron empacho en aprovecharse de la cita para realizar dos maravillosas películas, yo me lo apropio aquí para empezar a discutir un tema muy amplio en relación a las pasteras: la afectación (presunta o real) de la salud humana. En este primer artículo me quiero concentrar en despejar un mito bastante frecuente entre los ecologistas, el de que la metodología TCF es mejor que la ECF (por ese mejor implicando, entre otras cosas, que produce menores efectos sobre la salud). Así que de ahí viene mi humorístico "to E(CF) or not to E(CF)". Sepan disculpar el chascarrillo.
El tema puede enfocarse desde dos puntos de vista. Uno es el de la población en general que, en principio, podría estar expuesta debido a los efluentes gaseosos o líquidos de la planta. Otro es el de mirar lo que le pasa a los propios operarios de la fábrica, que por su tarea serán los más expuestos a problemas de salud, si estos efectivamente existen. Este último punto de vista es el que queremos abordar acá. Para ello vamos a echar mano del informe preparado en Marzo de 2005 por Tim Driscoll (MBBS BSc(Med) MOHS PhD FAFOM FAFPHM) un especialista australiano en Salud Ocupacional que realizó el estudio para la Comisión de Desarrollo y Planeamiento de Recursos de Tasmania (Australia). El documento puede bajarse en formato pdf desde esta dirección.
En el estudio no se realiza nuevo trabajo de campo, sino que se hace únicamente una revisión bibliográfica de la literatura publicada en inglés en revistas arbitradas hasta el año 2004. Y el propósito principal es el ver si existe alguna diferencia entre los efectos sobre la salud en plantas de producción de pulpa de celulosa Kraft blanqueadas respectivamente con tecnología ECF y TCF, donde la mayor diferencia es que los trabajadores en las primeras fábricas estarán expuestos a cloro, dióxido de cloro y eventualmente dioxinas, mientras que los segundos estarán sólo expuestos a ozono.
Los estudios que se han hecho hasta ahora tienen en general el probema de que se realizaron sobre plantas ECF y no TCF, y con exposición de los operarios que se inició entre 1920 y 1960 y finalizó en algún momento entre 1980 y 1990. Consecuentemente, no dan indicios sobre las condiciones de las fábricas modernas, que usan tecnología muy superior. De cualquier manera, establecen un baremo inferior, digamos la situación peor imaginable (lo que en inglés se llama worst-case scenario) ya que la mejora tecnológica trae como consecuencia una disminución de los riesgos sanitarios.
Las afecciones que más comunmente se relacionan con las pasteras y papeleras son básicamente de tres tipos: afecciones dérmicas, afecciones respiratorias no malignas y cánceres. Como ejemplo del primer caso tenemos el cloroacné, enfermedad que se hiciera famosa cuando se le diagnosticó al líder opositor ucraniano Víctor Yuschenko en 2004, presumiblemente víctima de un envenenamiento deliberado con dioxina para dejarlo fuera de carrera en la competencia electoral (intento fracasado, por cierto).
La piel es un órgano bastante complicado donde se distinguen unidades como la que se muestra en la figura de la izquierda. La obstrucción del conducto de descarga de las glándulas sebáceas es lo que produce normalmente el acné. Esta afección puede ser desencadenada por productos clorados tales como clorobencenos, cloronaftalenos, tetraclorodibenzodioxinas, y otros. Cuando lo es por agentes clorados es que se lo cataloga como cloroacné (véase, por ejemplo, Toxicología Fundamental de Manuel Repetto, pág 215). Muchos de estos productos clorados se producían en las fábricas de pulpa que usaban cloro elemental para el blanqueo, una técnica que ya no se usa y está prohibida en las legislaciones más modernas.
El segundo grupo de afecciones son las respiratorias, que engloban desde la irritación nasal, el lagrimeo y la tos, hasta el asma y la dificultad al respirar (los conocidos silbidos o gemidos generados por la obstrución bronquial). En los casos más severos, que incluso pueden llevar a la muerte, lo que sucede es un conjunto de reacciones (broncoconstricción, inflamación y edema, generación de mucus espeso) que llevan a la disminución del tamaño del bronquiolo y a la dificultad para respirar (acompañada de los gemidos característicos).
