miércoles, 22 de septiembre de 2010

Telón

Telón. Así se llamó la última novela de Agatha Christie donde, finalmente, Hercules Poirot muere. Sólo él podría haber resuelto ese caso y el precio a pagar por ello fue la muerte. Telón.

En este breve y último artículo del blog Las Cosas de Néstor vamos a dejar morir a Néstor. Como no todos saben la historia, quizá sea bueno recapitularla una última vez. Néstor nació a partir de una crisis personal, un bloqueo creativo en todo aquello que en ese momento representaba mi vida. Los foros sobre Botnia me dieron una posibilidad de hacer algo que me costaba muy poco --después de todo, había detrás una vida de tratar con sustancias químicas, concentraciones y cosas así-- y que tenía algún significado. Fueron miles de horas de mi vida dedicadas a los foros y luego a este blog, como Néstor, un tipo que no quería que sus opiniones se valoraran por los títulos que tenía sino por lo que decía. Por supuesto que había gente que sabía quien era yo y con el tiempo finalmente fue conocido públicamente.

Néstor nació arrogante, desafiante y peleador. Con el tiempo fue aprendiendo y quizá se transformó en una mejor versión de si mismo. No lo hizo solo, claro. Por el camino fue encontrando personas que lo fueron transformando. Algunas que hoy siguen en contacto, otras que, esté donde estén, uno les desea que obtengan aquello que hace arder su corazón: no es triste que haya terminado, fue glorioso que haya sido. Y algunas otras que serán siempre inseparables de ese núcleo central que hoy es Néstor, ese avatar cuya desaparición nos reunimos hoy a celebrar.

Quiero compartir con Uds. una cita de una actriz norteamericana que falleció con 42 años, Gilda Radner. Dijo ella

I wanted a perfect ending.  Now I've learned, the hard way, that some poems don't rhyme, and some stories don't have a clear beginning, middle, and end.  Life is about not knowing, having to change, taking the moment and making the best of it, without knowing what's going to happen next. 


"Quise un final perfecto. Ahora he aprendido, de la manera difícil, que algunos poemas no riman, y algunas historias no tienen un claro inicio, medio y fin. La vida se trata de no saber, tener que cambiar, tomar el momento y aprovecharlo, sin saber lo que va a pasar a continuación."


Así me he sentido. Muchas veces he querido decir "hasta aquí hemos llegado, ya no tiene sentido seguir". Y cada vez un pequeño hecho significativo, aunque menos que el anterior, echaba por tierra esa resolución. Y aquì estámos, más de 150 artículos y 10.000 comentarios después, tres años de tertulia en un blog, con el dictamen de La Haya ya en el pasado, con el corte de puentes ya en la historia, con el conflicto entre los países resuelto. Es tiempo de terminar.


No interpreten esto como una especie de llamado para que me convenzan a seguir. No soy una prima donna. Como diría Sabina, este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá... El blog por supuesto va a seguir estando en el mismo lugar que está, no pienso darlo de baja, porque tiene un material valioso que servirá probablemente a futuro. Quedan peleando estas batallas el amigo de siempre, el Sapo Jorge Balseiro y el ariete de los infieles, el amigo Alejandro Villaverde, cuyo blog tiene material inapreciable. Quizá un día, cuando haya descansado lo suficiente, escriba un libro sobre esto. Hoy me siento bastante harto del tema y con pocas ganas de hacerlo, es la pereza que me domina. Estoy seguro que habrán episodios futuros que me despierten una llamita de interés como para escribir algo, pero lo más probable es que esa misma pereza haga que quede sólo en una intención irrealizada.


Bueno, en algún momento hay que terminar. Les agradezco a todos, a los que están y a los que no están, a los racionales y a los irracionales, a los que amé, amo, quiero, odio, respeto, detesto, admiro y desprecio. Todos ustedes han sido parte de esta creación colectiva en la que traté de actuar racionalmente y con amplitud. Me siento orgulloso de que, de los cientos de participantes (o quizá miles) sólo en un caso haya tenido que acallar una voz y todos sabemos cual fue. 


Dicen que lo malo no es morir, sino estar muriendo. Así que sepultemos ya a Néstor, agradeciéndole los servicios prestados. Todos conocen mi mail (oscar.n.ventura@gmail.com) y son bienvenidos quienes aún no charlan frecuentemente conmigo de esa forma (los demás ya lo hacen, obvio). Será nuestro único canal de conexión virtual, ya que he pausado también mis cuentas en Facebook y Twitter.


Desprendámonos del pasado. Miremos hacia el futuro, que es donde está la realidad.


Un abrazo a todos.





domingo, 19 de septiembre de 2010

Esperando a Godot

Querido Godot,

Te escribe Vladimir; ya sabes, el amigo de Estragón. Cuando el escriba Beckett lo relató por primera vez, no teníamos manera de sobreponernos efectivamente a la esperanza/desilusión del muchacho que cada día nos avisaba tu ausencia presente y futura aparición. Pero los tiempos cambian y hoy podemos usar la tecnología para superar los fatídicos días de espera. Pues nada, chico, que te esperamos el jueves y nada, que no apareciste tampoco. Día espectacular, Fray Bentos muy quieto a esa hora de la mañana, te cuento que no sentimos perfume a cloaca o a pastera. Nada de nada. En el horizonte, un edificio pequeño y una chimenea prácticamente sin humo fueron la única señal de que hubiera una fábrica cerca.

Claro que quizá desde el paso de frontera no fuera el mejor lugar para apreciarlo. Te cuento, ya que estamos ¡qué lindo está! Recién pintado, lleno de funcionarios de aduana y migraciones (por alguna razón, muchos más de Argentina que de Uruguay), muchísimos camiones transportando mercaderías, el free-shop reabierto... la verdad es que lindo, lindo. Hay que reconocer sin embargo que los baños dejan bastante que desear, hay que atender eso, no dejarse estar, que es importante.


El trámite fue rapidísimo. Imaginate que hasta llevé mi pasaporte para tener el orgulloso sello del pasaje por el puesto de migración 532... me olvidé jugarle a la quiniela. Menos de 5 minutos y ya del otro lado, rumbo al puente, rumbo a Arroyo Verde, donde esperábamos encontrarte, amigo Godot.


Confieso que en la cabecera uruguaya del puente había un poco de aroma, el inconfundible aroma de la pastera. Buenísimo para saber a qué huele; a los 50 metros dentro del puente ya no lo olfateamos más, ni en el resto del viaje tampoco. Poca cosa como para gastar tanto río de tinta. Olor a cloaca no supimos sentir, será falta de nariz entrenada, no te puedo mentir. Pasamos el puente y seguimos camino adelante sin deternernos ya hasta llegar a Arroyo Verde. 

A medida que nos fuimos acercamos pudimos percibir las señas de la épica lucha acagüense, signos de disminuir velocidad  pintados con "Fuera Botnia" y a la distancia, las casamatas que albergaran en su día a la nutrida tertulia arroyoverdina.  Ya la cosa no es igual, claro. El pasto crece alrededor de las ruedas del bus-albergue. El aire general de desolación se compone tanto de la ausencia de alguna presencia vagamente humana, como por la presencia de un perro, ausente en sus asuntos caninos. 


