lunes, 24 de marzo de 2008

Non facciamo confusione...

 


Toda persona medianamente aficcionada a la ópera ha visto por lo menos una versión de la obra de Giacomo Rossini, Il Barbiere di Siviglia. Aún quienes nunca irían a la ópera aunque los arrastraran con caballos salvajes, han escuchado hablar de Fígaro y su superfamoso Largo al Factotum

Figaro qua, Figaro la,
Figaro qua, Figaro la,
Figaro su, Figaro giu,
Figaro su, Figaro giu.

Pronto prontissimo son come il fumine:
sono il factotum della citta.
(della citta, della citta, della citta, della citta)

La obra es una celebración del amor triunfante ─aunque hay quien mantiene que se trata de cómo Rosina, como toda mujer rossiniana, hace lo que quiere de los hombres que la pretenden, Bártolo y el Conde de Almaviva─ que termina con el excelente coro "amore e fede eterna si vegga in voi regnar". Entre otros pasajes estupendos, tiene uno del cual tomé el título para este artículo. Se trata del momento en el cual Almaviva se le revela a Rosina como tal y no como el pobre pretendiente Lindoro, y ambos se extasían en arrumacos, mientras Fígaro, atento a los ruidos que escucha de personas que llegan canta

zitti zitti, piano piano,
non facciamo confusione,

per la scala del balcone,

presto andiamo via di qua

La razón para usar ese título está en algunas conversaciones que he tenido con un par de lectores del blog sobre el alcance de las MTD (Mejores Técnicas Disponibles) y la situación creada con la papelera argentina Papel Prensa. Esta situación se origina en una noticia que le pasé a Jorge Balseiro Savio y que él distribuyera y comentara un par de veces en artículos anteriores. Como Jorge ha comentado en ICI, esa noticia no ha tenido repercusión alguna, por lo que se especula que se trata de algún tipo de jugada política (la interna K, teniendo en cuenta que uno de los Fernández está metido adentro y que se ha especulado con el ataque del diario Clarín a la Dra. Picolotti sobre la base de una inspección previa de la SAyDS a Papel Prensa). Sea una jugada política o no, el hecho ha disparado interesantes discusiones sobre el punto que ya hemos tratado muchas veces de la "contaminación" causada o no por estas fábricas y el uso laxo o mediante definición estricta del término. Quien quiera profundizar puede consultar todo lo que escribimos (mis comentaristas y yo) en artículos previos.

Lo que quiero discutir acá es otra cosa. O mejor dicho, otras cosas. Por un lado me interesa destacar que hay que tener cuidado cuando se comparan plantas de distinto tipo. Papel Prensa y Botnia son diferentes en más de un aspecto, que voy a condensar a continuación.

  1. Papel Prensa es en última instancia una fábrica de papel para periódico; la obtención de pulpa de celulosa es subsidiaria a ese cometido fundamental. Botnia es una planta de fabricación de pulpa de celulosa y no fabrica papel.
  2. Papel Prensa obtiene la mayor parte de la pulpa que emplea (141.000 toneladas) en un proceso semiquímico, 15.000 toneladas a partir de papel reciclado y 14.000 toneladas en un proceso químico. Botnia obtiene 1.000.000 de toneladas con un proceso químico.
  3. Las MTD que se aplican en un caso y el otro son diferentes. Por ejemplo, para una fábrica de pasta Kraft blanqueada, como Botnia, la combinación adecuada de MTDs se expresa en niveles de emisión al agua de DQO de 8-23 kg/ADt y de DBO de 0.3-1.5 kg/ADt. Pero, si se trata de una planta que en lugar del proceso Kraft (sulfato) use el proceso al sulfito (mucho menos, pero las hay) los límites respectivamente son 20-30 kg/ADt y 1-2 kg/ADt. Para el caso de una planta como Papel Prensa, que por un lado prepara pasta con un proceso mixto y por otro prepara papel, los MTD se deben considerar como las de pasta termoquímicomecánico (CTMP) y sumarle las de papel teniendo en cuenta que se emplea un proceso de destintado. Eso da 12-24 kg/ADt para DQO y 0.55-1.2 kg/ADt para DBO.