Finalmente claro, tenemos el cáncer, un fenómeno multicausal, que afecta cualquier órgano del cuerpo y cuyas manifestaciones multifacéticas tienen como denominador común el crecimiento celular descontrolado, la pérdida de funcionalidad y un desarreglo general del organismo que frecuentemente no responde a los tratamientos químicos, radiológicos o quirúrgicos y conduce a la muerte.
Volvamos entonces ahora al estudio del Dr. Driscoll. La primera conclusión importante de su estudio (pág. iv bajo el título Findings y pág. 8) es
- En comparación con el resto de la población, se encuentra que los operarios de plantas de pulpa y papel tienen una mortalidad total más baja o similar considerando todas las causas y tipos de cáncer combinados [1-7]
El segundo punto interesante concierne a las afecciones respiratorias. Las mismas son debidas a gases tales como los que se muestran en la figura adjunta. El cloro, que se emplea para blanquear en las fábricas más antiguas, el dióxido de cloro, que se emplea en el método ECF, y el ozono, que se emplea tanto en ECF como en TCF, son poderosos irritantes de las vías respiratorias.
Los estudios existentes demuestran que (a) existe un riesgo mayor de afecciones respiratorias en las personas expuestas a los gases empleados en el blanqueo de pulpa que en las personas que no lo están y (b) que este riesgo es aún mayor en aquellos operarios que han sido expuestos a "gaseados", es decir, a concentraciones de gases varias veces superior a lo normal.
Las tres conclusiones importantes en este trabajo son:
- En comparación con obreros de otras industrias, los que trabajan en plantas de pulpa tienen mayor incidencia de asma [14,15], mayor riesgo de mortalidad por asma [16], mayor incidencia de gemidos y opresión de pecho [17,18], menor capacidad pulmonar [18] y mayor inflamación de las vías respiratorias [18,19]
- Los operarios que han sufrido "gaseado" presentan riesgo incremental frente a los que no lo han sido.
- Las afecciones respiratorias causadas por gases empleados en plantas ECF (dióxido de cloro) y TCF (ozono) son similares y no hay diferencia significativa entre uno u otro proceso de blanqueo desde este punto de vista.
En resumen,
- No existe evidencia que indique un riesgo incremental de cáncer en operarios de plantas de pulpa respecto al resto de la población.
- Sí existe suficiente información que indica un riesgo incremental de asma y otras afecciones respiratorias y de la mortalidad por asma en los operarios de fábricas de pulpa, al menos de las más antiguas, en especial en relación a los gases empleados en el proceso de blanquado.
- No existe ninguna indicación de que exista alguna diferencia entre las afecciones respiratorias registradas para fábricas ECF respecto a fábricas TCF.
- Deben adoptarse precauciones suficientes para evitar no sólo el contacto con concetraciones anormales de los gases descritos (gaseado) sino protección continua contra concentraciones menores. Como ejemplo, puede verse este documento sobre precauciones para el trabajo con ozono y en este sitio un curso educativo para el trabajo con dióxido de cloro, incluyendo las medidas de seguridad necesarias.
- Siempre tener en cuenta las "security data sheets" donde se describen en detalle todas las propiedades químicas, físicas y toxicológicas de las sustancias como por ejemplo ésta para el dióxido de cloro.
Hoffman et al [20] publicaron en 2004 un estudio para determinar si el riesgo de rinitis no infecciosa se incrementa luego de gaseados accidentales con ozono. Para ello estudiaron 120 trabajadores de la sección de blanqueado de dos pasteras suecas que emplean ozono como agente blanqueante y compararon los resultados con 80 operarios de otras dos plantas cercanas que no usan ozono. Lo que se calcula mediante modelos de regresión es lo que se llama Hazard Ratio (HR) que da una idea de que tanto más en riesgo están unos que otros. Lo que se determinó es que los operarios que habían estado expuesto a gaseados con ozono (lo que se usa en gran cantidad en las plantas TCF) tenían un riesgo más elevado de contraer rinitis alérgica (que se considera como precursora de astma). Un estudio similar es el informado por Mehta et al [21] en 2005. En este caso se estudiaron 178 operarios de tres plantas suecas, expuestos a gaseados con O3, ClO2 o SO2, comparándolos con un grupo de control de 54 operarios que no estuvieron expuestos a picos de concentración de gases irritantes. Nuevamente el resultado indica que la exposición a gaseado por ozono lleva a obstrucción respiratoria mientras que el resultado no fue tan determinante para ClO2/SO2. El estudio más interesante es quizá el de Henneberger et al quienes estudiaron también la exposición de 245 operarios suecos a altas concentraciones de ozono y de dióxido de cloro y de azufre. La conclusión fue que los operarios gaseados con ozono presentaban un riesgo incrementado de asma y ataques de gemidos y sibilancias, pero no de bronquitis crónica, mientras que, por el contrario los gaseados con ClO2/SO2 presentaban riesgo más elevado de ataques de gemidos y de bronquitis crónica, pero no de asma. Curiosamente, un estudio posterior de Andersson et al [23] realizado en más de 2.000 operarios expuestos a concentraciones pico de SO2 demostró que hay una correlación entre la exposición repetida a esos picos y la incidencia de asma. Por lo tanto, aún cuando los resultados de distintos estudios son levemente diferentes, todos coinciden en que hay que extremar las medidas para evitar el gaseado, es decir la exposición de los operarios a concentraciones elevadas de los gases empleados en el blanqueo, independientemente de que se trate de plantas ECF o TCF.
