domingo, 27 de junio de 2010

Discutiendo con seriedad

Durante el transcurso de este conflicto hemos tenido la oportunidad de chicanear infinitas veces, tomarnos el pelo, mojarnos la oreja, mostrar parcialmente la verdad, y llamarnos de todas las formas posibles. Lo que no hemos tenido en demasía ha sido la oportunidad de discutir seriamente.

El fallo dictado por el Tribunal de La Haya y los posteriores esfuerzos de ambos gobiernos, tendientes a levantar el corte del puente, a controlar conjuntamente la posible contaminación del río Uruguay y a recomponer las relaciones entre los dos países vecinos, ha llevado a que cada vez más nos aproximemos a lo que debe ser una discusión seria, dejando de lado las posibles ventajas dialécticas que nos ofrecen los flancos débiles del contrario.

Como ustedes saben, a partir de la mateada organizada por el grupo de Facebook en Fray Bentos, los medios se interesaron en lo que teníamos que decir los que estuvimos involucrados en este tema por varios años. Jorge Balseiro se enoja mucho, porque dice que recién ahora se enteran, cuando él, Alejandro Villaverde, Jorge García-Ramón, Luis Anastasía y muchos otros, hace tiempazo que lidian para difundir información. Pero yo le digo que nunca es tarde cuando la dicha es buena.

Lo anterior determinó una serie de entrevistas, algunas de las cuales subí en la página de Novedades del blog. Me interesa destacar ahora una en particular, la que me hizo el periodista Eduardo Delgado para el diario El País y que con la firma del periodista Raúl Mernies apareció con el título Parque industrial de Entre Ríos contamina 40 veces más que UPM. Como todos sabemos, los títulos tienden a reflejar a medias lo que el entrevistado realmente dice, y en poco espacio no es posible ser completamente preciso, así que quiero hoy volver sobre el tema. A nadie se le escapa que esto es crucial para lo que se está cocinando, sobre todo si leen una noticia aparecida hoy, también debida al periodista Eduardo Delgado, titulada Delegación argentina en CARU elabora propuesta de monitoreo. En una parte de la nota, se lee

La propuesta que elabora la delegación argentina es diferente a la primera que presentó tras el fallo de la Corte Internacional de La Haya y que planteaba controles de todo tipo dentro de la planta de UPM, indicaron las fuentes.
Uno de los puntos que comenzó a generar más dudas en Argentina respecto al monitoreo en UPM es la reciprocidad que debería dársele a Uruguay para controlar emprendimientos industriales que vierten sus desechos al río.

No voy a pretender que lo que escribo en este blog influencie la política internacional uuguaya (después de todo no soy ni Frizler ni Pouler) pero creo que la información siempre ayuda, aunque sea un pequeño granito de arena. Esto viene a cuento, sobre todo, porque el propio PIG se ha encargado de desmentirme, en un largo artículo en el diario El Día de Gualeguaychú.

Mis afirmaciones a la prensa en los últimos días tienen su origen en artículos publicados en este blog hace un par de años, por lo cual nos conviene refrescar esa información y ver si realmente no cometí errores, dado que todos somos falibles. Los artículos a los que me refiero son Haciéndose el chancho rengo, donde decía


y El código Da Pignci, donde decía

Reexaminemos entonces aquellos artículos, a la luz de lo que hoy nos dice la Corporación que regentea el PIG. Las citas que voy a hacer son del artículo del diario El Día, a menos que diga lo contrario. El Lic. Rubén Peruzzo, síndico de la Corporación e integrante de la Comisión Administradora del Parque Industrial dice

Existen el Reglamento General del Parque Industrial Gualeguaychú y el Código de Normas de Uso Interno aprobados por Ordenanza Municipal Nº 10.372/99 -ambos de cumplimiento obligatorio por parte de las empresas instaladas y del Órgano de Administración del PIG-, en los que quedan establecidos los parámetros de volcado de las plantas.

Estoy totalmente de acuerdo con el Licenciado. Tanto es así, que en el primero de mis artículos, citaba dicha ordenanza que, por aquél entonces, podía encontrarse en línea. Hoy, curiosa y casualmente, por supuesto, dicha información ya no puede accederse en línea, como cualquiera puede comprobar buscando "Ordenanza Nº 10372/1999 de la Municipalidad de Gualeguaychú" en Google. ¿Por qué han dejado de publicarla on line? Habrá que preguntarle a la Municipalidad. Por suerte, en aquel momento se me dio por hacer imágenes de lo que esa ordenanza dice respecto al PIG. Uno de los curiosos considerandos dice




Es gracioso que estos muchachos, tan legalistas que acusaron a Botnia de contaminación en grado de tentativa, a Uruguay de violador serial de Estatuto, con nocturnidad y alevosía en no menos de 11 ocasiones no hayan tenido empacho en aprobar el PIG, "sin cumplir con muchos de los requisitos exigidos". Eso fue en un lejano 1975, pero la ordenanza de que hablamos es de 1999 (momento en que, recordémoslo, ya era Gobernador de Entre Ríos Don Jorge Pedro Busti) y en ella se consigna



 
Quiere decir que no sólo se reconoce explícitamente que el PIG se instaló sin cumplir muchos de los requisitos de su propia legislación, sino que se le da un período de gracia hasta 2003 para que los efluentes se readecuen.

De cualquier forma, parece que el plazo de cuatro años no se cumplió tampoco. Tanto es así que en la Ordenanza Nº 10636/2003 (que, curiosamente, tampoco consigo encontrar en internet, cuando antes sí estaba) se dice, en referencia al cambio de cuenca para el volcado de efluentes del Parque Industrial Gualeguaychú,




"Excedido con creces" parece bastante lapidario. La historia siguió, según parece. Curiosamente, en su relato exhaustivo de la "larga lucha de Gualeguaychú en defensa del medio ambiente" publicado el 27/2/2007, la Municipalidad de Gualeguaychú omite toda referencia a que hayan cumplido con lo solicitado exigentemente en 2003, por lo que uno -que no es nadie, como decía Wimpi- debería concluir que mucho no hicieron pese a toda la declaratoria.

De hecho, hace tres años, cuando la inefable Dra. Picolotti disfrutaba aún de las mieles del poder, se reunía con Busti, Guastavino y Moguilner, para comprometer "su apoyo a la futura obra de una Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales e Industriales en esa ciudad". En palabras de Moguilner, "Se mejora y optimiza la planta actual que obviamente ya ha cumplido su vida útil. Se va a modificar el punto de vuelco que es aguas abajo de la toma de agua con lo cual se eliminaría cualquier problema ambiental". Es decir, parece que 8 años después se seguía en la misma situación que en 1999, no se había hecho nada. En Diciembre de 2007, Bahillo, Intendente de Gualeguaychú, declaraba a LT41 que debido al crecimiento del Parque Industrial, la planta de tratamiento de efluentes quedó obsoleta y que “es una falencia de la planta actual que el volcado de los efluentes, una vez tratados, se haga en el arroyo Gualeyán que desemboca en el Río Gualeguaychú, y todos los efluentes pasan por la toma de agua y por los balnearios. Con la nueva planta esto se corrige”. En la reunión de Guastavino con Picolotti, ésta comprometió el pago por la Nación argentina del 50% del costo de los 11 millones de pesos argentinos (unos 3.4 millones de dólares). Así que seguir contaminando por ocho años les dió bastante resultado, un regalito de 1.7 millones de dólares no es de desdeñar (calculen cuanto es el 15% ☺).