Del último punto debería resultar claro algo que todos ─yo el primero─ alguna vez confundimos. Los límites MTD no son en realidad límites de emisión pensados para otorgar permisos ambientales, sino rangos de emisiones esperadas si se combinan adecuadamente las mejores tecnologías disponibles a usar como guía para determinar las opciones posibles en casos específicos. El hecho de que las emisiones de una fábrica estén por encima del límite superior de las MTD no significa automáticamene que la fábrica contamine, en el sentido estricto que le estamos dando a la contaminación. Dependerá por ejemplo del tamaño y el flujo del curso de agua al que vierta sus emisiones si contamina o no. No es lo mismo verter al océano, por ejemplo, que al Río Paraná o al Río Cruces. Donde se determinan específamente los límites de emisión tolerados en función de consideraciones técnicas por un lado y sociales, económicas y políticas por otro, es en los permisos respectivos de operación de las plantas. Por supuesto, si a una planta se le permite operar en determinadas condiciones será porque la evaluación resultante indica que ése es el límite de alteración del ambiente que se está dispuesto a aceptar en función del conjunto de consideraciones mencionadas. La discusión sobre si se está aceptando o no contaminación en una situación particular discurrirá por carriles técnicos (se deberá demostrar que hay o que no hay daño al ambiente respectivamente) pero también políticos y sociales.

Hay un documento reciente del Instituto del Ambiente de Finlandia (preparado por Pia Nilsson, Karina Puurunen, Petri Vasara y Timo Jouttijärvi) que se llama "Continuum - Rethinking BAT Emissions of the Pulp and Paper Industry in the European Union" y que tiene una interesante discusión del punto que señalo más arriba. En particular enfatiza el concepto de que los niveles de emisión de las MTD no son permisos de operación y señala que confundirlos es erróneo por las siguientes razones:

  1. Los límites de emisión de un permiso se basan en legislación nacional (yo añado, o regional; el mejor ejemplo es la incorporación a los permisos de Botnia de los límites de vertido impuestos por el Digesto de la CARU para el río Uruguay).
  2. Se deben considerar las condiciones locales (ambientales y socioeconómicas) al definir los límites de los permisos. Las condiciones locales pueden demandar límites más o menos estrictos que los límites de emisión de las MTD (no es lo mismo el río Cruces que el océano, por ejemplo).
  3. Los permisos deben determinarse caso a caso, teniendo en cuenta las especificidades de cada unidad productiva (p.ej. no es lo mismo trabajar con pino que con eucalipto; en el primer caso el contenido de compuestos orgánicos volátiles y de ácidos resinosos es mucho mayor que en el segundo; tampoco es lo mismo una fábrica que produce papel estucado que una que produce papel para oficina; etc).
  4. Los niveles de emisión en las MTD son promedios anuales, que no deberían usarse (yo añado, exclusivamente) para determinar los permisos.
  5. Los valores de las MTD presentados en el BREF no han sido obtenidos en una forma sistemática, sino que provienen de fuentes heterogéneas.
  6. El propio BREF lo dice explícitamente: “The purpose is thus to provide general indications regarding the emission and consumption levels that can be considered as an appropriate reference point to assist in the determination of BAT-based permit conditions or for the establishment of general binding rules under Article 9(8). It should be stressed, however, that this document does not propose emission limit values.

En conclusión, es tan erróneo desestimar las
MTD como sacralizarlas. Espero que podamos mantener alguna interesante discusión sobre este punto, así eso me ayuda a clarificar mis propias ideas.

Para concretar estas consideraciones, pasemos a ver un ejemplo práctico comparativo de tres plantas muy diferentes: Botnia (Uy), Papel Prensa (Ar) y Pamer (Uy). La primera es únicamente
una pastera, de última generación, con una producción grande (1.000.000 de toneladas anuales) y una combinación apropiada de técnicas MTD en toda su construcción y operación. La segunda es una fábrica de papel con tecnología de los 80, con proceso químico, semiquímico y reciclado, de produción media (170.000 toneladas de pulpa y papel anuales). Tiene tratamiento primario y secundario (no biológico, sólo aireación) de efluentes líquidos, pero carece de técnicas MTD en varios puntos (tratamiento biológico, condensación de filtrados, etc). La tercera es la ya vista Pamer, una fábrica pequeña con tecnología bastante vieja, que produce unas 5.000 toneladas anuales de pasta (mitad y mitad semiquímica y química) y vierte los efluentes líquidos directamente al río sin tratamiento alguno.

En la siguiente tabla tenemos un resumen de los
aspectos más relevantes respecto a las emisiones de DQO y DBO.