Pintadas que recuerdan la estética del socialismo real resisten renuentes el paso del tiempo. Unas varillas plásticas de 1 cm de altura, abulonadas al suelo, no son obstáculo para que un auto porteño pase a 150 km por hora, haciendo apenas prrrrrrrriiiippp por encima de ellas y perdiéndose en lontananza rumbo a Uruguay. El cartel que pide colaborar disminuyendo la velocidad queda vibrando con el ventarrón.


Bato palmas y espero encontrarte Godot, pero nadie sale. El perro levanta cabeza indiferente y luego continúa con lo que fuere que hace a su canino interés. No hay reposeras a la vista, ni están las respetables señoras que, como mínimo, deberían haberse sentido conmovidas por el ruido que hizo el auto al negarse totalmente a cooperar como lo pide el cartel. El silencio pesa espeso derritiéndose con el calor del día sobre el cemento agrietado. Ya no tiene sentido seguir esperando a algún mensajero que nos diga que vos Godot, no vas a venir en toda la obra. 

Media hora ya examinando las ruinas de pueblo desierto, la naditud peremne, la bandera flácida. Es hora de una última foto, antes que el óxido del tiempo termine inclemente corroyendo el cartel. Última foto de recuerdo, antes de emprender viaje nuevamente. No apareciste Godot, JR tampoco...


Atentamente te saluda, Vladimir.

domingo, 29 de agosto de 2010

Bitte warten! Bitte warten!

La frasecita del título --por favor, espere-- es lo que uno escucha en los teléfonos alemanes cuando  la llamada queda en espera. Puede ser de lo más irritante pero no hay más remedio que esperar.

Ahora ya tenemos nombrados los técnicos que supervisaran las emisiones industriales, agrícolas y humanas de ambas márgenes. Falta que se pongan de acuerdo en los protocolos que emplearán y los límites de emisión. Nótese que dado que dependen de la propia CARU, los límites de emisión que acuerden respecto a lo que ya está legislado no va a poder cambiarse así como así (se trata de un tratado bilateral, cuya modificación necesitará incluso ratificación legislativa). Pero sí es cierto que una cantidad de cosas no están legisladas.
Lo que vale para la Dinama es el decreto 253/79 y modificativos, los pueden ver acá, junto con las más recientes modificaciones propuestas

Decreto 253/79 y modificaciones

Observen lo que se llama Gesta Agua que está en las modificaciones 2008, allí está propuesto el control del Nonilfenol y las dioxinas, por ejemplo. Para aire, en todos los casos en que la Dinama da permisos, lo que vale es el Gesta Aire. No está aprobado como ley o decreto, pero es lo que la Dinama hace valer en los permisos


Gesta aire

La CARU tiene aprobado el reglamento de vertidos y de concentraciones en agua en lo que se llama el Digesto, lo ven acá




La CARU y la Dinama no tenían (ni tienen creo) normas explícitas para lo que se controla normalmente en pasteras (AOX y eso). Para ver cuáles son los límites aprobados por la Dinama, hay que ver el permiso de operación que le dio a Botnia ahí están todas las referencias. En general, si no es que ya existían como en el caso de DBO, son las de la EPA de USA.

Por supuesto, los chicos de enfrente seguirán quejándose. No me queda claro si ese Martínez Garbino es el ex-intendente, el comerciante u otro de la familia. Lo que sí me encanta es el relato que han construido y en el que creen con fe ciega:

*La planta arroja diariamente una tonelada de material particulado al aire. Entre los elementos peligrosos figuran: dioxinas, furanos, órganos clorados y todo tipo de metales pesados. Estos elementos, según las pruebas en La Haya, llegan a cubrir un radio de 40 kilómetros.

*La planta vierte, cada seis meses, 6.000 kilos de residuos contaminantes al agua del río Uruguay. Entre las sustancias, se cuentan amonio, nitrato, clorato, sustancias fenólicas, clorofenoles, ácidos resínicos, esteroles, arsénico, mercurio, cadmio, cobre, cromo, níquel, plomo, cinc, sodio, hierro, sulfuro, cianuro y detergentes, cuyos valores se dieron en miligramos por litro de efluente. Llevadas dichas cantidades a kilos y a modo de ejemplo, en ese mismo lapso se vertieron al río 2.950 kilogramos de cromo, 74 kilos de mercurio y 885 kilos de plomo.


El hallazgo humorístico de los "órganos clorados" es insuperable. Yo los dejo con la diversión de estas declaraciones. Me voy a Buenos Aires toda la semana, así que les dejo encargado el blog.

¡Cuídenlo! :-)

miércoles, 28 de julio de 2010

Jacta alea esto

Todos conocemos la frase que Suetonio escribió que Julio César dijo al decidirse a cruzar el Rubicón con su ejército, desafiando entonces a los poderes constituidos y encaminándose hacia Roma: alia iacta est. Plutarco, que la tenía más clara, dijo que el César se la espetó a su ejército en griego y que la traducción correcta al latín sería la que va de título de este artículo y que en realidad significa "que la suerte sea echada" o, más en vernáculo, adelante con los faroles.

Tal cosa es lo que supieron hacer Cristina y Pepe en ese juego de sombras donde disimularon Almagro el serio y Timerman el twittero. Sacaron adelante un acuerdo y entrambos dijeron... que la suerte sea echada. A nosotros nos queda analizar el acuerdo y ver que cosas buenas y malas tiene, si las tiene. Y cómo nos deja eso parado frente a las nuevas situaciones.

Y para empezar a comentar, debo decir que estoy gratamente sorprendido por el acuerdo alcanzado. En mi opinión es muy bueno, muy bien concebido y realmente hay que felicitar a los presidentes, a los cancilleres, y a los equipos técnicos que participaron, porque llegaron realmente a una alternativa superadora, algo que los de Gualeguaychú siempre quisieron.

Pasemos entonces a desglosar el acuerdo, tal como se puede encontrar por ejemplo en el sitio de Montevideo.com.  Omito la introducción para pasar directamente a la parte que realmente tiene contenido.


A- Conformar en el plazo de 30 días, en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), un Comité Científico - integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país. La función de este Comité Científico será la de monitorear el Río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al Río Uruguay y sus áreas de influencia.

Esto es nuevo y es bueno. En primer lugar, nótese que se conforma un comité científico --en concordancia con lo que manifestara Mujica y Timerman-- dentro de la propia CARU, salvando entonces el rol de la misma como fuera señalado en el fallo del Tribunal de La Haya. Esta declaración deberá ser seguida de algún tipo de reglamentación, ya que, por ejemplo, no queda claro cual es la relación jerárquica entre los integrantes de ese comité y el resto de la CARU o si esos científicos pueden ser propiamente ya miembro de la CARU (no olvidar que el Presidente actual de la CARU es Eugenio Lorenzo, una persona más que indicada para ser uno de los científicos por Uruguay). Es decir que estos aspectos necesitan una reglamentación, la "letra chica" de la que Mujica hablaba ayer.

