El camino de Santiago. Día 1

 

Resumen
Con el periodista de Radio Nederland Sergio Acosta recorrimos parte del escenario uruguayo del conflicto con Argentina por las plantas de Celulosa. En eta primera parte se hace el relato de nuestra visita a Conchillas, a Mercedes y la llegada a Fray Bentos, con entrevistas y opiniones que tienen mucho que ver con la parte social del conflicto.

El Camino de Santiago es una ruta que conduce a los peregrinos de toda Europa hacia la ciudad de Santiago de Compostela, donde se encuentra la Basílica que contiene las reliquias del Apóstol Santiago el Mayor. Fue particularmente concurrida en la Edad Media y hoy por hoy vuelve a tener atractivo entre muchas personas que reviven sus etapas en un peregrinaje moderno. Sin intentar para nada ser irrespetuoso con quienes comulgan con la confesión católica, se me ocurrió que había una analogía entre este camino y el que recorrimos Sergio y yo en nuestro peregrinaje para encontrar la o las verdades sobre Botnia y el ya eternizado conflicto entre Uruguay y Argentina por este tema.

Claro, me faltó contarles quien es Sergio y como se inicia esta historia. Sergio es cubano y vive desde 1986 en Holanda, después de haber estudiado en Hungría. Trabaja para Radio Nederland, donde tiene un programa, Artículo 1, que se centra en paz, seguridad, justicia y derecho internacional, con énfasis en la defensa de los derechos humanos. Está conformado por entrevistas, informes, comentarios, reportajes, análisis y debates sobre temas mundiales de actualidad, conflictos olvidados o no conocidos, y con un enfoque hacia América Latina. En ese contexto es que decidió realizar una visita por Argentina y Uruguay para conocer directamente la realidad social que rodea el tema del corte del puente internacional y el conflicto Argentina-Uruguay.

Con Sergio nos conocimos el año pasado cuando me sublevó un poco el artículo publicado en la radio por uno de los portavoces de la ACAG, el Dr. Fabián Moreno Navarro. Desde ese entonces empecé a hacer comentarios en la sección que ellos denominan "reacciones" y algunas de mis reacciones ameritaron intercambios interesantes de correo electrónico con Sergio. Esto culminó en que Sergio me invitara a publicar un artículo en la misma radio, donde refutamos las afirmaciones sin base fáctica que probablemente Uds. conocen de memoria. Asimismo, Sergio me dijo que le gustaría entrevistarme cuando el año próximo (2008) viniera a Uruguay. En eso quedamos y así transcurrió el tiempo.

Sergio: Oye, estoy yendo para allí, me gustaría ver que gente entrevistar...
Néstor: Sería bueno que visitaras Conchillas, por Ence, y Fray Bentos...
Sergio: Pues, sí, sólo que no tengo suficientes contactos ahí, te agradecería que me ayudaras algo...
Néstor: Mira, ¿por qué no vamos juntos? Te acompaño y hacemos un peregrinaje por las rutas de Uruguay...
Sergio: Oye, ¿sí? pues ¡excelente!...

Y, si bien muy abreviado el diálogo por razones de espacio, así surgió la idea de este peregrinaje por los monocultivos, los eucaliptus sedientos, las multinacionales finlandesas piratas y los ignaros y sometidos uruguayos... que existen por supuesto sólo en la mente de algunos extraviados. Esta serie de cuatro artículos relata nuestro periplo de Conchilllas a Fray Bentos pasando por Balseiro Savio, de Botnia a Delia Villalba pasando por Lafluf, y de Gros Espiel a Alicia Torres, pasando por la Dirección Forestal, con un remate epilogal en el Mercado del Puerto y de postre los resultados de los análisis ambientales a Marzo de este año, proporcionados por la Dinama y que tan reclamados han sido por diversas fuentes.

Acordamos encontrarnos en Colonia del Sacramento, a medio camino de Buenos Aires, donde se encontraba Sergio, y la Muy Fiel y Reconquistadora, donde me encontraba yo. Turil mediante, llegué a Colonia 15 minutos más tarde de la supuesta hora de aribo de Sergio, quien, Buquebús mediante, llegó media hora tarde. Así, reconciliados con la tarda idiosincrasia nacional por la solidaria ayuda de nuestros vecinos, se encontraron cubano y uruguayo en el puerto de la antigua ciudad colonial portuguesa.