La historia relatada en los párrafos anteriores sirve fundamentalmente para concluir que no se han hecho obras dignas de mención en la planta de tratamientos de efluentes del PIG en los últimos diez años, así que podemos colegir que la realidad de 1997 sigue siendo, poco más o menos la realidad actual, y la planta de tratamiento está realmente excedida.

Sigue diciendo el reportaje del diario El Día

- ¿Los desechos de esa planta van al río binacional como allí se dice?
Los líquidos efluentes de la planta del PIG se vuelcan a la Cañada Melgar, que luego de recorrer varios kilómetros desagua en el Arroyo Gualeyán y por éste, llega al Río Gualeguaychú, a más de 10 km. Desde allí, las aguas todavía deben recorrer otros tantos o más, para llegar al Río Uruguay. O sea que es una falacia manifestar que las aguas del PIG llegan al Arroyo El Cura.
Los efluentes debidamente tratados en la Planta de Tratamiento del PIG recorren 6,5 Km por la Cañada de Melgar, 15,6 Km por el Arroyo Gualeyán y 22 Km por el Río Gualeguaychú -es decir 44 Km- hasta llegar a la desembocadura del Río Uruguay.

 Si lo leen con atención, es evidente que la respuesta que le da al periodista es "". Luego de describir todo el recorrido de los efluentes hasta el río Gualeguaychú y su transcurso por éste, concluye que los mismos llegan a la "desembocadura del Río Uruguay". En realidad llegan a la desembocadura del río Gualeguaychú en el Río Uruguay, por lo que es completamente cierto lo que dije de que los efluentes del PIG terminan en el río binacional. A confesión de parte, relevo de pruebas, aunque en este caso era facilísimo. Dicho sea de paso, en mi artículo de 2008 no digo que los efluentes vayan al Arroyo El Cura, sino al Gualeyán, como ustedes pueden comprobar leyéndolo. Lo del Arroyo El Cura surge en el propio documento donde, en la sección 4.3.2 Bosquejos de Ingeniería, se describe un proyecto para cambiar el caño de vertido hacia el sur, al Arroyo El Cura. Como todo lo que concierne al PIG, tampoco se hizo.

Por lo tanto concluimos que los efluentes del PIG van al mismo río que los efluentes de Botnia, el río binacional de marras.

-¿La planta depuradora está desbordada?
La planta no está desbordada. Sí se admite que está en su límite de capacidad y es por ello que desde hace varios años se viene gestionando la ampliación de la misma, cuestión esta que es de dominio público. De acuerdo a lo prometido por las autoridades provinciales y nacionales, estarían ultimándose los detalles para dejar terminado el proyecto y llamar a licitación para su construcción.

 Bueno, de esto tenemos que hablar. Lo mejor para ello es recurrir a los propios documentos de Entre Ríos y Gualeguaychú. Ya vimos que no se han hecho modificaciones de importancia a la planta de tratamientos de efluentes en los últimos 10 o 12 años. Se habla continuamente de eso, pero no se hace y en 2007, hace tres años, Moguilner decía "Se mejora y optimiza la planta actual que obviamente ya ha cumplido su vida útil". Moguilner, no yo. 

Pero veamos más. En un documento titulado "Saneamiento de la cuenca del río Gualeguaychú. Informe Final" de Agosto de 1997 se incluye un título título 3.4.3. Naturaleza de la Contaminación en el Río y, en particular, un capítulo titulado 3.4.3.1 Inadecuado tratamiento de las aguas residuales industriales provenientes del parque industrial. Así que lo de que el tratamiento es inadecuado no lo digo yo, surge de sus propios documentos. Inadecuado en 1997 y no se hicieron modificaciones por lo menos hasta 2007, así que obviamente seguía siendo inadecuado cuando escribí el artículo de referencia.

Quizá la planta de tratamiento de efluentes del PIG no esté desbordada, si se entiende por ello que las aguas rebalsen los depósitos contenedores. Pero si se entiende lo que yo decía, que la planta es insuficiente para realizar el tratamiento de los efluentes, entonces es claro que no lo digo solamente yo, lo dicen ellos mismos.

- El parámetro de DBO (demanda biológica de oxígeno) que ellos indican que el Parque arroja en una cifra de 349 mg/L, mientras que UPM aporta sólo 8 mg/L, ¿de dónde surge y en qué consiste esa relación?
El dato de la DBO que aparece en el artículo es totalmente falso ya que ni siquiera a la entrada de la planta de tratamiento del PIG se llega a esos valores, menos aún podrían encontrarse en el volcado final.
Los análisis que se realizan mensualmente y que obran en poder de la Dirección de Medio Ambiente de la Municipalidad de Gualeguaychú, así lo atestiguan.

Esto es muy interesante. Según este señor, ni siquiera a la entrada de la planta se llega a esos valores. Sin embargo, en el propio informe final que cito arriba se incluye esta tabla

 
Así que, como mínimo, el 29 de Abril de 1997 a las 7 de la mañana, claramente se excedió con creces el 349 mg/L que yo indicaba. Eso no quiere decir que ahora suceda así, pero demuestra que las palabras de este señor son un poco no completamente ciertas, para decirlo con suavidad. Efectivamente a veces se excedió ese número, y esto es sólo una muestra, no conocemos las demás porque la opacidad respecto a los resultados ambientales del PIG es extrema.

Pero hay más noticias para este boletín. A la izquierda se muestra una hoja de datos del análisis de dos muestras de efluentes de la fábrica de jugos Baggio. Cualquiera puede ver que en la primera muestra, el número correspondiente a DBO es 750 mg/L, lo que de nuevo demuestra que a la entrada de la planta de efluentes (donde Baggio mandaba sus efluentes) se excedía el tope de lo que la planta podía tratar.

