viernes, 1 de febrero de 2008

Visita a Botnia (III)

 
Para iniciar esta tercera parte, donde quiero hablar de los procesos de control, monitoreo y mitigación de la contaminación, es conveniente que volvamos un poco para atrás y nos situemos nuevamente en el "control room".

Allí, en múltiples pantallas dispuestas en paralelo se monitorea de continuo la actividad de los distintos sectores de la planta. Por ejemplo, las pantallas de arriba se encuentran en la isla correspondiente a Kemira y la elaboración de productos químicos. En una de las pantallas se observan las gráficas de los distintos parámetros de control a medida que los valores van llegando a los monitores, es decir, en tiempo real. Los operarios están encargados de un conjunto de monitores y usualmente se los veía de a pares, con walkie-talkies comunicados con los lugares donde los procesos efectivamente estaban sucediendo y con una buena cantidad de respaldo en papel de planos de la ingeniería de la fábrica. El despliegue de datos y esquemas es a primera vista bastante apabullante, porque va desde los propios mecanismos de control, hasta la temperatura y la concentración de gases en hornos y chimeneas, pasando por los esquemas de los procesos, flujo de electricidad y vapor, etc, etc.

Desde el cuarto de control entonces uno camina a través de la fábrica real, las máquinas y tuberías que son controladas desde las pantallas que ya vimos. No sé si con el paso de los muchos años esos tubos que surgen en direcciones inverosímiles en espacios amplísimos y cavernosos tomarán otro aspecto, pero la imagen actual es como si tuvieran un equipo de personas dedicadas a sacarle lustre. La impresión de estar dentro de una películas de Stanley Kubrick es marcadísima.

Saliendo del edificio principal de la fábrica, en el nivel cero, se accede a la base de la enorme chimenea, que ya vimos en el artículo anterior. En la foto se a la izquierda se aprecia la abertura por la que se puede ingresar a la base de la chimenea, de donde saqué las fotos que están en el artículo anterior de la base de la misma. A la izquierda de la fotografía se ven las calderas auxiliares, que estaban funcionando para alimentar de electricidad y vapor a las partes de la fábrica que estaban en operación y a la derecha, bastante inconspicua, se ve una pequeña habitación con puerta y un aire acondicionado. En esa habitación se alojan todos los aparatos para medir los gases y polvo eventualmente contaminantes que surgen por las diversas chimeneas. El día de nuestra visita se encontraba un equipo finlandés realizando pruebas de calibración. Para ello se usan gases estandarizados y equipos certificados adicionales a los empleados normalmente para el control.

Además de esos aparatos, que estaban ahí por una actividad específica, en la pieza están los racks con los equipos de monitoreo de gases y de polvo. Las fotos que pongo a continuación dan una idea de los diferentes aspectos monitoreados (Polvo, SO2, NOx, O2, TRS, etc). Obsérvese que estos son los datos de emisión, no de inmisión. Los datos para monitorear el ambiente se toman en una estación que está a 2 km de la planta en dirección a Fray Bentos. Estos datos aquí son los que uno respiraría si pusiera la nariz directamente en la boca de la chimenea. Les dejo a Uds que se diviertan comparando números.




Saliendo ahora de este cuarto vamos hacia otro de los puntos de control que ha suscitado cierta controversia. Recordarán Uds. que la ACAG insiste con la existencia de 11 misteriosos pozos por los cuales a veces se sostiene que se está robando el acuífero Guaraní y a veces que se usan para esconder el licor negro y los desechos contaminantes que no quieren mostrarse ante el mundo. Alentados por el misterio en torno a los dichosos pozos fuimos a ver uno de ellos, que se muestra en la foto. Los pozos son los puntos de control que posee el LATU para testear las napas subterráneas, ni más ni menos. Pero pudimos comprobar que los inescrupulosos industrialistas le han puesto una pequeña bomba al pozo y lo usan nada menos que para... regar el pasto que aún no ha nacido en torno al pozo. En fin, otro misterio maravilloso que se desgaja inconsecuente del imaginario del monstruo.