Creo que en diez minutos decidimos ambos que nos caíamos bien mutuamente. Tener los ojos al mismo nivel y usar el mismo número de cinturón -una forma muy elegante de decir que ambos carecemos de atributos longilíneos- estableció una creciente camaradería, alentada por la voz suave y el modo calmado de Sergio que lo convirtieron en excelente compañía para el camino. La primer aventura graciosa fue conseguir un auto o, mejor dicho, que nos entregaran un auto en buenas condiciones. La primera vez nos tocó un Volkswagen muy deslucido y con serias marcas de profundo deterioro en sus 120.000 kilómetros registrados. Sin duda clamando por una mejor vida, se deshizo de nosotros mediante un molesto pitido que no nos dejaba superar los 40 km/h. Vueltos a devolverlo, la otrora innominada morocha de ajustadísimos jeans que nos atendiera la primera vez, adquirió ya un nombre, Erika, y con excusas profusas nos cambió a un Corsa varios años junior al VW que dejamos descansando junto al cordón de la vereda. Con este auto ya un poco más moderno llegamos hasta el casco antiguo donde decidimos tomar un café, no sin antes notar que la palanca que accionaba el limpiaparabrisas estaba completamente suelta e irreparable. Terminado el café, vueltos a la alquiladora, estacionado el Corsa detrás del venerable VW, silente ahora, saludamos a Erika ya como si fuera una especie de prima lejana, y conseguimos un salto interesante hacia un Fiat Siena completamente contemporáneo y con suficiente sitio en el baúl como para mucho más equipaje que el que portábamos. La tercera fue por tanto la vencida y enfilamos por la ruta 21 hacia el pueblo de Conchillas.

Sería imposible describir todo lo que hablamos durante el viaje, tanto en ese momento como en los días siguientes. Mi propósito fue, sin abandonar por supuesto mis convicciones razonadas sobre este conflicto, darle a Sergio la oportunidad de indagar en todo lo que ha sido denuncia de tipo social, político y técnico. Nuestra primer parada en Conchillas entonces obedeció justamente al deseo de explorar una comunidad en vísperas de un proceso similar al que ya culminó en Fray Bentos por parte de Botnia, centrándonos no en los aspectos técnicos sino en los sociales.

Conchillas es un pueblo que superficialmente parece seguir durmiendo el sueño de los justos, aunque en menos de un mes empezará a verse conmocionada por la llegada de miles y miles de "extranjeros". Nos reciben integrantes de la Sociedad de Amigos de Conchillas, uno de cuyos integrantes es el Presidente de la Junta Local de gobierno de la pequeña comunidad, Aníbal Cabrera, productor agropecuario. La conversación con ellos nos mostrará que ese sueño no es tal.

A medida que Sergio vaya armando los programas donde se emitan las entrevistas que ha hecho a tantas personas, las iremos vinculando a este sitio, por lo que yo me limitaré a dar un resumen de lo que pude extraer como conclusiones. En el aspecto técnico, los anfitriones se muestran preparados. Mencionan las numerosas consultas que han hecho, la información que han recopilado a través de i-net, su visita a Botnia, la entrevista que celebraron con la Junta de Fray Bentos, sin olvidar la mención al estudio del proceso de autorización de la pastera de Gunn's en Tasmania en relación con la quema de gases olorosos. Se muestran orgullosos de haber investigado y conocer "mucho más de lo que algunos suponen" y exhiben confianza en los organismos de control ambiental uruguayos, sobre todo en base a los resultados obtenidos por el funcionamiento de Botnia, que demuestran conocer. Desde el punto de vista social no rehúyen comentar sobre el impacto visual que tendrá la planta -"cuyas luces de noche podrán verse desde Buenos Aires, como hoy observamos nosotros las luces de allá"- y sobre aspectos como la disponibildad habitacional, la salud, el confort y la seguridad de los niños, y el impacto general que tendrá sobre la cultura de puertas abiertas del pueblo la venida de tantos forasteros.

Dos momentos particulares le pusieron una atmósfera especial a la entrevista. Adriana Sosa, una de las vecinas, hizo hincapié especialmente en el aspecto de la prostitución y sus giros y expresiones evocaron una atmósfera de pueblo chico, ligeramente puritano pero consciente de que existe el lado oscuro de la vida y que no hay que negar la realidad. Sus palabras me trajeron reminiscencias de Miss Marple en St. Mary Mead, lo que inmediatamente redondeó la Sra. Esther Giriboni, partera, al insistir sobre el aspecto de la seguridad y contarnos la conmoción causada por el hecho de que Conchillas tiene ya su primer crimen.