Uds. pueden preguntarse cómo sabemos cuánto DBO podía tratar la planta. Y eso es fácil de determinar, porque en el mismo informe que les cito arriba están los parámetros de diseño. La planta fue construida con los siguientes parámetros


 es decir que se construyó para que soporte hasta 250 mg/L de DBO. Si de Baggio nomás le entraban 750 mg/L, la pobre planta no sólo es inadecuada sino que estaba excedida. Y no es necesario que lo diga yo. Podemos ver directamente qué es lo que decían los análisis de ese momento. En un análisis realizado en Abril de 1997 y que reproduzco al lado, se consigna que los efluentes tratados, es decir a la salida de la planta de efluentes, tienen una concentración de DBO de 120 mg/L. Si se fijan en la figura de arriba verán que el diseño de la planta es para que el DBO del líquido tratado sea de 50 mg/L. Ello es así, porque resulta que, por pura casualidad, uno puede encontrar la citada Ley Provincial (de Entre Ríos) Nº 6.260/78 en esta dirección. Para quien no tenga ganas de leerla, les cuento que establece dos límites de vertido de DBO en los efluentes, uno de 250 mg/L para el río Uruguay y otro de 50 mg/L para cursos interiores. Por eso es que en el análisis, al pie, dice que el líquido analizado NO CUMPLE con lo previsto por la Ley Provincial 6.260. En otras palabras, la planta de tratamiento de efluentes de Gualeguaychú está claramente desbordada.

Que la planta está desbordada no surge únicamente de un estudio. A la derecha hay otro análisis, donde ya no son 120 mg/L, sino 260 mg/L ya excediendo incluso no sólo el permiso para verter a ríos y arroyos interiores (como el Gualeyán) sino que ni siquiera cumplirían con la ley si eso lo vertieran al río Uruguay. El Licenciado dice que los efluentes terminan en el río Gualeguaychú intentando disimular que el Gualeguaychú desemboca en el Uruguay. En el artículo de este blog llamado Cuando el río suena, agua lleva, calculé cuidadosamente el caudal del río Gualeguaychú y empleé los datos de la propia Municipalidad de Gualeguaychú para calcular la cantidad de DBO, DQO y Nitrógeno que vierte el río Gualeguaychú y la entonces Botnia (hoy UPM) al Río Uruguay.  Por supuesto que toda la carga que tiene el río Gualeguaychú no es completamente responsabilidad del PIG, ya que están todos los escurrimientos provenientes de la actividad agrícola, pero en buena medida el PIG contribuye a ello.

Los resultados pueden verse en esta Tabla.


Lo que se ve allí es que el río Gualeguaychú vierte entonces al río Uruguay 17 veces más DBO, 5 veces más DQO y 159 veces más nitrógeno que Botnia, por un lado, y que las concentraciones de ambas fuentes emisoras sumadas no contaminan al río Uruguay, por su gran caudal aún en tiempo de estiaje. Sin embargo, si adoptáramos el lenguaje tan en boga en ciertos ámbitos, deberíamos concluir que Gualeguaychú "contamina" el río Uruguay varias veces más que Botnia.

Pero volvamos a nuestros amigos de El Día.
Con relación a los 8 mg/L que aportaría Botnia, realmente no nos consta, pero si comparamos los volúmenes de volcado se puede comprobar fácilmente que la DBO total de Botnia es muy importante.
Además, en Botnia se debe tener en cuenta la DQO (demanda química de oxígeno), que el gobierno uruguayo ha autorizado un vuelco de 600 mg/l. Este parámetro es 20 veces mayor que la DBO que le autorizaron (30 mg/l).

Colaboremos con este buen señor, ya que no le consta. Por ejemplo, en este sitio se encuentra el informe de Ecometrix producido a los 6 meses de operación de Botnia en Julio de 2008. En la página 3.2 dice que el caudal promedio fue de 0.86 m3/s (860 L/s comparado con los 28 L/s de la planta de efluentes del PIG). En la pág. 3.3 dice que en esos 6 meses de operación la concentración de DBO en el efluente promedió 12 mg/L (comparado con los 120 o 260 mg/L del PIG según los análisis que poseemos). Calculando el vertido por segundo, y usando el valor más desfavorable para el PIG, tenemos 28x260 = 7 kilos/segundo, mientras que para la denostada Botnia, 860 x 12 = 10 kilos/segundo, con la ventaja para la segunda de que esto lo tira al río Uruguay, bien caudaloso, y el PIG lo tira al Gualeyán, un arroyito.

La situación al final del tercer semestre de operación la puede ver en el artículo Informe Ambiental Botnia 2009 en mi blog, del cual extracto esta información.   


En el primer semestre la concentración de DBO en el efluente fue de 12 mg/L, en el primer año promedió 10 mg/L, en el tercer semestre 9 mg/L y hoy está en 8 mg/L. Lo que nos da que Botnia vierte al río Uruguay (caudal medio 6.300 m3/s) lo mismo aproximadamente que el PIG en el arroyito Gualeyán (caudal 0.4 m3/s según el estudio MODELACIÓN DE LA CONTAMINACIÓN BACTERIOLÓGICA EN EL RÍO GUALECUAYCHÚ EN CONDICIONES DE SUDESTADA, Julio Cardini, Alejandro Zabalett, Néstor Oliver y Daniel Mársico, Grupo de Estudio de la Contaminación del Río Uruguay (GECRU), Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Concepción del Uruguay (FRCU), XXIº Congreso Nacional del Agua 2007
Tucumán, 15 al 19 de Mayo de 2007)


Por si no quedó claro, el PIG vierte aproximadamente la misma cantidad de DBO que UPM, pero lo hace en un curso de agua que es 16.000 veces más chico, ...dieciseismil veces más chico. Tenemos entonces para el DBO


PIG: (260 mg/L x 27 L/s) / 400 L/s = 18 mg/L
UPM: (9 mg/L x 860 L/s) / 6.300.000 L/s = 0.0012 mg/L


RELACIÓN PIG/UPM = 18 / 0.0012 = 15.000 VECES MÁS

El Licenciado también habla de la DQO y dice que eso es un problema con Botnia, más que el DBO aparentemente. Si ustedes se fijan en el análisis firmado por Goldaracena, que publicamos más arriba, verán que no sólo figura el DBO del efluente del PIG, sino también el DQO (demanda química de oxígeno) reportado como 335 mg/L. En la tabla que muestro arriba para Botnia, se ve que en el tercer semestre el promedio de DQO es 233 mg/L. Concluimos entonces que la concentración de DQO en el efluente del PIG es un 50% MAYOR que la de UPM.

Pero ni siquiera es tan simple, porque de nuevo, UPM vierte a un río 16.000 veces más grande. Así que si miramos la concentración de DQO en los respectivos cuerpos de agua tenemos

PIG: (335 mg/L x 27 L/s) / 400 L/s = 23 mg/L
UPM: (233 mg/L x 860 L/s/ 6.300.000 L/s = 0.032 mg/s

RELACIÓN PIG/UPM = 23 / 0.032 = 718 VECES MÁS

Así que ya sea que miremos la DQO o la DBO, la conclusión es unívoca: EL PIG CONTAMINA MUCHÍSIMO MÁS DE LO QUE SE QUIERE HACER CREER QUE CONTAMINA UPM.