En segundo lugar nótese que el comité es de un tamaño muy razonable, sólo cuatro personas. Su tarea va a ser comandar el monitoreo del río Uruguay (una tarea que siempre realizó la CARU) y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al Río Uruguay y sus áreas de influencia. Otra vez vemos que es necesario un reglamento de funcionamiento para saber cómo --con qué medios, mediante qué procedimientos, con qué mecanismos para resolver conflictos de interpretación-- este Comité va realmente a realizar su tarea (que, obsérvese, es netamente técnica y no política). 

En tercer lugar, nótese que se habla de todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al Río Uruguay y sus áreas de influencia. Esto es muy importante, porque no singulariza a UPM como el objeto a controlar, sino que se habla de todos los tres tipos de contaminación puntual --industrial, agrícola y urbana-- y se extiende no sólo al río Uruguay, sino a su zona de influencia, léase la cuenca del río. Eso hace que arroyos como el de la China o el del Cura, o el Gualeyan, o ríos como el Gualeguaychú y el río Negro, queden comprendidos en esta declaración. Este hecho justifica las palabras del cancillr Timerman acerca de que este acuerdo iba a ser un ejemplo de cooperación moderna. Lo es, sin dudas.
Sigamos viendo el acuerdo. La parte B del mismo tiene, a su vez, cuatro apartados. Veámoslos de a uno.

B- Para ello se procederá de la siguiente manera:
 
1- Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del Río Uruguay las acciones estarán a cargo de la DINAMA, acompañada por el Comité Científico de la CARU, y su utilizaran para todos los monitoreos la normativa de la CARU y la uruguaya, que sea de aplicación. Cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del Río Uruguay, las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina de aplicación, acompañada por el antedicho Comité y se utilizarán para todos los monitoreos la normativa de la CARU y la argentina, que sea de aplicación.

Aquí hay varias cosas interesantes. Por un lado, reconoce que, tal como lo dice el Estatuto, los responsables de la aplicación de las normas ambientales son las partes en sus respectivas jurisdicciones, cosa que está también explícitamente dicho en el fallo de la CIJ. En buen romance, dice taxativamente que a UPM se le aplican las normas de la CARU y las uruguayas que sean de aplicación. Como ya sabemos que UPM las cumple con creces, no hay novedad por aquí. Por otra parte, si monitoreáramos al PIG, por ejemplo, las normas de aplicación serían las argentinas, cosa que el PIG incumple. Por otra parte, obsérvese la sutileza de la expresiòn "autoridad argentina de aplicación" . Es claro que en Argentina, a diferencia de Uruguay, hay competencias diferentes en diferentes provincias, por lo cual el texto antedicho las cubre todas. Finalmente, obsérvese que queda claro que las acciones son realizadas por los organismos competentes en cada país, apenas siendo acompañados por ese Comité recién creado. Esto derribe cualquier argumento de afectación de la soberanía, ya que es un organismo nacional el que hace las investigaciones, no uno del otro país, los que únicamente actúan como veedores.

Sigamos

2- La autoridad de aplicación que corresponda tomará las muestras. Se tomarán muestras por duplicado, una de las cuales será entregada en el acto al Comité Científico de la CARU. Las determinaciones que se realizarán incluirán la utilización de censores, así como todas las otras innovaciones científicas y tecnológicas que las partes acuerden necesarias para el monitoreo de los efluentes líquidos y las emisiones gaseosas que puedan acceder al Río Uruguay.

Acá vuelve a aparecer algo clave. Hablando de lo que nos concierne del lado uruguayo, vemos que la Dinama --por el numeral B1-- entrará acompañada por el comité científico, pero éste --por el numeral B2-- no tendrá capacidad de tomar muestras de ningún tipo, será la Dinama la que lo haga, de la misma manera que lo hace ya. Acá tenemos la satisfacción de una demanda argentina, el control dentro de la planta, junto con la satisfacción de un reclamo uruguayo, que la soberanía no sea violada.

De la misma forma, aparece algo importante: la reconstrucción de la confianza. Como lo dijo en su momento el titular del INTI, Ing. Enrique Martínez, el problema no es lo que se mide no lo que da, sino que no se tiene confianza a quienes realizan los análisis. Tomando muestras en duplicado, una de las cuales va al Comité Científico se resuelve este problema, porque como el tema es técnico, los resultados similares dados por las muestras duplicadas llevará tranquilidad a la población de que las cosas se están haciendo bien.

Un tercer elemento importante es la formulación del uso de sensores (censores es otra cosa) lo que implica que se admite que determinadas medidas no se hacen en forma directa, sino a través de dipositivos tecnológicos adecuados. Esto apunta, claramente, al control de las emanaciones de las chimeneas (cosa contemplada explícitamente cuando se dice emisiones gaseosas que puedan acceder al Río Uruguay). Nótese que esta formulación implica reconocer explícitamente que el Estatuto no se refiere a otro tipo de emanaciones gaseosas como pueden ser, por ejemplo, las producidas por los automóviles de Gualeguaychú, sino sólo a aquello que puede afectar la calidad de las aguas. 

Sigamos con el punto 3.

3- El número máximo de ingresos de control del Comité Científico en cada establecimiento a monitorear será de hasta doce veces por año.

Esto es nada más que una forma elegante de decir que se hará el monitoreo tomando muestras una vez por mes, lo que resulta técnicamente aceptable y no disruptivo de las tareas de ninguna empresa. Es una derrota de la postura de que se necesita monitoreo continuo y una aplicación elíptica del Art. 44 del Estatuto que permite estudios científicos breves y acotados.

El punto 4 es sumamente interesante.

4- La información que se obtenga de este monitoreo será publica, respetando los tiempos científicos. Los resultados y conclusiones, obtenidos por el Comité Científico, serán elevados por la CARU al Estado, parte correspondiente, a los fines de que implemente las acciones que resulten pertinentes.

Lo primero es que la información se hará pública ni bien esté disponible. Uruguay sigue esa política desde siempre respecto a UPM, así que no hay allí ninguna novedad para nosotros. Sí la hay para Argentina, dado que el monitoreo de lugares como el PIG son hoy desconocidos y la vigencia de este acuerdo los haría salir a luz.

El segundo punto es que los resultados y conclusiones serán elevados al Estado que corresponda, siendo éste el que puede tomar medidas, y no el otro. De nuevo, un punto a favor de la postura uruguaya de que corresponde al Estado en cuya jurisdicción se encuentra la planta investigada el cerrar o no dicho emprendimiento. 

Finalmente, llegamos al punto C del acuerdo.

C- El monitoreo del Comité Científico de la CARU comenzará con la planta de Botnia UPM y la desembocadura del Río Gualeguaychú, en el Río Uruguay, seguirá en Argentina con un establecimiento o lugar a elección de la parte uruguaya. A partir de entonces continuará alternativamente en uno u otro país.

De nuevo vemos aquí la maestrìa diplomática con que fue redactado este acuerdo.  El monitoreo empezará con UPM --lo que no es discriminarla, sino simplemente tomarla como u comienzo-- y el río Gualeguaychú. Esto hace que una vez que se compruebe que no hay contaminación, el punto pueda darse por cerrado y seguir con otras empresas. Pero el hecho de que se haga simultáneamente UPM y la desembocadura del Gualeguaychú tiene la ventaja de poner en contexto el vertido total de UPM, teniendo con quien comparar. Astuto.