Quienes sólo estén interesados en el tema del cumplimiento de las MTD y la posible contaminación, pueden saltearse hasta la discusión de las bottom lines que están marcadas en celeste. Primero voy a discutir dos o tres puntos respecto a los valores que están en esta tabla y como fueron obtenidos.

  • Es extremadamente difícil conseguir valores de emisiones de las plantas pasteras o papeleras de Argentina. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) de Argentina tiene un plan llamado Plan de Reconversión de la Industria de la Celulosa y el Papel (PRI-CePa) que en su descripción permite conocer cuales son las industrias en Argentina y que procesos usan. El plan aspira a lograr el cumplimiento progresivo de 11 metas para las pasteras y 10 para las papeleras a través de la implementación de acciones que permitan la incorporación de las MTDs en las empresas. Dicho Plan comenzó su implementación con la firma de un acuerdo con la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel, institución que nuclea a las empresas de mayor envergadura dentro del sector, extendiéndose a partir del mes de marzo de 2007 a todas las empresas. Sin embargo, la SAyDS no posee aún, al menos en forma pública, una descripción detallada de las emisiones y tecnologías empleadas por cada industria.
  • Los valores usados para Papel Prensa provienen de dos fuentes. El caudal de efluentes está especificado en el sitio de la propia empresa. Los rangos de concentración de DQO y DBO en el efluente están en un artículo de la propia SAyDS relatando una visita realizada el 9/3/07. No es claro si estos valores son puntuales o promedios anuales y personas conocedoras me han comentado que posiblemente sean demasiado altos (i.e. que las emsiones reales de Papel Prensa sean menores que eso).
  • Los valores usados para Botnia son a Febrero de 2008 y provienen de los datos presentados a la Comisión de Seguimiento. Estos datos son obtenidos por el LATU trabajando bajo contrato para Botnia (es decir, no por el LATU trabajando para el estado como organismo de control). Están respaldados tanto por el LATU como por la Dinama (integrante de esa Comisión y garante de la información que ahí se brinda) aunque los datos propios de la Dinama ─que he comprobado que existen y que son concordantes con los que estoy mostrando─ no están disponibles públicamente aún.
  • El funcionamiento de la Dinama es doble. Por un lado obtiene algunos datos propios ─que aún no ha publicado─ y, por otro, mediante visitas, programadas unas y sorpresivas otras, audita los procedimientos por los cuales los datos de emisiones son obtenidos por la fábrica. El caso sintomático son los datos oficiales de emisiones gaseosas. Si bien los datos dicen "obtenidos por Botnia" en realidad se trata de medidas automáticas realizadas por los aparatos que van a una única carpeta a la cual tienen acceso tanto la fábrica como la Dinama. Lo que este último organismo hace es verificar que los aparatos funcionen conforme a las especificaciones y que las medidas que ellos reciben son las mismas que recibe Botnia y que se despliegan en las pantallas para el público en Fray Bentos. Por esa razón ─el control ejercido por Dinama─ es que podemos emplear los datos conocidos como semioficiales sin desesperarnos por conocer los "oficiales" de Dinama (que deben ser absolutamente similares).
  • Hay dos datos para el caudal del río Uruguay. Uno proviene del estudio realizado entre los años 1931 y 2001 sobre los ríos Paraná (tramo Paraná-Santa Fé) y Uruguay (a la altura de Concordia). Tiene la ventaja de que al estar hecho por los mismos autores la metodología es la misma y los datos comparables, pero la desventaja de que está hecho en una zona lejana a Botnia. El segundo dato proviene del EIA de Botnia y es el valor en Fray Bentos, un 50% mayor que el valor en Concordia.
  • Finalmente, los datos de Pamer están tomados del informe de la CFI y del sitio de la propia empresa. Aunque Pamer produce nada más que 5.000 toneladas de celulosa anuales, ése es sólo un 20% de la celulosa que emplea para producir papel (ver el artículo sobre Pamer en este mismo blog). De ahí el valor de 25.000 tonelada incluido en la Tabla.

Dicho todo lo anterior, podemos ver que sólo Botnia
cumple con las emisiones MTD, mientras que Papel Prensa y Pamer están fuera de ellas. El caso más "escandaloso" es por supuesto Pamer, que no tiene tratamiento de efluentes, y en ambos casos se ve que hay un mayor problema con la DBO que con la DQO.