Una última aclaración. Yo soy un Profesor universitario, no soy asalariado de UPM ni trabajo para el gobierno uruguayo que, como saben, pertenece a un partido político diferente al mío. Consecuentemente creo que puede perfectamente asumirse que soy independiente. No tengo empacho en reconocer que me equivoco, si lo hago, y podríamos empezar una discusión seria si la Municipalidad de Gualeguaychú ostrara sin cortapisas los informes que dice poseer o si el PIG autorizara a técnicos uruguayos a realizar análisis in situ. 

La pelota está en el campo de ellos.

sábado, 19 de junio de 2010

A la hora señalada

Gary Cooper y Grace Kelly protagonizaban este film antes que yo naciera. El argumento, como siempre copiado de algún sitio de internet, es más o menos así.


Un domingo de 1870, en un pueblo sureño llamado Hadleyville, el sheriff Will Kane (Gary Cooper), de 50 años, va a casarse con su novia cuáquera de 22 años (Grace Kelly). Es su último día antes de la jubilación. Pero corre la noticia que un bandido que él apresó cinco años atrás llegará para vengarse; tres cómplices lo están esperando en las afueras del lugar. Kane pide ayuda para enfrentarlos, pero todos dan un paso atrás: su ayudante, el juez que condenó al criminal, el alcalde, el antiguo comisario. Los habitantes del pueblo que le debe prosperidad también le vuelven la espalda. Su novia y su mejor amigo le aconsejan que huya.

Bajo el ardiente sol de mediodía y lleno de dudas, el solitario Kane decide cumplir su deber. Habla con su novia y dice unas palabras memorables: «Cariño, he estado pensando, me están haciendo huir. Yo jamás he huido de nadie». A la hora señalada, el representante de la ley y el orden enfrenta y derrota a los malos. En la escena final arroja con desprecio su estrella de sheriff, da la espalda al pueblo y abandona Hadleyville. En 1972, Clint Eastwood repetirá este gesto como un homenaje en Harry, el sucio.


Esta película está considerada como uno de los mejores westerns de todos los tiempos y ganó cuatro Óscares. Contiene escenas memorables, como la que reproduzco a la izquierda, donde la calle del pueblo desierto revela la soledad en el alma del comisario Kane, decepcionado de quienes él pensaba que lo apoyaban.

Hoy a las 13 horas despejarán el corte del puente en Arroyo Verde. La Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualguaychú se bajará de la ruta, se despejará la misma de los elementos que la entorpecen y que supieron causar la muerte de un pobre hombre que sólo quería visitar a sus hijos (Walter Maulucci, de 33 años). En el artículo de La Nación, unas excelentes fotos de Aníbal Greco nos dan también la idea de ese corte en la tensa espera para la hora señalada.

La larga carretera muestra la nada de la villa construida en Arroyo Verde para cortar el tránsito. Nadie ya espera nada de sus propias autoridades. Bahillo les ha prometido un guardarail para evitar que se lastimen las personas que quedarán allí en la ruta, pero las doñas ya no son lo que eran. María, Sira, esas señoras excedidas de peso, largas de años, vacías de expectativa, que alguna vez barrían los charcos de lluvia de una ruta internacional, ya no estarán allí, aún cuando la moneda de cambio para bajarse haya sido el quedarse a repartir panfletos junto a la ruta.

María Elena, una doña de Gualeguaychú (piquetera sí, pero doña sin dudas) lo dijo desde el fondo de su corazón:

Si nos bajamos de la ruta, nunca más, señores. Nunca más, entiéndanlo, es mentira, ya se habla de que en 48 horas se va a empezar a desmantelar Botnia, -perdón, porque es mi deseo, dios se cumpla, dios se cumpla, a veces, puede ser-. Pero Arroyo Verde no se debe tocar, no se debe ser, no nos deben pisotear nuestra dignidad sentados a un costado.

Porque cuando nos bajáramos, éramos cinco mujeres que dormíamos en la trinchera hecha por algunos compañeros y mujeres. Es así, ¿o no? Cinco mujeres que dormíamos ahí cuidando al costado.

¿Saben lo que hacíamos? Nos tapábamos y quedábamos ahí cuidando la trinchera. ¿Cuántos hombres fueron a cuidar la trinchera mientras Botnia seguía construyéndose cuando nos sacaron, hasta que pudimos subir de nuevo?

 Y así será. Donde hoy camina solitaria esa gaviota, donde los perros reposan tranquilamente, será mañana y la semana que viene el camino de los autos y camiones que le habrán pasado por encima a un episodio más de la historia menuda de los pueblos, un episodio pequeño, ridículo, desagradable y evitable. Pero la historia no se detiene y habrá que seguir, los unos mascando bronca y contando generación tras generación su "heroica" resistencia, los otros, los más, agradeciendo que el absurdo haya terminado.

La ACAG votó finalmente por levantar el corte. La idea es hacerlo por 60 días, para que mientras tanto se puedan acordar los términos para un monitoreo conjunto.

Desde Cancillería argentina se emiten confusos mensajes. El Vicecanciller dice que ahora Uruguay está obligado a aceptar la inspección argentina a la planta, el monitoreo interno. El Canciller renuncia, por diferencias con la Presidente. El gobierno argentino dice que acepta que Brasil participe, pero otra parte de sí mismo dice que no, que no tiene el menor interés.

Mientras tanto, los perdidosos y airados vecinos que quieren seguir con el corte reaccionan airadamente y, en el mejor estilo que los ha caracterizado durante mucho tiempo, dicen que no acatarán la resolución de la Asamblea y seguirán cortando. Difícil que el chanco chifle, diría mi abuela, pero ya veremos.

Entretanto, otros movimientos se van dando lenta y seguramente por el gobierno uruguayo, indudablemente en acuerdo con el argentino y probablemente consultando también a la planta de UPM. Los que estamos por afuera de la jugada entendemos que empieza el segundo tiempo y pelota al medio. Nuestra tarea será seguir informando y sentando de a poco bases para la convivencia futura y, sobre todo, para que se entienda que nadie está en peligro de muerte o deformación por la existencia de UPM, pero también aprovechando la posibilidad ofrecida para intentar un monitoreo más profundo de todo el río Uruguay, incluyendo a nuestroa vecinos.

Una de las movidas es de prensa y de agitación. Los que estuvieron en la vuelta supieron de la visita que con Jorge Balseiro y Alejandro Villaverde hicimos a Fray Bentos a una "mateada". El evento fue organizado en Fray Bentos por Bruno González Posse y el grupo de Facebook "Levanten el corte del puente Gualeguaychú-Fray Bentos" y las fotos las encuentran en el Picassa de Alejandro, que las reunió en un album. Nuestra idea al ir era apoyar y al mismo tiempo transmitir toda la experiencia acumulada en estos años de desencuentros.