De allí nos fuimos a visitar la planta de tratamiento de efluentes líquidos que ocupa una buena porción del terreno. La primer parada fue en la pileta cilíndrica donde el agua recibe el último tratamiento antes de ir al río. Esta pileta tiene una especie de enorme rastrillo que va girando lentamente y recogiendo al centro el lodo biológico y devolviéndolo a las piletas rectangulares donde se hace el proceso principal. De esta pileta cilíndrica el agua sale prácticamente igual a como se tomó del río, es decir... ¡no potable!. Pero cristalina. Dado que la planta no está en funcionamiento, todo el sistema estaba funcionando en ciclo cerrado, recirculando una y otra vez el contenido de las piletas pero sin verter nada al río. Los vertederos son una especie de "peines" con ranuras por las que normalmente salen los chorros de agua (y donde se diera la heroica foto de la bebida de un vasito de líquido... ¡puaj!). Como se ve en la foto, hay algunas formaciones de musgo alrededor, lo que indica que no debe ser muy tóxico ese efluente. Recordemos además que este efluente debe llegar al río a menos de 30 grados y en conjunto no hacer que la temperatura del río varíe en más de 2 grados.

Las piletas donde se da realmente el trabajo de las bacterias son un par de enormes estructuras rectangulares llenas de líquido, donde la apariencia es completamente diferente a la de la pileta cilíndrica. En la primera de las dos figuras se aprecia al fondo el edificio que contiene los sistemas de enfriamiento, para que el efluente llegue a las piletas a la temperatura óptima para ser procesado por las bacterias (alrededor de 36-37 grados). Por debajo de la estructura central roja que se ve en la figura va un conducto que devuelve el lodo biológico rescatado de la pileta circular a las piletas de tratamiento. En la segunda foto, hacia el centro de la imagen, se ve el chorro que surge del conducto central hacia la pileta.

Como decía, la apariencia del agua en estas piletas es completamente diferente. No sólo se ve la espuma que se puede apreciar en las fotos anteriores, sino que se ven flóculos que corresponden a las colonias de bacterias que alegremente trabajan para deshacerse de la inmensa mayoría de los eventuales contaminantes.

Y de ahí nos fuimos al puerto, pero esa es otra historia que quedará para la Parte IV de este artículo.

(audio de la entrevista que me efectuó Radio Sarandí el jueves 31/01 sobre este tema)





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4 comentarios:

Unknown dijo...

Un pequeño comentario sobre el accidente, que ya no es ni siquiera noticia. Hay una foto sacada desde el puente (que en principio me llegó a través de un conocido desde el diario El Día de Gualeguaychú). La foto se puede ver acá. Hay incluso una especie de video cargado en YouTube sobre el asunto. Claramente se ve la pala mecánica recogiendo la celulosa y cargándola en camiones para llevarla a un depósito 9que se ve en una de las fotos que están en el artículo anterior) para luego reutilizarla.

Lo interesante es que esta foto está sacada desde el mismo lado de donde se podría haber sacado una foto de cualquier cosa que se vertiera al río (un punto más cercano a donde se sacó la foto). Consecuentemente, los mismos oponentes nos dan una prueba perfecta de que nada se vertió al río.

Saludos

Unknown dijo...

Agregué un archivo de audio con la entrevista que me hizo el jueves 31/01 Radio Sarandí, al final del artículo, por si les interesa. Hay una cosa mal en lo que digo, la torre donde el caño se rompió está a 1 km del río, no a dos. En esta foto se ve el recorrido que hubiera tenido que hacer la celulosa para llegar al río, si es que no hubiera el muro de contención y en forma fluida hubiese podido llegar a los pluviales. De cualquier manera, los pluviales tienen una pileta de decantación. O sea que aún en el hipotético caso que se hubiera salteado el muro de contención, ni siquiera en ese caso hubiera llegado al río, porque se hubiera separado en la pileta de decantación de pluviales. Todo esto no es para decir "no pasa nada" sino para ir entendiendo los mecanismos de control que existen para evitar que los accidentes puedan afectar el entorno, cosa que nos interesa a todos.

Unknown dijo...

Querido Néstor:
Me he permitido subir a nuestro sitio tu explicación sobre el nuevo "derrame tóxico" y enlaces a tus crónicas sobre la visita a Botnia.
http://www.ecouruguay.org/xnwslite.php?m=amp&nw=MTM4NA.
Quedó formando parte de la nota que publicamos ese mismo día, una especie de contra-homenaje al mal periodismo que nos envenena día tras día. Lo malo es que para ese envenenamiento (que surte efecto inmediato pero también a largo plazo) no hay planes de contingencia, ni comisión de seguimiento, ni monitoreo conjunto que valgan.
Un abrazo

Unknown dijo...

Jorge:

Sos por supuesto más que bienvenido. Cuanto mayor difusión podamos darle a la realidad, menos resquicios les quedarán disponibles a las mentes oscurantistas.

Un abrazo.