Ahora bien, y acá es donde se aplica la discusión respecto a como los permisos de operación deben tener en cuenta no sólo las MTD sino su aplicación en los casos específicos, las bottom lines en celeste muestran que las contribuciones de las tres fábricas a la concentración de DQO y DBO en sus respectivos ambientes receptores ─expresa
das en mg/L─ son relativamente similares. De hecho, el tamaño menor de su producción y el caudal mayor del río receptor hacen que Papel Prensa contribuya menos DQO que Botnia incluso.

Para discutir si esto es o no contaminación tenemos que poner esos números en perspectiva. Y para ello vamos a hacer tres consideraciones.

1.- Los valores límites puestos en la tabla presentada en el artículo Fiat Lux! y que son los más exigentes recomendados por la Enviromental Protection Agency de Estados Unidos (USEPA) en el documento Parameters of Water Quality de 2001, son de 40 mg/L para DQO y 5 mg/L para DBO. Las contribuciones de las tres fábricas están en todos los casos muy por debajo de 1 mg/L.

2.- El registro histórico de los valores de los parámetros que discutimos en el artículo Vini, Vidi, Vinci... puede verse en esta publicación del gobierno argentino que da cuenta de los resultados de las campañas PROCON de la CARU en el período 1987-2005. En estas campañas PROCON estaba basado el diseño de las campañas PROCEL acordadas entre Argentina y Uruguay en 2004 para medir conjuntamente el impacto de las plantas de pasta y realizado en 2005. Este acuerdo fue posteriormente rechazado en 2006, por las razones conocidas. Simplificadamente, los datos del río obtenidos en las campañas PROCON pueden resumirse en la siguiente tabla




Eso muestra que el promedio histórico de DQO (22 mg/L) y DBO (4 mg/L) en las diversas estaciones del Río Uruguay en las inmediaciones de Botnia son menores a los estándares de la USEPA pero muchas veces mayores que las contribuciones efectuadas por cualquiera de las plantas consideradas a su respectivo río. Si bien los datos son propios del río Uruguay, pueden usarse como guía también para los otros ríos.

3.- Finalmente, puede recurrirse a los propios análisis del LATU sobre la línea de base del río Uruguay a la altura de Botnia, que están disponibles aquí. Mientras que en la inmensa mayoría de los casos no pudo detectarse DQO por encima del límite de medición del análisis (15 mg/L) para el DBO se registran diversos valores que graficamos en la siguiente figura


Lo que se aprecia en esta figura es que hay una enorme variación mes a mes en la DBO. Los valores registrados son DBO7, es decir promedios de 7 días de mediciones, así que es más que probable que si uno registrara valores diarios las oscilaciones fueran muy notorias. Comparando la variación natural de la DBO en el río antes de que Botnia operara, que puede ir desde 0.5 a más de 5 mg/L, es obvio que la contribución adicional de Botnia (0.002 mg/L) es ridícula en comparación. Lo mismo, por supuesto, sucede con las otras fábricas.

¿Cuáles son entonces las conclusiones generales? Podemos decir que el hecho de que no se implementen las MTD en uno o más sectores de una planta o que no se cumplan con los niveles de emisión MTD no es automáticamente indicativo de que una planta contamine. Ninguna de las tres consideradas contamina el receptor líquido al que descarga, pese a que una es MTD, otra lo es parcialmente y otra no lo es respecto a las emisiones líquidas. Aunque no lo ejemplificamos acá, cumplir con los límites de emisión MTD tampoco implica a priori que una planta no contamine. Los permisos deberán otorgarse teniendo en cuenta no sólo los niveles de emisión, sino los demás factores mencionados más arriba y que pueden implicar que aunque se cumplan los niveles de emisión MTD, la instalación de una planta en un lugar determinado sea inconveniente.

Un poco en serio, un poco en broma, podemos concluir también ─tomándoles el pelo amistosamente a mis amigos de allende el río─ que no alcanza con que sea argentina para concluir que una planta contamina.☺






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9 comentarios:

Anónimo dijo...

Néstor:

Un artículo muy detallado, fundamentado en mucha investigación. Muy claro.

Em varias ocasiones hemos intercambiado pareceres sobre el significado de contaminación. Yo creo que el uso incorrecto de las palabras hace que se desvirtuen. Cosa que sucede en este caso.