Finalmente, nótese que a continuación del análisis UPM/río Gualeguaychú se pasa a algún lugar elección de Uruguay, que claramente se inclinará por el PIG. Game over.


Para mí está muy claro que la posición uruguaya ha triunfado en toda la línea, pero dejando la posibilidad de que Argentina exhiba algún trofeo que políticamente les sirva (la "foto" con técnicos argentinos dentro de UPM). A uno le hace acordar aquello de "Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia esta ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor."

Por supuesto, yo no fui el único en darse cuenta que ganamos la pulseada. José Pouler, el pizzero, declaró al diario El País:

"Hay que leerlo bien y después contestaremos. Si trabajaron tanto para este triste acuerdo, es lamentable. En lo personal para mí es lamentable, después lo analizará la Asamblea", cerró Pouler. 

Y en Ambito.com puede leerse

En diálogo con ámbito.com, el activista José Pouler dijo que el acuerdo firmado entre el Gobierno argentino y el uruguayo "es pésimo", ya que "prevaleció la posición uruguaya" en lo que respecta al control de Botnia. "Argentina cedió todo lo que no debía ceder", sentenció.  

aún cuando CFK afirmó que es "un acuerdo ejemplar" y Mujica que el problema "pasó al baúl de los recuerdos".  A uno se le ocurre pensar, "están locos estos romanos".

Revisando todo lo actuado, hay que concluir que aquí, además de las comunidades ribereñas y la salud del río, hay un clarísimo ganador que es el Presidente José Mujica. Apostó y ganó, nadie puede decir que no.

Mis respetos Presidente.

domingo, 27 de junio de 2010

Discutiendo con seriedad

Durante el transcurso de este conflicto hemos tenido la oportunidad de chicanear infinitas veces, tomarnos el pelo, mojarnos la oreja, mostrar parcialmente la verdad, y llamarnos de todas las formas posibles. Lo que no hemos tenido en demasía ha sido la oportunidad de discutir seriamente.

El fallo dictado por el Tribunal de La Haya y los posteriores esfuerzos de ambos gobiernos, tendientes a levantar el corte del puente, a controlar conjuntamente la posible contaminación del río Uruguay y a recomponer las relaciones entre los dos países vecinos, ha llevado a que cada vez más nos aproximemos a lo que debe ser una discusión seria, dejando de lado las posibles ventajas dialécticas que nos ofrecen los flancos débiles del contrario.

Como ustedes saben, a partir de la mateada organizada por el grupo de Facebook en Fray Bentos, los medios se interesaron en lo que teníamos que decir los que estuvimos involucrados en este tema por varios años. Jorge Balseiro se enoja mucho, porque dice que recién ahora se enteran, cuando él, Alejandro Villaverde, Jorge García-Ramón, Luis Anastasía y muchos otros, hace tiempazo que lidian para difundir información. Pero yo le digo que nunca es tarde cuando la dicha es buena.

Lo anterior determinó una serie de entrevistas, algunas de las cuales subí en la página de Novedades del blog. Me interesa destacar ahora una en particular, la que me hizo el periodista Eduardo Delgado para el diario El País y que con la firma del periodista Raúl Mernies apareció con el título Parque industrial de Entre Ríos contamina 40 veces más que UPM. Como todos sabemos, los títulos tienden a reflejar a medias lo que el entrevistado realmente dice, y en poco espacio no es posible ser completamente preciso, así que quiero hoy volver sobre el tema. A nadie se le escapa que esto es crucial para lo que se está cocinando, sobre todo si leen una noticia aparecida hoy, también debida al periodista Eduardo Delgado, titulada Delegación argentina en CARU elabora propuesta de monitoreo. En una parte de la nota, se lee

La propuesta que elabora la delegación argentina es diferente a la primera que presentó tras el fallo de la Corte Internacional de La Haya y que planteaba controles de todo tipo dentro de la planta de UPM, indicaron las fuentes.
Uno de los puntos que comenzó a generar más dudas en Argentina respecto al monitoreo en UPM es la reciprocidad que debería dársele a Uruguay para controlar emprendimientos industriales que vierten sus desechos al río.

No voy a pretender que lo que escribo en este blog influencie la política internacional uuguaya (después de todo no soy ni Frizler ni Pouler) pero creo que la información siempre ayuda, aunque sea un pequeño granito de arena. Esto viene a cuento, sobre todo, porque el propio PIG se ha encargado de desmentirme, en un largo artículo en el diario El Día de Gualeguaychú.

Mis afirmaciones a la prensa en los últimos días tienen su origen en artículos publicados en este blog hace un par de años, por lo cual nos conviene refrescar esa información y ver si realmente no cometí errores, dado que todos somos falibles. Los artículos a los que me refiero son Haciéndose el chancho rengo, donde decía


y El código Da Pignci, donde decía

Reexaminemos entonces aquellos artículos, a la luz de lo que hoy nos dice la Corporación que regentea el PIG. Las citas que voy a hacer son del artículo del diario El Día, a menos que diga lo contrario. El Lic. Rubén Peruzzo, síndico de la Corporación e integrante de la Comisión Administradora del Parque Industrial dice

Existen el Reglamento General del Parque Industrial Gualeguaychú y el Código de Normas de Uso Interno aprobados por Ordenanza Municipal Nº 10.372/99 -ambos de cumplimiento obligatorio por parte de las empresas instaladas y del Órgano de Administración del PIG-, en los que quedan establecidos los parámetros de volcado de las plantas.

Estoy totalmente de acuerdo con el Licenciado. Tanto es así, que en el primero de mis artículos, citaba dicha ordenanza que, por aquél entonces, podía encontrarse en línea. Hoy, curiosa y casualmente, por supuesto, dicha información ya no puede accederse en línea, como cualquiera puede comprobar buscando "Ordenanza Nº 10372/1999 de la Municipalidad de Gualeguaychú" en Google. ¿Por qué han dejado de publicarla on line? Habrá que preguntarle a la Municipalidad. Por suerte, en aquel momento se me dio por hacer imágenes de lo que esa ordenanza dice respecto al PIG. Uno de los curiosos considerandos dice




Es gracioso que estos muchachos, tan legalistas que acusaron a Botnia de contaminación en grado de tentativa, a Uruguay de violador serial de Estatuto, con nocturnidad y alevosía en no menos de 11 ocasiones no hayan tenido empacho en aprobar el PIG, "sin cumplir con muchos de los requisitos exigidos". Eso fue en un lejano 1975, pero la ordenanza de que hablamos es de 1999 (momento en que, recordémoslo, ya era Gobernador de Entre Ríos Don Jorge Pedro Busti) y en ella se consigna



 
Quiere decir que no sólo se reconoce explícitamente que el PIG se instaló sin cumplir muchos de los requisitos de su propia legislación, sino que se le da un período de gracia hasta 2003 para que los efluentes se readecuen.