Respecto a la mortalidad por cáncer en las plantas de pulpa y papel se publicó en 2006 un estudio muy importante realizado en 11 países [24]. Se estudió la mortalidad por cáncer de 60.468 operarios expuestos a compuestos organoclorados volátiles y no volátiles que estuvieron empleados entre 1920 y 1996. El resultado demostró que no hubo ningún incremento por encima de lo normal en la mortalidad de los operarios expuestos a los organoclorados, aunque se notó una leve correlación entre la exposición acumulativa a compuestos organoclorados volátiles y el riesgo de contraer cáncer. Es decir, aunque todos los resultados fueron similares o por debajo de los encontrados para la población en general, dentro del conjunto de los operarios quienes habían estado menos expuestos a compuestos organoclorados volátiles presentaban un riesgo aún menor.
Las dos conclusiones entonces que se extraen tanto del trabajo de Driscoll como de los estudios realizados con posterioridad son:
- Deben extremarse las precauciones para evitar el gaseado de los operarios, porque hay buena evidencia de que ello se relaciona con una mayor probabilidad de tener afecciones respiratorias. Esto es independiente de si la planta es ECF o TCF.
- No existe evidencia de que haya un riesgo incrementado de contraer cáncer en las pasteras, incluso entre aquellos operarios que están expuestos a la presencia de compuestos organoclorados volátiles.
Referencias
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4. Szadkowska-Stanczyk I, Boffetta P, Wilczynska U, et al. Cancer mortality among pulp and paper workers in Poland. A cohort study. International Journal of Occupational and Environmental Health, 1997;10:19-29.
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8. Carel R, Boffetta P, Kauppinen T, et al. Exposure to asbestos and lung and pleural cancer mortality among pulp and paper industry workers. Journal of Occupational and Environmental Medicine, 2002;44:579-584.
9. Band P, Le N, Fang R, et al. Cohort mortality study of pulp and paper mill workers in British Columbia, Canada. American Journal of Epidemiology, 1997;146:186-194.
10. Band P, Le N, Fang R, et al. Cohort cancer incidence among pulp and paper mill workers in British Columbia. Scandinavian Journal of Work, Environment and Health, 2001;27:113-119.
11. Andersson E, Hagberg S, Nilsson R, et al. A case-referent study of cancer mortality among sulfate mill workers in Sweden. Occupational and Environmental Medicine, 2001;58:321-324.
12. Langseth H, Andersen A. Cancer incidence among male pulp and paper workers in Norway. Scandinavian Journal of Work, Environment and Health, 2000;26:99-105.
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23. Andersson E, Knutsson A, Hagberg S, Nilsson T, Karlsson B, Alfredsson L, Toren K, EUROPEAN RESPIRATORY JOURNAL 2006; 27 (4): 720-725.
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2 comentarios:
Hola Nestor, acabo de leer que los técnicos argentinos encargados del monitoreo ambiental son Jorge Colombo, Héctor Ostera, Jorge Rabinovich, Luis Tournier y el licenciado Miguel Gómez
¿qué opinión te merecen? ¿podemos confiar en su profesionalidad o darán opiniones sesgadas como el "informe técnico" de la asamblea?
un abrazo
nestor_ben
Buen trabajo. Saludos
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