En general los sistemas funcionan en lo que se define como equilibrio dinámico o, dicho en otras palabras, oscilan dentro de ciertos rangos. A mayor amplitud de esos rangos los sistemas son menos sensibles a cambios provocados por variables exógenas. Cuando el equilibrio dinámico está dado por una variación de poca amplitud, entonces es más sensible a una posible afectación exógena.

Cuando por alguna razón, incluso por causas naturales, un sistema que tenía determinadas características cambia tanto que varía más allá de los rangos naturales que lo identificaban y no vuelve a sus condiciones anteriores, entonces ese sistema cambia y se transforma en otro, distinto, que puede ser peor o mejor que el anterior.

Para graficar con un ejemplo, un cuerpo de agua léntico siempre integra un ciclo natural que va variando lentamente de oligotrófico a eutrófico. Esto se va dando por la acumulación de nutrientes que induce a soportar cada vez una mayor biomasa y además un aumento de la biodiversidad a medida que pasa el tiempo. Esta evolución se da más rápido en cuerpos de agua someros y en climas templados y tropicales.

Esta situación también se da en los cuerpos lénticos como los ríos y arroyos. Aún cuando no existiera el hombre, el río Uruguay habría variado desde ser un cuerpo de agua con prácticamente 0 de carga orgánica hasta valores similares a los actuales.

Cuando se desarrolla alguna actividad o industria en sus márgenes que con las medidas adecuadas de operatividad la afectación potencial en el río es imperceptible en función de las características del ambiente receptor, entonces no se puede hablar de contaminación. No existe en este caso contaminación, o dicho en otras palabras, es inocua. Con lo cual, extrañamente, nos acercamos infinitamente a la famosa contaminación 0 que tanto pregonan quienes nada saben de contaminación y mucho menos de ecología.

Saludos

Unknown dijo...

Muy esclarecedor tu comentario Luis.

Cuando uno lo lleva a sus últimas consecuencias, lo que decís es que evidentemente "contaminación cero" no implica "emisión cero" que es efectivamente lo que se enmarca en el concepto de contaminación.

De hecho, uno no puede menos que recordar al Sr. Smith en Matrix diciéndle a Morpheo que los humanos eran análogos a virus...

Saludos.

Unknown dijo...

Releyendo el artículo me doy cuenta que inadvertidamente el que introdujo más confusión fui yo :-)

Dado que quería ejemplificar algo muy concreto, me concentré en el árbol y dejé de tomar en cuenta el bosque. Al decir que ninguna de las tres fábricas contamina, lo estoy diciendo puramente desde el punto de vista de los dos parámetros medidos, DQO y DBO. Eso no dice nada, sin embargo, sobre el resto de las emisiones.

Por ejemplo, Pamer no hace ningún tratamiento de su licor negro. Eso quiere decir que el 100% de los inorgánicos empleados en la cocción de la madera necesaria para producir las 2.500 toneladas de celulosa Kraft se tiran al río, adicionalmente a la DQO y DBO (que, recordemos, es respectivamente la materia oxidable química y biológicamente). Y, además, los resultados de la concentración de DQO y DBO en los ríos se ha calculado como si todo el volumen de los mismos estuviera disponible para disolver el vertido y esta disolución perfecta se diera instantáneamente.

Como ninguna de las hipótesis anteriores es absolutamente cierta, lo concreto es que localmente, en las inmediaciones de los caños de vertido para Papel Prensa y Pamer, es posible que se observen efectos de contaminación. La única forma de saberlo, por supuesto, sería tener medidas concretas en la boca de los caños, medidas que no tenemos lamentablemente.

El caso de Botnia es diferente, porque al tener un difusor de múltiples bocas y bastante largo, maximiza el mezclado con el agua del río y la afectación, si existe, debería ser mínima.

Anónimo dijo...

Cierto, también me concentré en ese argumento y dejé de lado todo el resto.

De hecho, de acuerdo a los modelos a 35 m de distancia de los puntos de descarga sería imperceptible el efecto en Botnia, pero no se con certeza si se está midiendo para comprobar en los hechos esa previsión. Si consideramos que todos las estimaciones se dieron en los peores escenarios es presumible que así sea.

Unknown dijo...

Poco hay digno de mencionar en este tema de las pasteras últimamente, pero se acaba de conocer una noticia bastante espectacular.

En dos noticias, que pueden encontrarse aquí y acá, el diario de Jorge Lanata, Crítica de la Argentina se anima a hacer periodismo de investigación en torno a Papel Prensa.