De cualquier forma, parece que el plazo de cuatro años no se cumplió tampoco. Tanto es así que en la Ordenanza Nº 10636/2003 (que, curiosamente, tampoco consigo encontrar en internet, cuando antes sí estaba) se dice, en referencia al cambio de cuenca para el volcado de efluentes del Parque Industrial Gualeguaychú,




"Excedido con creces" parece bastante lapidario. La historia siguió, según parece. Curiosamente, en su relato exhaustivo de la "larga lucha de Gualeguaychú en defensa del medio ambiente" publicado el 27/2/2007, la Municipalidad de Gualeguaychú omite toda referencia a que hayan cumplido con lo solicitado exigentemente en 2003, por lo que uno -que no es nadie, como decía Wimpi- debería concluir que mucho no hicieron pese a toda la declaratoria.

De hecho, hace tres años, cuando la inefable Dra. Picolotti disfrutaba aún de las mieles del poder, se reunía con Busti, Guastavino y Moguilner, para comprometer "su apoyo a la futura obra de una Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales e Industriales en esa ciudad". En palabras de Moguilner, "Se mejora y optimiza la planta actual que obviamente ya ha cumplido su vida útil. Se va a modificar el punto de vuelco que es aguas abajo de la toma de agua con lo cual se eliminaría cualquier problema ambiental". Es decir, parece que 8 años después se seguía en la misma situación que en 1999, no se había hecho nada. En Diciembre de 2007, Bahillo, Intendente de Gualeguaychú, declaraba a LT41 que debido al crecimiento del Parque Industrial, la planta de tratamiento de efluentes quedó obsoleta y que “es una falencia de la planta actual que el volcado de los efluentes, una vez tratados, se haga en el arroyo Gualeyán que desemboca en el Río Gualeguaychú, y todos los efluentes pasan por la toma de agua y por los balnearios. Con la nueva planta esto se corrige”. En la reunión de Guastavino con Picolotti, ésta comprometió el pago por la Nación argentina del 50% del costo de los 11 millones de pesos argentinos (unos 3.4 millones de dólares). Así que seguir contaminando por ocho años les dió bastante resultado, un regalito de 1.7 millones de dólares no es de desdeñar (calculen cuanto es el 15% ☺).

La historia relatada en los párrafos anteriores sirve fundamentalmente para concluir que no se han hecho obras dignas de mención en la planta de tratamientos de efluentes del PIG en los últimos diez años, así que podemos colegir que la realidad de 1997 sigue siendo, poco más o menos la realidad actual, y la planta de tratamiento está realmente excedida.

Sigue diciendo el reportaje del diario El Día

- ¿Los desechos de esa planta van al río binacional como allí se dice?
Los líquidos efluentes de la planta del PIG se vuelcan a la Cañada Melgar, que luego de recorrer varios kilómetros desagua en el Arroyo Gualeyán y por éste, llega al Río Gualeguaychú, a más de 10 km. Desde allí, las aguas todavía deben recorrer otros tantos o más, para llegar al Río Uruguay. O sea que es una falacia manifestar que las aguas del PIG llegan al Arroyo El Cura.
Los efluentes debidamente tratados en la Planta de Tratamiento del PIG recorren 6,5 Km por la Cañada de Melgar, 15,6 Km por el Arroyo Gualeyán y 22 Km por el Río Gualeguaychú -es decir 44 Km- hasta llegar a la desembocadura del Río Uruguay.

 Si lo leen con atención, es evidente que la respuesta que le da al periodista es "". Luego de describir todo el recorrido de los efluentes hasta el río Gualeguaychú y su transcurso por éste, concluye que los mismos llegan a la "desembocadura del Río Uruguay". En realidad llegan a la desembocadura del río Gualeguaychú en el Río Uruguay, por lo que es completamente cierto lo que dije de que los efluentes del PIG terminan en el río binacional. A confesión de parte, relevo de pruebas, aunque en este caso era facilísimo. Dicho sea de paso, en mi artículo de 2008 no digo que los efluentes vayan al Arroyo El Cura, sino al Gualeyán, como ustedes pueden comprobar leyéndolo. Lo del Arroyo El Cura surge en el propio documento donde, en la sección 4.3.2 Bosquejos de Ingeniería, se describe un proyecto para cambiar el caño de vertido hacia el sur, al Arroyo El Cura. Como todo lo que concierne al PIG, tampoco se hizo.

Por lo tanto concluimos que los efluentes del PIG van al mismo río que los efluentes de Botnia, el río binacional de marras.

-¿La planta depuradora está desbordada?
La planta no está desbordada. Sí se admite que está en su límite de capacidad y es por ello que desde hace varios años se viene gestionando la ampliación de la misma, cuestión esta que es de dominio público. De acuerdo a lo prometido por las autoridades provinciales y nacionales, estarían ultimándose los detalles para dejar terminado el proyecto y llamar a licitación para su construcción.

 Bueno, de esto tenemos que hablar. Lo mejor para ello es recurrir a los propios documentos de Entre Ríos y Gualeguaychú. Ya vimos que no se han hecho modificaciones de importancia a la planta de tratamientos de efluentes en los últimos 10 o 12 años. Se habla continuamente de eso, pero no se hace y en 2007, hace tres años, Moguilner decía "Se mejora y optimiza la planta actual que obviamente ya ha cumplido su vida útil". Moguilner, no yo. 

Pero veamos más. En un documento titulado "Saneamiento de la cuenca del río Gualeguaychú. Informe Final" de Agosto de 1997 se incluye un título título 3.4.3. Naturaleza de la Contaminación en el Río y, en particular, un capítulo titulado 3.4.3.1 Inadecuado tratamiento de las aguas residuales industriales provenientes del parque industrial. Así que lo de que el tratamiento es inadecuado no lo digo yo, surge de sus propios documentos. Inadecuado en 1997 y no se hicieron modificaciones por lo menos hasta 2007, así que obviamente seguía siendo inadecuado cuando escribí el artículo de referencia.

Quizá la planta de tratamiento de efluentes del PIG no esté desbordada, si se entiende por ello que las aguas rebalsen los depósitos contenedores. Pero si se entiende lo que yo decía, que la planta es insuficiente para realizar el tratamiento de los efluentes, entonces es claro que no lo digo solamente yo, lo dicen ellos mismos.

- El parámetro de DBO (demanda biológica de oxígeno) que ellos indican que el Parque arroja en una cifra de 349 mg/L, mientras que UPM aporta sólo 8 mg/L, ¿de dónde surge y en qué consiste esa relación?
El dato de la DBO que aparece en el artículo es totalmente falso ya que ni siquiera a la entrada de la planta de tratamiento del PIG se llega a esos valores, menos aún podrían encontrarse en el volcado final.
Los análisis que se realizan mensualmente y que obran en poder de la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Gualeguaychú, así lo atestiguan.

Esto es muy interesante. Según este señor, ni siquiera a la entrada de la planta se llega a esos valores. Sin embargo, en el propio informe final que cito arriba se incluye esta tabla

 
Así que, como mínimo, el 29 de Abril de 1997 a las 7 de la mañana, claramente se excedió con creces el 349 mg/L que yo indicaba. Eso no quiere decir que ahora suceda así, pero demuestra que las palabras de este señor son un poco no completamente ciertas, para decirlo con suavidad. Efectivamente a veces se excedió ese número, y esto es sólo una muestra, no conocemos las demás porque la opacidad respecto a los resultados ambientales del PIG es extrema.