Se puede decir que la movida nos salió bastante bien, en general. Pese a que Alejandro se agarró tremenda gripe (en general el whisky mata los microbios, pero Alejandro le pone cubitos de hielo y ya se sabe que el agua no es buena para la salud) disfrutamos el viaje y tuvimos oportunidad de hablar para un par de radios y que el relato de lo sucedido saliera en el diario El País y la radio El Espectador. A raíz de ello, me llamaron y realizaron un extenso reportaje, cuya transcripción puede accederse acá. Puede accederse como archivo de audio mp3 acá. El título no es exactamente lo que dije, pero más o menos.

Dos ladrillos más en esta construcción post-corte pueden verse en el artículo del Ing. Enrique Martínez, en La Nación de ayer llamado "La hora del monitoreo" y en el artículo de opinión publicado por el Senador Ope Pasquet en Montevideo.com llamado "El Monitoreo Conjunto".

Ope me etiquetó en su nota en Facebook, que puede verse acá, y yo subí allí algunos comentarios que le había hecho telefónicamente sobre lo que me parece que puede ser la forma de evitar lesiones a la soberanía, ir para adelante con el control globalizado de la contaminación y también comprometer en ello a los países más grandes, incidiendo también en lo que ellos hacen en sus territorios. Reproduzco acá esos comentarios como para ir discutiendo cómo seguiremos en lo sucesivo.

Lo que Ope plantea es un tema muy delicado que merece opiniones diferentes de distintos actores. En el plano teórico, como dice Aldo, yo rescato varias cosas importantes:

1. Pueden realizarse actividades de monitoreo conjunto sin afectar la soberanía. Para ello es imprescindible que exista voluntad uruguaya, no imposición argentina. Y en tanto no haya norma legal que lo habilite, dependerá de la aquiescencia del gobierno uruguayo y la(s) planta(s) industrial(es) involucrada(s). Nada puede imponerse, porque no lo obliga ni el Estatuto ni el dictamen de la CIJ.

2. Puede proponerse una modificación a la normativa, modificar el Estatuto, agregándole cosas que ahora no tiene. por ejemplo el monitoreo de aire y la actuación conjunta de los mejores laboratorios técnicos de ambos países para obtener y procesar muestras. Esto ampliaría el ámbito de actuación de la CARU y para ello es imprescindible tener aprobación legislativa.

3. Cualquier modificación que se haga a la normativa debe ser tal que se aplique a TODA industria posiblemente contaminante en AMBAS márgenes del río, para lo cual deben establecerse mecanismos ágiles y efectivos de control. Es decir, la ley debe ser neutra (no puede aplicársela sólo a una industria con nombre y apellido) y recíproca (no puede dar a una de las partes derechos que la otra no tenga ni fijar obligaciones sobre una parte a las que la otra no esté sometida) además de determinar mecanismos rápidos de solución de controvrsias (por ejemplo, la negativa de una de las partes a la actuación de la otra debe tener consecuencias automáticas, los plazos y las limitaciones deben estar claramente establecidos, etc). Mucho me temo que Aldo tiene razón al decir que es posible que Argentina no obre de buena fe (toda la presentación técnica argentina frente a La Haya desbordó de mala fe fáctica y procesal).

4. Cualquier avance en esta área debe involucrar a los cuerpos científicos y técnicos de mayor nivel de ambos países (nadie de la ACAG, por favor) siguiendo protocolos internacionalmente aceptados y estándares del mejor nivel mundial, pero no creados ad hoc por consideraciones políticas locales. Asimismo, debe establecerse con claridad qué cosas son monitoreables, cuáles son los estándares, cuáles son las consecuencias de apartamientos de esos estándares, cómo se imbrican la aplicación de estas modificaciones legales y la aplicación de las normas domésticas, etc. Ni que hablar que antes de poder hacer nada de eso, los cuerpos técnicos ambientales de ambos países y los respectivos ministerios tienen que ponerse de acuerdo en emplear los mismos criterios.

5. El Estatuto está complementado por un Digesto, que también debe actualizarse. El Digesto no sólo se refiere a la calidad de las aguas, es decir cómo deben estar teniendo en cuenta todo lo que se vierte al río, sino que determina también cuáles son las condiciones que deben cumplir los propios efluentes vertidos. Eso está en el Capítulo V, Condiciones de los Efluentes. Allí se determina, por ejemplo, la dimensión de la zona de mezcla y se especifica que las normas sobre vertidos de efluentes deben ser dictadas por las partes. Eso lleva a que, por ejemplo, las condiciones establecidas por Uruguay para los efluentes sean más estrictas que las de la Provincia de Entre Ríos. Por ejemplo, en el caso de DBO (Demanda Biológica de Oxígeno), el Decreto 5837/1991 de la Provincia de Entre Ríos establece como concentración máxima de los efluentes vertidos al río Uruguay la cifra de 250 mg/L. El Decreto 253/79 de Uruguay establece un límite máximo de 60 mg/L, es decir es cuatro veces más estricto que Entre Ríos. Sí es una cuestión de soberanía que Uruguay no debe verse forzado a rebajar sus límites (es decir, ponerse ambientalmente menos riguroso) por el hecho de que Argentina lo sea, sino que Argentina debe ponerse las pilas, y ajustar sus estándares de manera que sean, al menos, tan estrictos como los uruguayos.

6. Argentina debe comprometerse a actualizar toda su legislación ambiental para llevarla, al menos, al nivel de vigilancia y rigurosidad de la uruguaya. Todas las industrias que lo requieran deben contar con informe de impacto ambiental (actualmente en Entre Ríos sólo entre 5 y 10% de ellas lo tienen, entre el 90 y el 95% de las industrias funcionan irregularmente, cuando no ilegalmente desde el punto de vista ambiental) tanto en una margen como otra del río.

7. Lo que se acuerde respecto al monitoreo debe ser ampliado a todas las actividades presuntamente contaminantes. No puede ser que se acuerde el monitoreo del fósforo vertido por UPM, ignorando que de cada 100 partes de fósforo en el río, 99 vienen de otras fuentes. No puede ser que se acuerde monitorear las dioxinas que eventualmente puedan salir de una chimenea y no se controle lo mismo de los incendios forestales intencionales en el delta entrerriano (Argentina excede largamente a Uruguay en la emisión de dioxinas, debido justamente a los incendios provocados). No puede ser que se monitoreen los posibles nonilfenoles etoxilados o los nutrientes presentes en el río producidos por actividades industriales y no se monitoree los mismos productos provenientes de actividades agrícolas. No puede ser que se monitoreen los sistemas de efluentes de industrias como UPM que desaguan en el río Uruguay y no se controle el contaminante Parque Industrial de Gualeguaychú que desagota en el río Gualeguaychú que finalmente vierte al Uruguay.