Fue en ese momento de lucidez que se me planteó la similitud total con una serie que me gustó mucho, llamada Midsomer Murders, donde el Inspector Barnaby, interpretado por John Nettles, debe resolver crímenes en una pequeña zona de la campiña inglesa. Y salvando las distancias, Midsomer y Conchillas, un sólo corazón. Más tarde Aníbal me describiría los detalles del insuceso en el que un conocido vecino perdiera la vida a manos de un trabajador que participaba en la limpieza del predio, la interacción con las autoridades de Policía, tanto para aclarar el homicidio como para prever que esa situación no se reprodujera en el futuro, y la interacción comunidad-empresa para mejorar los mecanismos de control, vigilancia y supervsión de las empresas subcontratadas para evitar la presenca de sujetos con comportamiento impropio entre los que participen de la obra.

Quizá la frase que mejor puede definir la actitud de este pueblo es no que confían en las instituciones, cosa que sí hacen, sino que confían en su capacidad de movilización para involucrar a las autoridades de seguridad y salud para mejorar las condiciones de vida, y confían en ellas y en la interacción con la empresa -que nos aseguran siempre les ha respondido bien- para mantener controlado el impacto que sufrirán como pueblo por algo que preven positivo y cuyos lados negativos están firmemente decididos a mitigar.

Nuestro periplo continuó ahora hacia Punta Pereyra, el verdadero sitio donde se está empezando a construir la nueva pastera. La principal sorpresa es que efectivamente el sitio queda relativamente lejos del pueblo. Unos quince minutos en auto nos separan de un predio donde sólo se advierte la actividad de desmalezado y de preservación arqueológica que se está efectuando. Cerca de allí, el Club de Pescadores está destinado probablemente a convertirse en uno de los polos de reunión de trabajadores, aunque más adelante la Profesora Delia Villalba nos dijera que le habían comunicado que ya se está empezando a construir el primer prostíbulo.

El camino nos condujo ahora a Mercedes, a visitar a nuestro querido amigo Jorge Balseiro Savio, el "Sapo", en su Sapicueva desde donde ejerce de Editor Jefe de las publicaciones del ICI. Allí empezamos a manejar el tema de las relaciones con el corte de Gualeguaychú. Balseiro nos puso al tanto de los rumores sobre posible levantamiento del corte y cuales son las influencias que se mueven detrás de ello, cosa que se refleja en estas palabras escritas en Análisis Digital:

El año y medio de bloqueo no ha sido entonces celebrado. Varios asambleístas reconocieron ante la consulta periodística que el corte ya no se soporta más, y que incluso se está cayendo por su propio peso porque son contados los vecinos que cumplen turnos en la trinchera de Arroyo Verde. Miles irán a una caravana, apenas decenas irán al corte.

Los teléfonos ya no están abiertos como antes. Los asambleístas prefieren no opinar en público. Y admiten que los vecinos que siguen sosteniendo el corte están convocando en estas horas a una suerte de concurso de ideas para salir airosamente del bloqueo en todo sentido.

También nos habló de la situación social de Fray Bentos. lo que es un punto particularmente interesante porque las baterías de los ambientalistas, ya prácticamente desesperados de encontrar ningún indicio de contaminación -pese a lo que diga Ambito Financiero- se han volcado ahora a intentar demostrar que Fray Bentos es un pueblo fantasma ganado por la desesperanza y la falta de oportunidades. Para ello se basan fundamentalmente en un informe elaborado para el suplemento ¿Qué Pasa? del diario El País, cuya explicación detallada puede verse en El Día de Entre Ríos. Periodistas ambos, Sergio y Jorge aprovecharon para reportearse mutuamente.

Nuevamente ahora en la ruta 2, ya al caer de la tarde, fuimos aproximándonos a Fray Bentos y cruzándonos varias veces con camiones cargados de madera, cuyo destino final es Botnia. Esos mismos camiones que, de acuerdo a lo que dicen los ambientalistas, incluida la Prof. Villalba, son tan pocos que permiten suponer que las planta funciona a sólo una ínfima parte de su capacidad. En un artículo en Radio Nederland firmado por Carolina Gil Posse -perdón, Carolina, por haber sido medio ácido en la crítica a tu artículo; no daba para preocuparse tanto- pueden leerse las declaraciones de Frizler, citadas por Nibnip