Pero hay más noticias para este boletín. A la izquierda se muestra una hoja de datos del análisis de dos muestras de efluentes de la fábrica de jugos Baggio. Cualquiera puede ver que en la primera muestra, el número correspondiente a DBO es 750 mg/L, lo que de nuevo demuestra que a la entrada de la planta de efluentes (donde Baggio mandaba sus efluentes) se excedía el tope de lo que la planta podía tratar.

Uds. pueden preguntarse cómo sabemos cuánto DBO podía tratar la planta. Y eso es fácil de determinar, porque en el mismo informe que les cito arriba están los parámetros de diseño. La planta fue construida con los siguientes parámetros


 es decir que se construyó para que soporte hasta 250 mg/L de DBO. Si de Baggio nomás le entraban 750 mg/L, la pobre planta no sólo es inadecuada sino que estaba excedida. Y no es necesario que lo diga yo. Podemos ver directamente qué es lo que decían los análisis de ese momento. En un análisis realizado en Abril de 1997 y que reproduzco al lado, se consigna que los efluentes tratados, es decir a la salida de la planta de efluentes, tienen una concentración de DBO de 120 mg/L. Si se fijan en la figura de arriba verán que el diseño de la planta es para que el DBO del líquido tratado sea de 50 mg/L. Ello es así, porque resulta que, por pura casualidad, uno puede encontrar la citada Ley Provincial (de Entre Ríos) Nº 6.260/78 en esta dirección. Para quien no tenga ganas de leerla, les cuento que establece dos límites de vertido de DBO en los efluentes, uno de 250 mg/L para el río Uruguay y otro de 50 mg/L para cursos interiores. Por eso es que en el análisis, al pie, dice que el líquido analizado NO CUMPLE con lo previsto por la Ley Provincial 6.260. En otras palabras, la planta de tratamiento de efluentes de Gualeguaychú está claramente desbordada.

Que la planta está desbordada no surge únicamente de un estudio. A la derecha hay otro análisis, donde ya no son 120 mg/L, sino 260 mg/L ya excediendo incluso no sólo el permiso para verter a ríos y arroyos interiores (como el Gualeyán) sino que ni siquiera cumplirían con la ley si eso lo vertieran al río Uruguay. El Licenciado dice que los efluentes terminan en el río Gualeguaychú intentando disimular que el Gualeguaychú desemboca en el Uruguay. En el artículo de este blog llamado Cuando el río suena, agua lleva, calculé cuidadosamente el caudal del río Gualeguaychú y empleé los datos de la propia Municipalidad de Gualeguaychú para calcular la cantidad de DBO, DQO y Nitrógeno que vierte el río Gualeguaychú y la entonces Botnia (hoy UPM) al Río Uruguay.  Por supuesto que toda la carga que tiene el río Gualeguaychú no es completamente responsabilidad del PIG, ya que están todos los escurrimientos provenientes de la actividad agrícola, pero en buena medida el PIG contribuye a ello.

Los resultados pueden verse en esta Tabla.


Lo que se ve allí es que el río Gualeguaychú vierte entonces al río Uruguay 17 veces más DBO, 5 veces más DQO y 159 veces más nitrógeno que Botnia, por un lado, y que las concentraciones de ambas fuentes emisoras sumadas no contaminan al río Uruguay, por su gran caudal aún en tiempo de estiaje. Sin embargo, si adoptáramos el lenguaje tan en boga en ciertos ámbitos, deberíamos concluir que Gualeguaychú "contamina" el río Uruguay varias veces más que Botnia.

Pero volvamos a nuestros amigos de El Día.
Con relación a los 8 mg/L que aportaría Botnia, realmente no nos consta, pero si comparamos los volúmenes de volcado se puede comprobar fácilmente que la DBO total de Botnia es muy importante.
Además, en Botnia se debe tener en cuenta la DQO (demanda química de oxígeno), que el gobierno uruguayo ha autorizado un vuelco de 600 mg/l. Este parámetro es 20 veces mayor que la DBO que le autorizaron (30 mg/l).

Colaboremos con este buen señor, ya que no le consta. Por ejemplo, en este sitio se encuentra el informe de Ecometrix producido a los 6 meses de operación de Botnia en Julio de 2008. En la página 3.2 dice que el caudal promedio fue de 0.86 m3/s (860 L/s comparado con los 28 L/s de la planta de efluentes del PIG). En la pág. 3.3 dice que en esos 6 meses de operación la concentración de DBO en el efluente promedió 12 mg/L (comparado con los 120 o 260 mg/L del PIG según los análisis que poseemos). Calculando el vertido por segundo, y usando el valor más desfavorable para el PIG, tenemos 28x260 = 7 kilos/segundo, mientras que para la denostada Botnia, 860 x 12 = 10 kilos/segundo, con la ventaja para la segunda de que esto lo tira al río Uruguay, bien caudaloso, y el PIG lo tira al Gualeyán, un arroyito.

La situación al final del tercer semestre de operación la puede ver en el artículo Informe Ambiental Botnia 2009 en mi blog, del cual extracto esta información.   


En el primer semestre la concentración de DBO en el efluente fue de 12 mg/L, en el primer año promedió 10 mg/L, en el tercer semestre 9 mg/L y hoy está en 8 mg/L. Lo que nos da que Botnia vierte al río Uruguay (caudal medio 6.300 m3/s) lo mismo aproximadamente que el PIG en el arroyito Gualeyán (caudal 0.4 m3/s según el estudio MODELACIÓN DE LA CONTAMINACIÓN BACTERIOLÓGICA EN EL RÍO GUALECUAYCHÚ EN CONDICIONES DE SUDESTADA, Julio Cardini, Alejandro Zabalett, Néstor Oliver y Daniel Mársico, Grupo de Estudio de la Contaminación del Río Uruguay (GECRU), Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Concepción del Uruguay (FRCU), XXIº Congreso Nacional del Agua 2007
Tucumán, 15 al 19 de Mayo de 2007)


Por si no quedó claro, el PIG vierte aproximadamente la misma cantidad de DBO que UPM, pero lo hace en un curso de agua que es 16.000 veces más chico, ...dieciseismil veces más chico. Tenemos entonces para el DBO


PIG: (260 mg/L x 27 L/s) / 400 L/s = 18 mg/L
UPM: (9 mg/L x 860 L/s) / 6.300.000 L/s = 0.0012 mg/L


RELACIÓN PIG/UPM = 18 / 0.0012 = 15.000 VECES MÁS

El Licenciado también habla de la DQO y dice que eso es un problema con Botnia, más que el DBO aparentemente. Si ustedes se fijan en el análisis firmado por Goldaracena, que publicamos más arriba, verán que no sólo figura el DBO del efluente del PIG, sino también el DQO (demanda química de oxígeno) reportado como 335 mg/L. En la tabla que muestro arriba para Botnia, se ve que en el tercer semestre el promedio de DQO es 233 mg/L. Concluimos entonces que la concentración de DQO en el efluente del PIG es un 50% MAYOR que la de UPM.

