viernes, 23 de noviembre de 2007

Quo usque tandem abutere, Fabianus, patientia nostra?

Lucio Sergio Catilina fue un político romano del siglo I a.C., el último siglo de la República Romana. Catilina, como se lo conoce comúnmente, se oponía al poder del Senado, al cual consideraba corrupto, e intentó una jugada magistral: hacerse elegir Cónsul y luego conspirar desde dentro del sistema para dar un golpe de estado.

Las urnas le fueron adversas y en su lugar salió electo Marco Tulio Cicerón, un abogado de potente y convincente oratoria, que debutara en el año 80 a.C. defendiendo a Sexto Roscio Amerino, hijo, enfrentado a Crisógono, protegido del dictador Lucio Cornelio Sila, obteniendo desde ese entonces sucesivos éxitos que lo transformaron en una de las luminarias de Roma.

Al comprobar que Cicerón había sido electo Cónsul, Catilina decidió asesinarlo, pero un tal Curión previno a aquel y el intento no tuvo éxito. Cicerón se embarcó entonces en conseguir pruebas tanto del intento de asesinato como de la conspiración que Catilina encabezaba para subvertir el orden del Estado y cuando lo hubo hecho convocó una sesión especial del cuerpo para presentar las pruebas.

Cuál no sería la sorpresa de Cicerón al constatar que reunido el Senado, Catilina estaba presente. Frente a él, Cicerón pronunició la primer de sus cuatro Orationes in Catilinam o, como se las conoce en Español, Catilinarias. Esta famosa primera pieza oratoria lleva el título Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? y dice:

"O tempora! O mores!" Senatus haec intellegit, consul videt: hic tamen vivit. Vivit? immo vero etiam in senatum venit, fit publici consilii particeps, notat et designat oculis ad caedem unumquemque nostrum: nos autem, fortes viri, satisfacere rei publicae videmur, si istius furorem ac tela vitemus. Ad mortem te, Catilina, duci iussu consulis iam pridem oportebat, in te conferri pestem quam tu in nos omnes iam diu machinaris”

o, traducido al Español:

"¡Oh tiempos! ¡Oh costumbres! La patria está en peligro, el cónsul amenazado de muerte, y tú, el causante de todos estos males, vives. ¿Qué digo vives? Más aún: tienes la desvergüenza de presentarte aquí entre los padres de la patria e ir diciendo con la mirada a cada uno de nosotros que vamos a morir. Nosotros, personas valientes y honradas parece que ya hacemos bastante por la república si conseguimos evitar la cólera y el furor de éste. Tú, que si los cónsules fuéramos como debiéramos ser, no saldrías libre de aquí, sino que te entregaríamos a los guardias para que te llevaran preso a la cárcel, y amontonaríamos sobre ti toda la peste y perdición, que desde hace tiempo estás pensando en lanzar contra nosotros”.

Catilina y Cicerón murieron hace ya más de 2000 años, pero hubo, hay y habrá dignos émulos del conspirador desvergonzado, que maquiavélicamente desentendidos de los medios y goebbelianamente machacones en la mentira, buscan fines inconfesos e inconfesables resguardados en las mejores tradiciones de las sociedades abiertas.

El Sr. Fabián Magnotta es el Director Periodístico de Radio Máxima, un medio de prensa de Entre Ríos, declarado enemigo del emprendimiento de Botnia en Uruguay, medio que reparte epítetos y descalificativos gruesos hacia los gobernantes uruguayos y cualquiera que ose estar a favor de la racionalidad y las decisiones soberanas y responsables de Uruguay. Ya se sabe que el conflicto vende, Radio Máxima lo alienta y goza de esa manera de popularidad y (presumimos) ingresos.

Presumimos también que el Sr. Magnotta es periodista, si bien este despacho de prensa nos informa que fue expulsado del Sindicato de Prensa de Entre Ríos por irregularidades en el manejo de fondos del sindicato. Reproduciendo lo que dijera RADIO LA VOZ de Paraná, Entre Ríos, en efecto:

PARANÁ, 09 OCT (LAVOZ901.COM.AR) [08:49 ]
- La Asamblea Extraordinaria del Sindicato de Prensa de Entre Ríos, con la fiscalización del Ministerio de Trabajo de la Nación,
expulsó como afiliados y removió de sus cargos a los integrantes de la comisión directiva Rubén Antonio Sarmiento, Roberto Caballero, Juan Bracco (Agencia APFDigital), Eduardo Unamunzaga, Fabián Magnotta (Radio Máxima - Máxima OnLine), Osvaldo Sosa y Liliana Arellano, al considerar que cometieron faltas graves y violaciones al Estatuto, en forma sistemática y reiterada, en el desempeño de sus funciones. La medida se promovió a causa de una causa judicial por irregularidades en el manejo de fondos de propiedad del gremio, depositados en una cuenta en el Nuevo Banco de Entre Ríos.

Radio Máxima, bajo la dirección periodística del Sr. Magnotta, se especializa en entremezclar en las informaciones, especialmente en sus títulos, juicios de valor peyorativos para Uruguay y los uruguayos. Un ejemplo de los numerosos que pueden encontrarse -basta acceder al sitio web de la radio, cualquier día a cualquier hora para encontrarlos- es el que se muestra en la imagen debajo


Se lee en la "noticia", "Es la primera vez que un funcionario del gobierno admite lo que todos sospechan y los gobiernos, los medios comprados y la empresa corrupta tapan".