Como se ve, titánica tarea que es más fácil describir que hacer. Pero principio quieren las cosas, y no me parece mal un "quiero, vale cuatro!" entendiendo que la soberanía nacional no significa que de puertas adentro hacemos lo que queremos, sino que exigimos que de puertas afuera se haga exactamente lo mismo que otros pretenden que hagamos de puertas adentro.


Ojalá avancemos todos en esa dirección y consigamos mejorar el ambiente en el cual tenemos que desempeñarnos.




viernes, 11 de junio de 2010

Melchor, Gaspar, Basaltar y Secayó

El título alude a algo que posiblemente todos hemos jugado, que consistía en deformar levemente el nombre del rey mago negro, para poder hacer el juego de palabras e introducir un mítico cuarto rey mago cuya intención se adivinaba al pronunciarlo. Quien se cae irremediablemente es la ACAG. La movida inesperada del gobierno argentino está provocando más consecuencias que si se hubiera ordenado el desalojo. Para esto último estaban preparados, para lo primero no. Consecuencia clara de la extracción social de los piqueteros de la ACAG.

A diferencia de otros posteos, éste va a ser mayormente gráfico y de prensa. Empecemos por la tapa del diario El Día. 


La "comunidad", por supuesto, no es tal, sino un grupo cada vez más reducido de personas. Para ver cuántos son, alcanza con ver los que se congregaron en la ruta para "mantener" el corte (según las fotos de La Nación)





Obviamente, no hay que comentar demasiado para darse cuenta que las multitudinarias manifestaciones están ya sólo en el recuerdo. La propia foto de tapa de El Día muestra que frente a la municipalidad hay sólo un puñado de vecinos. Por supuesto que la opinión de un grupo de vecinos importa, pero es totalmente minoritaria. Mientras tanto, reciben apoyo de quienes han fogoneado siempre la irracionalidad: la desgreñada Picolotti, el cariacontecido e ingenuo Bahillo, el ignorante Alazard y todo el circo "técnico" de la ACAG, la inefable Cerutti que sigue diciendo que tenían razón, y el incombustible Busti aliado con Bettendorf para pedir un análisis exhaustivo dentro de la planta ("Monitoreo y vigilancia conjunta de la planta de Botnia - UPM desde su interior y al inicio de su actividad de producción, con amplias facultades de inspección"). Curiosamente, Bettendorf pide eso y al mismo tiempo que se rompan las relaciones con Uruguay. Gracioso.





















Entretanto la gente se va hartando, y le encuesta del diario La Nación, una entre muchas, lo demuestra


Si algo está claro es que la mayoría de los argentinos y los uruguayos estamos hartos del corte. La estrategia del gobierno argentino, denunciar a los 25 líderes más connotados por toda la serie de delitos que efectivamente han cometido, está teniendo éxito porque --como trasluce en su equivocada interpretación Bahillo, cuando dice "mis vecinos no son delincuentes"-- se trata de personas de clase media, bien vestidas, con un pasar económico aceptable, a las que se las amenaza con lo más temido por una persona de esa condición social: la afectación de sus bienes.


Los acagüenses creen que pueden contraatacar diciendo que denunciarán el apoyo que han recibido de los políticos. Va a estar divertido de ver, pero por un lado ya lo sabemos y, por otro, no creo que a la opinión pública argentina le importe mucho. Una encuesta en la ciudad entrerriana de Paraná, muestra que sólo un 5% de los encuestados opinan que no se debe levantar el corte. Los acagüenses están haciendo todo lo posible por matar a Gualeguaychú, una profesía autocumplida que no tiene nada que ver con la contaminación tantas veces predicha y nunca demostrada.





Lo dicho, para quienes creen en los tres Reyes Magos, deben tener presente que en realidad fueron cuatro: Melchor, Gaspar, Basaltar... y se cayó.

lunes, 7 de junio de 2010

Soplaré, soplaré y tu casita volaré (I)

Todos ustedes conocen sin duda el cuento infantil de los tres cerditos, aunque quizá no conozcan la versión moderna, de la cual tomé prestada la imagen al lado.

Este cuento infantil viene a cuento, valga la redundancia, por lo que preguntaba Carlos en uno de los comentarios al artículo anterior. Para refrescar de lo que se trataba, vuelvo a citar el artículo que él mencionaba. Se trata de un artículo originado en el diario El Argentino de Gualeguaychú, que no pude encontrar en sus archivos (en realidad, no encontré sus archivos) pero que fue reproducido en varios lados, por ejemplo Informe Digital, identificando a El Argentino como su fuente. Reproduzco debajo parte de lo que dice el artículo:

El equipo argentino responsable del componente atmosférico de los estudios, encabezado por Inés Camilloni, investigadora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, había determinado para la línea de base que “no se detectó sulfuro de hidrógeno (H2S) en el aire de la zona de influencia de Botnia” y que “las concentraciones de otros contaminantes medidos no superan las normas nacionales e internacionales de calidad de aire”.

Sin embargo, con la planta en marcha se detectaron cambios. “De acuerdo a las mediciones de la calidad del aire realizadas entre el 1º de julio de 2008 y el 31 de marzo de 2009 sobre el sector argentino, se comprobó que en 78 días se detectaron valores de concentración de sulfuro de hidrógeno superiores al nivel de detección de olor durante una o más horas”. Si bien no es causante de trastornos severos a la salud, este sulfuro (de característico olor a “huevo podrido”) puede provocar molestias y, en particular, afecta calidad de vida de los vecinos a la planta.

 Estos argumentos están avalados por la UBA y por la Dra. Inés Camillioni, responsable del informe. El foco de este artículo entonces es ver qué se midió y si efectivamente las conclusiones a las que llegaron son válidas. Para ello no nos sirve analizar simplemente el artículo de prensa sino que debemos ir al informe como tal y sus datos, piezas de información que, lamentablemente, no están disponibles públicamente fundamentalmente por la amenaza de la Cancillería argentina de que si se reproducen o emplean en algo que no tenga relación con el juicio de La Haya, perseguirán penalmente al responsable.

Ante todo es necesario entender que el propósito de todos los estudios que se han efectuado por parte de Argentina no tuvieron en ningún momento el cometido de averiguar si había contaminación, sino de demostrar que la había y fundamentar la presentación frente a la CIJ de La Haya. Esto puede parecer sutil, pero no lo es. Si se mira el esquema que aparece arriba y que está incluido en la presentación argentina, se ve que todo está organizado con el propósito manifiesto de demostrar que hubo daño significativo ("significant harm"). Esto es importante, porque bien sabía el gobierno argentino que no le alcanzaba con demostrar que Botnia emitía nosecuántas toneladas de tal cosa o tal otra, sino que tenía que demostrar que esas emisiones producían daño significativo. Eso demuestra que el gobierno argentino conocía --como no podía ser de otra forma-- perfectamente lo que significa contaminación, por más que permitiera que los piqueteros y sus consejeros --Alazard y Matta a la cabeza-- desbarraran ampliamente sumando toneladas de CO2 con mg de dioxinas, o hicieran comparaciones como la de los Empire State de la inefable Picolotti. 