Pero ni siquiera es tan simple, porque de nuevo, UPM vierte a un río 16.000 veces más grande. Así que si miramos la concentración de DQO en los respectivos cuerpos de agua tenemos

PIG: (335 mg/L x 27 L/s) / 400 L/s = 23 mg/L
UPM: (233 mg/L x 860 L/s/ 6.300.000 L/s = 0.032 mg/s

RELACIÓN PIG/UPM = 23 / 0.032 = 718 VECES MÁS

Así que ya sea que miremos la DQO o la DBO, la conclusión es unívoca: EL PIG CONTAMINA MUCHÍSIMO MÁS DE LO QUE SE QUIERE HACER CREER QUE CONTAMINA UPM.

Una última aclaración. Yo soy un Profesor universitario, no soy asalariado de UPM ni trabajo para el gobierno uruguayo que, como saben, pertenece a un partido político diferente al mío. Consecuentemente creo que puede perfectamente asumirse que soy independiente. No tengo empacho en reconocer que me equivoco, si lo hago, y podríamos empezar una discusión seria si la Municipalidad de Gualeguaychú ostrara sin cortapisas los informes que dice poseer o si el PIG autorizara a técnicos uruguayos a realizar análisis in situ. 

La pelota está en el campo de ellos.

sábado, 19 de junio de 2010

A la hora señalada

Gary Cooper y Grace Kelly protagonizaban este film antes que yo naciera. El argumento, como siempre copiado de algún sitio de internet, es más o menos así.


Un domingo de 1870, en un pueblo sureño llamado Hadleyville, el sheriff Will Kane (Gary Cooper), de 50 años, va a casarse con su novia cuáquera de 22 años (Grace Kelly). Es su último día antes de la jubilación. Pero corre la noticia que un bandido que él apresó cinco años atrás llegará para vengarse; tres cómplices lo están esperando en las afueras del lugar. Kane pide ayuda para enfrentarlos, pero todos dan un paso atrás: su ayudante, el juez que condenó al criminal, el alcalde, el antiguo comisario. Los habitantes del pueblo que le debe prosperidad también le vuelven la espalda. Su novia y su mejor amigo le aconsejan que huya.

Bajo el ardiente sol de mediodía y lleno de dudas, el solitario Kane decide cumplir su deber. Habla con su novia y dice unas palabras memorables: «Cariño, he estado pensando, me están haciendo huir. Yo jamás he huido de nadie». A la hora señalada, el representante de la ley y el orden enfrenta y derrota a los malos. En la escena final arroja con desprecio su estrella de sheriff, da la espalda al pueblo y abandona Hadleyville. En 1972, Clint Eastwood repetirá este gesto como un homenaje en Harry, el sucio.


Esta película está considerada como uno de los mejores westerns de todos los tiempos y ganó cuatro Óscares. Contiene escenas memorables, como la que reproduzco a la izquierda, donde la calle del pueblo desierto revela la soledad en el alma del comisario Kane, decepcionado de quienes él pensaba que lo apoyaban.

Hoy a las 13 horas despejarán el corte del puente en Arroyo Verde. La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualguaychú se bajará de la ruta, se despejará la misma de los elementos que la entorpecen y que supieron causar la muerte de un pobre hombre que sólo quería visitar a sus hijos (Walter Maulucci, de 33 años). En el artículo de La Nación, unas excelentes fotos de Aníbal Greco nos dan también la idea de ese corte en la tensa espera para la hora señalada.

La larga carretera muestra la nada de la villa construida en Arroyo Verde para cortar el tránsito. Nadie ya espera nada de sus propias autoridades. Bahillo les ha prometido un guardarail para evitar que se lastimen las personas que quedarán allí en la ruta, pero las doñas ya no son lo que eran. María, Sira, esas señoras excedidas de peso, largas de años, vacías de expectativa, que alguna vez barrían los charcos de lluvia de una ruta internacional, ya no estarán allí, aún cuando la moneda de cambio para bajarse haya sido el quedarse a repartir panfletos junto a la ruta.

María Elena, una doña de Gualeguaychú (piquetera sí, pero doña sin dudas) lo dijo desde el fondo de su corazón:

Si nos bajamos de la ruta, nunca más, señores. Nunca más, entiéndanlo, es mentira, ya se habla de que en 48 horas se va a empezar a desmantelar Botnia, -perdón, porque es mi deseo, dios se cumpla, dios se cumpla, a veces, puede ser-. Pero Arroyo Verde no se debe tocar, no se debe ser, no nos deben pisotear nuestra dignidad sentados a un costado.

Porque cuando nos bajáramos, éramos cinco mujeres que dormíamos en la trinchera hecha por algunos compañeros y mujeres. Es así, ¿o no? Cinco mujeres que dormíamos ahí cuidando al costado.

¿Saben lo que hacíamos? Nos tapábamos y quedábamos ahí cuidando la trinchera. ¿Cuántos hombres fueron a cuidar la trinchera mientras Botnia seguía construyéndose cuando nos sacaron, hasta que pudimos subir de nuevo?

 Y así será. Donde hoy camina solitaria esa gaviota, donde los perros reposan tranquilamente, será mañana y la semana que viene el camino de los autos y camiones que le habrán pasado por encima a un episodio más de la historia menuda de los pueblos, un episodio pequeño, ridículo, desagradable y evitable. Pero la historia no se detiene y habrá que seguir, los unos mascando bronca y contando generación tras generación su "heroica" resistencia, los otros, los más, agradeciendo que el absurdo haya terminado.

La ACAG votó finalmente por levantar el corte. La idea es hacerlo por 60 días, para que mientras tanto se puedan acordar los términos para un monitoreo conjunto.

Desde Cancillería argentina se emiten confusos mensajes. El Vicecanciller dice que ahora Uruguay está obligado a aceptar la inspección argentina a la planta, el monitoreo interno. El Canciller renuncia, por diferencias con la Presidente. El gobierno argentino dice que acepta que Brasil participe, pero otra parte de sí mismo dice que no, que no tiene el menor interés.

Mientras tanto, los perdidosos y airados vecinos que quieren seguir con el corte reaccionan airadamente y, en el mejor estilo que los ha caracterizado durante mucho tiempo, dicen que no acatarán la resolución de la Asamblea y seguirán cortando. Difícil que el chanco chifle, diría mi abuela, pero ya veremos.

Entretanto, otros movimientos se van dando lenta y seguramente por el gobierno uruguayo, indudablemente en acuerdo con el argentino y probablemente consultando también a la planta de UPM. Los que estamos por afuera de la jugada entendemos que empieza el segundo tiempo y pelota al medio. Nuestra tarea será seguir informando y sentando de a poco bases para la convivencia futura y, sobre todo, para que se entienda que nadie está en peligro de muerte o deformación por la existencia de UPM, pero también aprovechando la posibilidad ofrecida para intentar un monitoreo más profundo de todo el río Uruguay, incluyendo a nuestroa vecinos.

Una de las movidas es de prensa y de agitación. Los que estuvieron en la vuelta supieron de la visita que con Jorge Balseiro y Alejandro Villaverde hicimos a Fray Bentos a una "mateada". El evento fue organizado en Fray Bentos por Bruno González Posse y el grupo de Facebook "Levanten el corte del puente Gualeguaychú-Fray Bentos" y las fotos las encuentran en el Picassa de Alejandro, que las reunió en un album. Nuestra idea al ir era apoyar y al mismo tiempo transmitir toda la experiencia acumulada en estos años de desencuentros.