En el final del primero de estos reportes dice:

Los resultados de la prueba indican que el nivel de contaminación es más de diez veces superior a lo permitido por la ley. “La resolución 336/03 de la provincia de Buenos Aires establece los límites permisibles de DQO para efluentes industriales. Para cursos de agua, es de 250 miligramos por litro. La muestra analizada contiene 3.150 miligramos por litro”, señala la pericia científica.

Es decir, el diario hizo una determinación propia (lean el artículo) y encontró que la DQO era entre 2 y 3 veces la que se considera en este artículo mío al que agrego el comentario (y cuyos datos fueron extraídos de un reporte de la SAyDS). Obviamente habrá mucha gente que comentará sobre los distintos aspectos de estos artículos. Lo que me interesa a mi señalar son tres puntos:

(a) No hay duda que si lo medido es 3.150 mg/L, ello es nítidamente superior a la concentración de 250 mg/L para la descarga límite admsible a un cuerpo de agua superficial, o los 500 mg/L para mar abierto, que se establecen en la resolución 336/03 del 2003 del Ministerio de Asuntos Agrarios y Producción de la Provincia de Buenos Aires.

(b) No es menos cierto que las autoridades ya lo sabían, puesto que en el artículo citado de la SAyDS se mencionan concentraciones entre 1.000 y 1.500 mg/L, que también violan ampliamente el decreto. Será una cuestión paa abogados dirimir si Papel Prensa está incumpliendo la Ley o no, dado que lo que importa es cuales son los límites establecidos en su permiso de operación (si lo tiene, claro). Nótese que en el Apéndice II dice específicamente

j) Los establecimientos o inmuebles que se radiquen en la Provincia de Buenos Aires a partir de la fecha de publicación de la presente, deberán cumplir con todos los límites admisibles indicados en el Anexo II, desde el inicio de sus actividades.

(c) Mirando los números que presenté en la Tabla de este artículo, se ve que la concentración de DBO en el río Paraná, para un vertido con concentración de 3.150 mg/L y la producción que tiene Papel Prensa, es de 0.027 mg/L, la mitad de la que resulta en el Uruguay como consecuencia de Botnia, la décima parte de la de Pamer en el Río Negro, y muy inferior al límite USEPA (40 mg/L).

En otras palabras, es probable que Papel Prensa esté vertiendo más de lo aconsejable y sin ninguna duda más que las MTD. Teniendo en cuenta lo que pasó con Pamer y Fanapel, uno podría esperar que si estuviera en Uruguay, hubiera sido conminada a reconvertirse. Pero aún así, no me parece -dentro de mis conocimientos reconocidamente limitados- que Papel Prensa realmente esté contaminando atendiendo exclusivamente a lo publicado por ese artículo de prensa.

Saludos.

Unknown dijo...

Insisto en que en mi comentario anterior me refiero exclusivamente al vertido de DQO y no a otras posibles formas de contaminación.

Si uno cree en las declaraciones de un ex-empleado de Papel Prensa los problemas son mucho más serios que los 3.50 mg/L de DQO en el vertido.

Es muy interesante leer la crónica novelada de los periodistas acercándose al caño de vertido.

Saludos.

Enrique Pereira dijo...

OK. “El que se precipita… se precipita”.

En principio entonces no habría que apresurarse en conclusiones terminantes en función de lo que expone Crítica Digital. En el artículo en que se mencionan datos numéricos de la muestra, también se hace alusión a otros estudios. Aunque resulta bastante increíble que los condicionen a si se dan o no “presiones políticas y/o empresarias” que dicen podrían detener la causa.

Veremos.

Enrique Pereira dijo...

Muy interesante ” la columna de opinión escrita por María Cristina Area y Gustavo Braier en Crítica Digital “Reconocer el problema y corregir”.

También en la nota “Peor que Botnia” del mismo diario, se amplía en cuanto a las referencias técnicas de Crítica Digital para realizar sus denuncias.

Unknown dijo...

Enrique,

No te contesté antes porque justamente estaba enfrascado en redactar un artículo sobre el tema, que ahora ya está cargado.

Un dato que sería interesante conseguir es cual es el caudal del río o arroyo Baradero, para saber como afecta a la biota no humana y a los pobladores de los contornos. Sigo manteniendo que esa cantidad de vertidos en el Paraná no hace nada (es lo que surge de los números) pero sin datos no puedo afirmar lo mismo del Baradero.

Saludos.