Está claro entonces que la idea de esta presentación no es la neutralidad, no significa "busquemos" sino "encontremos" y el bias ya implica que debe mantenerse una cierta precaución al aproximarse a los datos y al informe. El hecho mismo de que el gobierno argentino haya incluido entre el "significant harm" la afectación al aire, muestra la mala fe con que se procedió desde el principio, ya que de la misma forma que sabían la diferencia entre emisión y contaminación, sabían que el aire no estaba incluido dentro de las previsiones del Estatuto del río Uruguay y cualquier consideración sobre ello sería desechada in toto por el Tribunal (tal como sucedió).


Concentrémonos entonces primero en el tema, que se ha meneado mucho últimamente, de para dónde apuntan los vientos en la zona. De acuerdo a las preocupaciones de los piqueteros, tenemos por ejemplo esta declaración:

 Ayudados por pantallas, mostraron el cuadro de vientos en la región que indica que "el 72 por ciento de los días del año el viento sopla desde Botnia hacia Gualeguaychú".

 Ahora podemos preguntarnos en qué basan esta declaración. Si vamos al informe del gobierno argentino, vemos que incluyen varias rosas de los vientos obtenidas para cada mes en la estación meteorológica Gualeguaychú aero. Usando datos del Servicio Meteorológico Nacional (argentino) entre los años 1991 y 2000 determinan los promedios que se muestran para cada mes y para todo el año en las figuras de más arriba. 


Yo no soy meteorólogo, claro, y tengo que basar mi análisis de las gráficas en lo que dice la Dra. Camillioni, que si es una experta en la materia. Según el informe, la predominancia de vientos en Gualeguaychú son de la dirección NE, E, SE y S, a una velocidad promedio de 13 km/h. Si uno suma esas cuatro direcciones, usando los porcentajes de la gráfica anual, obtiene que del orden de 47% del tiempo el viento viene de alguna de ellas. Eso está lejos del 72% que dicen los piqueteros, hasta que observamos que 35% del tiempo hay calmas. Y así obtenemos el número mágico 47 / (100 - 35) = 47/65 = 72% que los piqueteros transforman en que el 72% el viento va de Botnia a Gualeguaychú. Lo que verdaderamente dice el informe, refiriéndose a la imagen que se muestra a la izquierda, es que 


It can be seen that during all months the frequency of winds occurrence from Botnia towards Argentina is significantly greater than in the opposite direction (from Botnia towards Uruguay) and fluctuates between 60.9% in June and 80.0% in January. The annual average stands at 72.3%.


Vemos que en esto hay una extrapolación. En sí no se ha medido la rosa de los vientos en Botnia o en Fray Bentos, sino en Gualeguaychú, que está tierra adentro. Del hecho de que la mayoría de los vientos registrados en la ciudad se dan desde las direcciones NE-S se llega, extrapolando, a que la mayoría de los vientos va desde Uruguay hacia Argentina. Pero eso es en efecto muy engañoso. Tomemos la rosa de los vientos anual de Gualeguaychú y superpongámosla a la ciudad de Gualeguaychú en un mapa de Google. Lo que obtenemos es la figura de la derecha, que muestra claramente que la dirección predominante de los vientos en Gualeguaychú NO es la que corresponde a Uruguay, sino a la propia Argentina. Los vientos provenientes de Uruguay son los que abarcan el octante E-SE, por donde penetran del orden del 10% del tiempo, muy lejos del 72% que pretenden los piqueteros. El propio informe de Camillioni no dice que los vientos vayan de Botnia a Gualeguaychú, sino que van de Botnia a Argentina, empleando una extrapolación incorrecta.


Los datos aportados por Camillioni a este respecto no son nada extraños. Son los mismos datos empleados por el primer informe de Ecometrix para determinar el impacto acumulativo de las pasteras de Ence y de Botnia. Lo que hay que hacer es ir al informe de EcoMetrix, el primero, informe acumulativo, que fue el que definitivamente se usó por el Bco. Mundial para dar el aval a Botnia. En el anexo C se trata de la calidad del aire y, como no podía ser de otra forma, se analizan los datos meteorológicos. Adjunto acá la figura C3.1-1 que tiene la rosa de los vientos con cuatro gráficas superpuestas, que están construidas con los datos de 3 sitios (Ence, Botnia y Gualeguaychú Aero) y una simulación matemática. Como se ve, en todos los casos se observa la misma cosa, los vientos predominante vienen del NE o el ENE, desde el propio territorio argentino, no del uruguayo.

Eso entonces en lo que respecta a la dirección predominante de los vientos. Veamos ahora un poco el tema del sulfuro de hidrógeno (H2S), la línea de base y los "excesos" frecuentes por sobre el umbral de detección. De acuerdo al informe, se emplearon estaciones fijas y móviles de monitoreo, con el detalle que se muestra en la tabla de la derecha. La disposición de los sitios en la región se muestra en la figura de más abajo. Como se ve, el sitio más cercano a Botnia es el 1, la Estancia La Victoria, y el 2 y el 3 corresponden a los sitios importantes de Ñandubayzal y Gualeguaychú respectivamente. 

En el reporte original se muestran una cantidad de fotos de los equipos empleados para el monitoreo, y un par de fotografías interesantes que quiero comentar a continuación.

En primer lugar, tenemos la fotografía que muestra el sitio en la estancia La Victoria, donde se estableció uno de los equipos fijos. Este sitio está a unos siete kilómetros de Botnia en línea recta, como se ve en el esquema, y en la fotografía es dable apreciar sin problemas la fábrica en el horizonte. Ciertamente no luce espectacularmente grande o fea, simplemente una fábrica en el horizonte.
En la segunda fotografía tenemos la localización de los aparatos de monitoreo portable en Gualeguaychú. Les llamo la atención particularmente hacia el punto de medición número cuatro. Como ven, está muy cerca de las piletas de decantación, a cielo abierto, donde se depuran las aguas servidas del balneario antes de verterlas al río por un canalón que desemboca en la playa, como se ve en el círculo. El desborde la materia fecal de estas piletas, luego de intensas lluvias y crecida del río fue lo que provocó los sarpullidos a los bañistas, de los que tanto se habló en su momento.

Como se pueden imaginar, el poner un equipo de medición de sulfhídrico en las inmediaciones de una planta de tratamiento de materia fecal es una de las mejores maneras de registrarlo, ya que todos estamos acostumbrados a olfatear de vez en cuando olor a cloaca que justamente tiene un alto contenido de mercaptanos. El punto de medición 1 está también bastante cercano al desagüe de las piletas de tratamiento, por lo que no asombraría que registrara también valores interesantes.