Como cualquier lector imparcial puede observar, el uso de términos como "todos sospechan", "reconoce", "medios comprados". "empresa corrupta" tienden a generar en el público la reacción requerida. Desprestigio para la empresa, desprestigio para Uruguay, desprestigio para la prensa uruguaya, desprestigio para el Gobierno uruguayo, temor a lo que pasará, magnificación de un incidente basados en las palabras de un funcionario que dió una opinión como la de cualquier mortal, generalización para imbuir el miedo en los escuchas.

Es interesante ver cómo podemos calificar al Sr. Fabián Magnotta.

El Sr. Magnotta es un mal periodista. Le falta oficio, pues si quisiera presentar imparcialmente la posición de los fraybentinos (es decir, si quisiera saber la verdad sobre si hay o no constantes ruidos y olores) podría hacer una compulsa de la opinión de diversos fraybentinos. No lo ha hecho, lo que demuestra que no le interesa la verdad o no es lo suficientemente hábil y capaz como para averiguarla. En lugar de realizar una investigación correcta de la noticia, como la realizada por ejemplo por Radio El Espectador, prefiere dar informaciones parciales, que desinformen activamente, con propósitos que el lector desapasionado juzgará. En particular, viola el siguiente enunciado del código deontológico del periodista

2. El periodista debe explicar la verdad.
La mayoría de códigos éticos asumen que la verdad, la objetividad y la imparcialidad no existen de forma absoluta. No obstante, sí que existen procedimientos que permiten aproximarnos a informaciones veraces, o cuando menos a alejarnos de informaciones deformadoras o falsas. Es recomendable trabajar recogiendo testimonios de diversas fuentes, contrastando informaciones, documentando la información, rectificando cuando se pone de manifiesto un error y otorgando derecho de réplica a los sujetos de la información. La especialización también ayuda, aunque no es garantía de por si.

Magnotta es un mal periodista. Su falta de ética es evidente, al acusar a sus colegas de "medios comprados", sin especificar cuales son ni dar prueba alguna de el supuesto pago para comprar su silencio. Viola entonces este artículo del código deontológico.

3. El periodista debe respetar a las fuentes y a los sujetos de la información.
En la mayoría de legislaciones el derecho de información queda limitado por otros derechos fundamentales de los ciudadanos: derecho del honor, de la intimidad, de la propia imagen, de la presunción de inocencia, así como derechos especiales hacia la infancia y la juventud.

Magnotta es un mal periodista. Permite que sus juicios de valor o el de los periodistas a su cargo califiquen una noticia, sin separar correctamente información y opinión. En particular, viola también el siguiente enunciado en el código deontológico.

4. El periodista no debe mezclar información y opinión.
La legislación deja claro que la libertad de expresión y la libertad de información no deben confundirse. Los libros de estilo de todo medio también marcan una clara distinción entre información y opinión. En la práctica, esta división no está tan clara, lo que ha generado y genera un gran debate en facultades de periodismo y redacciones.

En suma, da para decir, como titulamos este artículo

Quo usque tandem abutere, Fabianus, patientia nostra?
¿Hasta cuándo, Fabián, vas a seguir abusando de nuestra paciencia?





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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente!

Anónimo dijo...

Coincido tanto con la descripción que discrepo con la conclusión: Magnotta no es periodista. Es un mentiroso irresponsable que hoy lucra con el terror como mañana puede hacerlo con cualquier otra cosa que pueda transformar en mercancía.
Inventar títulos a partir de hechos inexistentes no es ni siquiera mal periodismo. Por eso, sus violaciones a la ética profesional son más que eso: son herramientas funcionales a su negocio. ¿Cómo va a contrastar fuentes, si sabe positivamente que está mintiendo? ¿Cómo va a separar información de opinión si no tiene información, sólo insultos a partir de hechos inventados para tener un pretexto?
Mercenario y demagogo de la peor especie, un día podremos verlo como relacionista público de una multinacional contaminante, insultando a los que piensen distinto sin que le tiemble la voz. O, más probablemente, como buen hijo de McCarthy, termine olvidado, borracho, carteándose con sus pares de CX36, asqueados de estos "pueblos cornudos" que les dieron la espalda.

Gus dijo...

Estamos de acuerdo en que Magnotta no clasifica como periodista sino que sólo tiene un medio de difusión, que son dos cosas diferentes.
Bajo su dirección en su radio Máxima se oyen todo el tiempo cosas tales como:
"Buenos días amigos... si es que se puede llamar buen día al día de hoy, que comenzó a operar la pastera asesina de Botnia"... Un espacio contratado por la ACAG? No, así comenzaba una transmisión de basketball el relator deportivo de la emisora.
Eso mama Gualeguaychú día a día de la radio gracias a personas como Magnotta.

Obviamente en lo referente al conflicto binacional su dimensión periodística es nula, milita como simple agitador. Preocupa (y mucho) su ética como ciudadano y el monstruo que sigue esforzándose en crear. Con mucho esmero eso sí, la virtud de la tenacidad no se la podemos negar.

Unknown dijo...

Agradezco a todos los comentarios.

A diferencia de en otros threads, evitaré en este comentar sobre los comentarios. Sólo me importa señalar que el Sr. Fabián Magnotta está en conocimiento de este artículo que le fue entregado para que lo leyera.

Por supuesto tiene abiertas las puertas para dar su versión de los acontecimientos si quiere hacerlo.