.-¿Y por qué las aguas del río Uruguay permanecen limpias, al punto que los turistas llenan los balnearios de la zona?
. -Porque Botnia solamente lleva trabajando 60 días y lo hace a un 10% de su producción. Si el agua ya estuviera podrida, dentro de un año no quedaría ni la arena. La contaminación llegará de a poco y demorará mucho tiempo en irse. Para que no se note, quieren que la gente crea que trabajan.
. -Si no trabajan, ¿cómo explica las barcazas cargadas de pulpa de celulosa que salen de la planta?
. -Lo que pasa es que empezaron a trabajar antes. Cuando decían que hacían pruebas, en realidad estaban acumulando planchones de pasta. Ahora dicen que producen el 70% de su capacidad, pero es mucho menos. Lo que mandan en las barcazas es material acumulado desde antes para que no se note la contaminación.
. -¿Cómo sabe que esto es así? ¿Tienen informantes?
. -Lo sabemos por muchas cosas. Basta ver los pocos camiones que entran a la planta con madera y la forma de funcionar. Tenemos contactos adentro que nos dicen cómo son las cosas.

En fin, que como se demuestra por lo que dice el artículo antes citado de Análisis Digital a los asambleistas lentamente se les viene la noche. Nosotros entretanto, con la invalorable ayuda de Luis Anastasía en el teléfono, seguimos confirmando reuniones para el próximo día en la ciudad de Fray Bentos.

Llegamos ya anochecido y recorremos la ciudad de una punta a otra, ya que nuestro alojamiento se encuentra casi en un extremo de Fray Bentos, mientras que ingresamos por el extremo contrario. Predispuesto a encontrar una ciudad en decadencia y desesperanza, Sergio se asombra por como luce la pequeña ciudad, ordenada y limpia, con sus comercios bien instalados, prolijos y ordenados, las luces de tráfico organizando un tránsito intenso de autos y ciclomotores. Ciertamente Fray Bentos no se parece en nada a la imagen catastrofista que dan los ambientalistas, cosa de la que tomamos nota para conversar con el Intendente Lafluf, con quien nos reuniremos el día siguiente a la tarde. La buena impresión se confirma en nuestro hospedaje, la Posada del Fraile Bentos, una antigua casona reciclada que alguna vez pretendió ser un lugar de tango y encontró su destino definitivo para alojamiento del turista. Además del buen aspecto general del ingreso, el patio y el jardín, nos asignaron dos inmensas habitaciones -la mía tenía unos 40 m2- con todas las comodidades de un hotel cuatro estrellas combinadas con pisos de madera reluciente y altos ventanales con postigos de madera. Un placer pernoctar allí.

Ya repuestos un poco del largo viaje, mantuvimos la última entrevista del día, con Eduardo Irigoyen, periodista y empleado municipal del Area de Cultura de la Intendencia de Río Negro, con quien conversamos justamente de las condiciones sociales y económicas del Fray Bentos de hoy, luego del boom de la fabricación de la planta. Dos puntos importantes que acordamos con Eduardo fueron el que nos consiguiera una entrevista con la Profesora Delia Villalba, y que fuéramos a recorrer Fray Bentos, para ver el barrio residencial de los finlandeses, el barrio obrero donde vivieron los miles de trabajadores que participaron en la construcción, y los barrios más pobres de Fray Bentos, a efectos de constatar si es cierto o no que existe un cinturón de pobreza y familias marginales que quedaron desplazadas luego del agotamiento del boom de la construcción, extremo que Eduardo niega fervorosamente.

De la conversación con Eduardo, finalmente en torno a unas milanesas napolitanas con fritas y varias rubias cervezas coronadas de espuma, rescato una imagen:

Fray Bentos hoy es como el anfitrión que dio una fiesta para muchos amigos, comió, bebió, rió y disfrutó intensamente, y cuando la fiesta termina y los amigos se fueron descubre que no sólo le queda el placer disfrutado y la amistad intacta de sus amigos que ya no están, sino también el deber de ordenar la casa y lavar los platos, así como pensar en la manera de poder organizar una nueva fiesta.

Me pareció una reflexión interesante, con la cual ya derrengados por el largo viaje -ambos lo empezamos a eso de las 6 de la mañana- decidimos dar por finalizado el día y prepararnos para las visitas del siguiente: Botnia, Omar Lafluf, Leopoldo Cayrús, Delia Villalba, la recorrida por Fray Bentos y el viaje de regreso a Montevideo. De lo cual les contaré más en el próximo artículo.

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