Se puede decir que la movida nos salió bastante bien, en general. Pese a que Alejandro se agarró tremenda gripe (en general el whisky mata los microbios, pero Alejandro le pone cubitos de hielo y ya se sabe que el agua no es buena para la salud) disfrutamos el viaje y tuvimos oportunidad de hablar para un par de radios y que el relato de lo sucedido saliera en el diario El País y la radio El Espectador. A raíz de ello, me llamaron y realizaron un extenso reportaje, cuya transcripción puede accederse acá. Puede accederse como archivo de audio mp3 acá. El título no es exactamente lo que dije, pero más o menos.

Dos ladrillos más en esta construcción post-corte pueden verse en el artículo del Ing. Enrique Martínez, en La Nación de ayer llamado "La hora del monitoreo" y en el artículo de opinión publicado por el Senador Ope Pasquet en Montevideo.com llamado "El Monitoreo Conjunto".

Ope me etiquetó en su nota en Facebook, que puede verse acá, y yo subí allí algunos comentarios que le había hecho telefónicamente sobre lo que me parece que puede ser la forma de evitar lesiones a la soberanía, ir para adelante con el control globalizado de la contaminación y también comprometer en ello a los países más grandes, incidiendo también en lo que ellos hacen en sus territorios. Reproduzco acá esos comentarios como para ir discutiendo cómo seguiremos en lo sucesivo.

Lo que Ope plantea es un tema muy delicado que merece opiniones diferentes de distintos actores. En el plano teórico, como dice Aldo, yo rescato varias cosas importantes:

1. Pueden realizarse actividades de monitoreo conjunto sin afectar la soberanía. Para ello es imprescindible que exista voluntad uruguaya, no imposición argentina. Y en tanto no haya norma legal que lo habilite, dependerá de la aquiescencia del gobierno uruguayo y la(s) planta(s) industrial(es) involucrada(s). Nada puede imponerse, porque no lo obliga ni el Estatuto ni el dictamen de la CIJ.

2. Puede proponerse una modificación a la normativa, modificar el Estatuto, agregándole cosas que ahora no tiene. por ejemplo el monitoreo de aire y la actuación conjunta de los mejores laboratorios técnicos de ambos países para obtener y procesar muestras. Esto ampliaría el ámbito de actuación de la CARU y para ello es imprescindible tener aprobación legislativa.

3. Cualquier modificación que se haga a la normativa debe ser tal que se aplique a TODA industria posiblemente contaminante en AMBAS márgenes del río, para lo cual deben establecerse mecanismos ágiles y efectivos de control. Es decir, la ley debe ser neutra (no puede aplicársela sólo a una industria con nombre y apellido) y recíproca (no puede dar a una de las partes derechos que la otra no tenga ni fijar obligaciones sobre una parte a las que la otra no esté sometida) además de determinar mecanismos rápidos de solución de controvrsias (por ejemplo, la negativa de una de las partes a la actuación de la otra debe tener consecuencias automáticas, los plazos y las limitaciones deben estar claramente establecidos, etc). Mucho me temo que Aldo tiene razón al decir que es posible que Argentina no obre de buena fe (toda la presentación técnica argentina frente a La Haya desbordó de mala fe fáctica y procesal).

4. Cualquier avance en esta área debe involucrar a los cuerpos científicos y técnicos de mayor nivel de ambos países (nadie de la ACAG, por favor) siguiendo protocolos internacionalmente aceptados y estándares del mejor nivel mundial, pero no creados ad hoc por consideraciones políticas locales. Asimismo, debe establecerse con claridad qué cosas son monitoreables, cuáles son los estándares, cuáles son las consecuencias de apartamientos de esos estándares, cómo se imbrican la aplicación de estas modificaciones legales y la aplicación de las normas domésticas, etc. Ni que hablar que antes de poder hacer nada de eso, los cuerpos técnicos ambientales de ambos países y los respectivos ministerios tienen que ponerse de acuerdo en emplear los mismos criterios.

5. El Estatuto está complementado por un Digesto, que también debe actualizarse. El Digesto no sólo se refiere a la calidad de las aguas, es decir cómo deben estar teniendo en cuenta todo lo que se vierte al río, sino que determina también cuáles son las condiciones que deben cumplir los propios efluentes vertidos. Eso está en el Capítulo V, Condiciones de los Efluentes. Allí se determina, por ejemplo, la dimensión de la zona de mezcla y se especifica que las normas sobre vertidos de efluentes deben ser dictadas por las partes. Eso lleva a que, por ejemplo, las condiciones establecidas por Uruguay para los efluentes sean más estrictas que las de la Provincia de Entre Ríos. Por ejemplo, en el caso de DBO (Demanda Biológica de Oxígeno), el Decreto 5837/1991 de la Provincia de Entre Ríos establece como concentración máxima de los efluentes vertidos al río Uruguay la cifra de 250 mg/L. El Decreto 253/79 de Uruguay establece un límite máximo de 60 mg/L, es decir es cuatro veces más estricto que Entre Ríos. Sí es una cuestión de soberanía que Uruguay no debe verse forzado a rebajar sus límites (es decir, ponerse ambientalmente menos riguroso) por el hecho de que Argentina lo sea, sino que Argentina debe ponerse las pilas, y ajustar sus estándares de manera que sean, al menos, tan estrictos como los uruguayos.

6. Argentina debe comprometerse a actualizar toda su legislación ambiental para llevarla, al menos, al nivel de vigilancia y rigurosidad de la uruguaya. Todas las industrias que lo requieran deben contar con informe de impacto ambiental (actualmente en Entre Ríos sólo entre 5 y 10% de ellas lo tienen, entre el 90 y el 95% de las industrias funcionan irregularmente, cuando no ilegalmente desde el punto de vista ambiental) tanto en una margen como otra del río.

7. Lo que se acuerde respecto al monitoreo debe ser ampliado a todas las actividades presuntamente contaminantes. No puede ser que se acuerde el monitoreo del fósforo vertido por UPM, ignorando que de cada 100 partes de fósforo en el río, 99 vienen de otras fuentes. No puede ser que se acuerde monitorear las dioxinas que eventualmente puedan salir de una chimenea y no se controle lo mismo de los incendios forestales intencionales en el delta entrerriano (Argentina excede largamente a Uruguay en la emisión de dioxinas, debido justamente a los incendios provocados). No puede ser que se monitoreen los posibles nonilfenoles etoxilados o los nutrientes presentes en el río producidos por actividades industriales y no se monitoree los mismos productos provenientes de actividades agrícolas. No puede ser que se monitoreen los sistemas de efluentes de industrias como UPM que desaguan en el río Uruguay y no se controle el contaminante Parque Industrial de Gualeguaychú que desagota en el río Gualeguaychú que finalmente vierte al Uruguay.

Como se ve, titánica tarea que es más fácil describir que hacer. Pero principio quieren las cosas, y no me parece mal un "quiero, vale cuatro!" entendiendo que la soberanía nacional no significa que de puertas adentro hacemos lo que queremos, sino que exigimos que de puertas afuera se haga exactamente lo mismo que otros pretenden que hagamos de puertas adentro.


Ojalá avancemos todos en esa dirección y consigamos mejorar el ambiente en el cual tenemos que desempeñarnos.