Finalmente, una foto muy interesante, de una de las unidades móviles instaladas en el Ñandubayzal, nos permite apreciar con meridiana claridad la "contaminaciòn visual" causada por Botnia. Los perdono si necesitan esforzarse bastante para ver la fábrica, a mí también me costó lo suyo.

Bueno, veamos ahora el asunto de la línea de base. En el informe dicen que (pág 16):

The Botnia Company declared the start-up of its operations on the 10th November, 2007 at 10:30 hours. Consequently, the measurements made before that date are considered to be pre-operational and may be used as a baseline indicatory of the environmental conditions prior to the plant start-up. Data obtained between 4th September, 2007 and 10th November, 2007 may be compared with later measurements so as to evaluate possible changes in the air quality in the area under analysis.

Es decir que, en el mejor de los casos, la línea de base contra la que van a comparar tiene dos meses y medio de largo temporal. Eso evidentemente ni siquiera cubre las variaciones estacionales, puesto que se hace sólo para la primavera, pero no para ninguna de las otras estaciones en las que el río sufre modificaciones importantes de caudal. Pero la cosa se pone peor. Si se fijan en la figura a la izquierda verán los períodos declarados en los cuales se hicieron mediciones para establecer la línea de base. En principio parece confuso, porque daría la impresión de que se midió por varios meses, pero no es así, simplemente que --sin atribuirles intenciones, por supuesto-- listaron las fechas como mm/dd/aa en lugar del usual dd/mm/aa.  Cuando se despeja esta inocente triquiñuela, uno se encuentra que la línea de base en la Estancia La Victoria, por ejemplo, abarca el extensísimo período de... DOS DÍAS. Si, no estoy bromeando. Pretenden haber establecido una línea de base usando las mediciones realizadas desde el 4 de Setiembre a la 1 de la tarde hasta el 6 de Setiembre a la misma hora. Dos días, 48 horas. Los demás no son mucho mejores, 3 días en Ñandubayzal, 5 días en Gualeguaychú. ¿Y pretenden que esto es un estudio serio? Por favor.

Bueno, ¿qué hacen entonces con estas mediciones? Determinan esa "línea de base" falta de todo rigor científico y la disimulan detrás de tablas que se presentan de la forma que se muestra a la derecha. Ahora bien, veamos lo que eso quiere decir.

Concentrémonos en el caso de Ñandubayzal. Ya vimos que en este caso se monitoreó durante tres días para conseguir estos datos. Y se registra que "no había" H2S en el período preoperacional. En realidad, el S/D lo que quiere decir es que no se registró nada por encima del umbral de detección. Pero, si empleamos el curioso método que los piqueteros usan para medir contaminación (que consiste en asumir que el límite de detección es efectivamente lo que hay, por más que no se haya podido registrar nada) deberíamos decir que había 0.5 ppb de H2S (o.5 ppb es el límite de detección de los aparatos usados). Es claro entonces que la conclusión es obvia. Como en ninguno de esos tres días pudieron medir H2S terminan diciendo que "en el período preoperacional el H2S estaba ausente". Lo que es manifiestamente incorrecto desde el punto de vista científico, técnico y metodológico.

Una cosa que tenemos que tener clara antes de continuar es el asunto de las unidades. En general pueden elegirse dos tipos de unidades ppb (partes por billón) o ppm (partes por millón) por un lado, o mg/m3 (miligramos por metro cúbico) o ug/m3 (microgramos por metro cúbico) por otro. La relación entre estas unidades no es constante, sino que depende del gas de que se trate. En el caso del H2S la relación es 1ppb=1.39 ug/m3 e, igualmente, 1ppm=1.39 mg/m3. Quiere decir que el límite de detección en el caso que nos concierne, 0.5 ppb, es 0.695 ug/m3. El estándar establecido por la Dinama como control es que la concentración de TRS no debe exceder 3 ug/m3 (2.16 ppb) más que un 2% del tiempo (o sea, no más de 175 horas al año). Como se ve en la tabla de la izquierda, los datos uruguayos para esos tres día sen que se midió en Ñandubayzal coinciden razonablemente. En todos los casos el valor promedio registrado está por debajo del límite de detección.

El olor del H2S es detectado fácilmente por los seres humanos a concentraciones muy bajas. y hay muchos estudios sobre sus efectos (por ejemplo la reciente guía de calidad de aire de Maine, de 2006)  En un reporte de 1985 para el Comité de Recursos Aéreos de California, se sintetizaron muchos reportes individuales de detección de olor y se los modeló con una curva log-normal con una media geométrica de 8ppb (11.1 ug/m3) y una desviaciòn estándard de 4 ppb. La variabilidad de la detección es muy grande y hay dos estudios muy serios, de fines del siglo pasado que indican que el rango de detección de olor va de entre 0.5 a 300 ppb (0.7-417 ug/m3) en un caso a 0.07-1400 ppb (0.1-1946 ug/m3) en otro caso. Los estudios de disconfort (es decir, cuando el olor realmente constituye una molestia) indican que se alcanzan niveles molestos cuando la concentración es alrededor de 5 veces la de detección de olor.  O sea que, basado en un nivel de detección de 8 ppb (11 ug/m3) el nivel de disconfort sería 40 ppb (55.5 ug/m3). Los estudios de California muestra que un 83% de la población detectaría olor a 30 ppb (41.7 ug/m3) y finalmente la OMS recomienda que para prevenir quejas sobre olores el promedio cada 30 minutos debe ser menor a 5 ppb (7 ug/m3). Los datos uruguayos para el período Set-Nov 2007 se muestran adjuntos, obtenidos del sitio web de monitoreo del litoral para la ciudad de Fray Bentos. Incidentalmente nótese que la línea de base en el caso de Uruguay puede construirse por cualquier persona consultando el sitio web y con muchísimos más datos que la argentina, que es completamente improvisada. 

La gráfica muestra claramente que (a) el estándar de Dinama es menos de la mitad del recomendado por la OMS (es decir, es 100% MÁS exigente) y (b) que los promedios diarios están siempre muy por debajo de esa cota y por debajo del nivel más exigente de detección de olor, excepto que en algunos casos los máximos están levemente por encima, lo que implica que las narices más sensibles podrían haberlo detectado. Aclarados estos puntos, vamos a concentrarnos entonces en analizar el período 1/7/2008-31/3/2009 en que en el informe se describe como que hubieron 78 días de detección de sulfídrico por sobre el límite de detección durante una o más horas. Y para analizar ese período usaremos los propios datos de Camillioni, los datos de la Dinama y los datos de Green Cross.

Seguimos en la próxima entrega.